Hay quien ha definido los pasillos del Congreso de los Diputados como un lupanar enmoquetado y no le falta razón. En los días de sesión los periodistas se apoyan en la pared y sonríen picarones a los clientes que salen del hemiciclo, antes de colgarse de su brazo. El martes ocupe mi sitio preferido, junto al busto de Argüelles, dispuesto a hacer un servicio a este diario. Argüelles es un gran tipo, al que llamaban el divino por su pico de oro en las Cortes de Cádiz, y su escultura es el punto de apoyo ideal para cualquier conversación. En esas estaba cuando apareció Rosa Díez.
La diputada mataba el tiempo antes de que le llegara el turno de subir a la tribuna de oradores y la abordé con el ímpetu recién estrenado. Les ahorro los saludos y el resto de prolegómenos. Ya en situación, le pregunté directamente por José María Fidalgo, el ex secretario general de CCOO, al que todo el mundo sitúa en UPyD. “Fidalgo será lo que quiera ser”, me dijo, antes de confesarme que su relación viene de antiguo aunque ella, aún hoy, siga estando afiliada a la UGT.
Satisfecho con el primer escarceo, insisto sobre el mismo en el asunto. ¿Candidato al Ayuntamiento o a la Comunidad de Madrid?, le pregunto. “Yo en realidad donde le veo es aquí en el Congreso”, me confiesa. “¿Te imaginas a Fidalgo levantándose de su escaño?”. No le contesto pero me lo imagino. Más aún, fantaseo con verle coincidir en ese mismo pasillo desde sus dos metros de altura con Francisco Fernández Marugán, diputado del PSOE y tremendamente bajito. Disculpen la perversión. Sigo.
Estábamos en que Fidalgo sería lo que quisiera y que Rosa Díez lo veía en el Congreso. Coincidimos en que lo probable es que su destino sea la Comunidad de Madrid, donde las expectativas electorales de UPyD son muy elevadas. Siempre, lógicamente, después de que la militancia consienta en designarle tras unas primarias. Porque primarias habrá y bastantes, tantas como candidaturas. El objetivo es que el partido concurra a las 13 elecciones autonómicas y esté presente en las urnas de todas las capitales de provincia y de las ciudades con más de 50.000 habitantes. Echen las cuentas o fíense: 147.
No me separo de Rosa. Vamos ahora con la estrategia. UPyD, me insiste, cuenta con ser la llave de la presidencia de Madrid y sueña con tenerla también en Castilla-La Mancha, donde un escaño en Ciudad Real puede ser decisivo. ¿Que qué se hace con tanta llave? “Yo no voy a negociar alcantarillas”, me confirma. ¿Y entonces qué pretende negociar, se preguntarán ustedes? Pues el cambio en la ley electoral del que PSOE y PP no quieren oír ni hablar.
En definitiva, UPyD no entrará en ningún Gobierno municipal o autonómico –salvo, obviamente, que cuente con la representación suficiente para encabezarlo–, pero si alguno de los dos partidos busca su apoyo tendrá que pasar por ese aro. O se comprometen a cambiar la ley electoral o pueden irse olvidando. ¿Lo has hablado con IU?, le inquiero, consciente de que en este tema sus intereses son idénticos. “Ya sabes que he estado reunida con Cayo Lara”. ¿Y bien? “Pues que parece que ellos si están por negociar alcantarillas".
Las dichosas moquetas dan un calor espantoso y yo estoy empezando a sudar. Argüelles es testigo. La conversación toca a su fin. De dinero no hablamos. Bueno, sí. Me dice que los bancos no les dan ni agua pero que se apañan. ¿Qué se habían creído?
Yo de esta Sra. no me creo ni el saludo.
Vamos, con sólo escuchar lo que iba diciendo cuando soñó con ser la llave en Euskadi.
Ahora está en lo de la ley electoral, porque toca y porque sabe que su supervivencia ahí peligra. Y peligra más que la de IU, aunque mal andamos por estos lares también.
Pero mira que es dañina la jodía…
En lo de la reforma electoral estoy totalmente de acuerdo. Es vergonzoso las desproporciones que crea.
Por lo demas, a mi no me dice nada ni Rosa Diez ni su partido. Creo que son la alternativa del sistema al propio sistema. Una via muerta
¡Buenas tardes! Pues a mí me parece que es una de las pocas diputadas que habla alto y claro defendiendo de verdad la igualdad y los mismos derechos en este país, que ya ni el PP defiende (véase lo que dicen en Castilla la Mancha o en Murcia) ni el PSOE que sería el primero que debería garantizarla (mirad como barren para lo «suyo» en Cataluña o Andalucía con la mal llamada deuda histórica). Ojalá y hubiera más diputados realmente con vocación de defender la igualdad en esta nación.
Pues a mi me parece que Rosa Diez es una oportunista. Aprobechó la fama que consiguio con un partido y que no tiene escrúpulos en unirse a cualquier causa, por rastrera que sea con tal de seguir acumulando poder.
Creo que hace ya años que esto parece una partitocracia absolutista. ¿En qué piensa cierta gente cuando vota a partidos mayoritarios?
Y como en el 99% de las ocasiones, en forma su desopilante y mordaz ironía. Felicidades, Sr. Escudier.
Ahora hay que leer algún comentario pidiendo «igualdad y los mismos derechos» ¡entre territorios!. Si se te ocurre levantar la voz para para pedir esas cosas ¡entre ciudadanos! te tildarán inmediatamente de progre trasnochado o rojo peligroso. Cada vez parecemos más idiotas: ¡qué bien funciona el marketing político!
Saludos.
Animo Rosa, mientras los demás se reparten los cargos, concejalías, diputaciones, representantes en cajas y acaban con los «hijoputas» como decía Aguirre, en UPyD trabajando por cambiar las cosas.
ADELANTE UPyD