JASP exiliados
Tenemos la generación de españoles mejor capacitados -los llamados JASP (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados)- y la coyuntura actual los está condenando al paro o al exilio. No sé si esta frase la ha pronunciado alguien, pero si no lo ha hecho nadie, algún político debería planteársela.
El paro juvenil en España es del 48%, una cifra similar a las que sufren algunos países del Magreb. Todos conocemos jóvenes con una o dos licenciaturas, varios idiomas y no sé cuántos masters que se han visto obligados a buscar trabajo allende nuestras fronteras. Y no pienso que el hecho de vivir fuera sea una experiencia negativa, pero sí creo que es una lástima esta fuga de cerebritos de los que se aprovechan Estados que no han invertido en su educación.
Para evitar que continúe esta sangría existe una verdad de Perogrullo: la necesidad de generar puestos de trabajo; es decir, crear empresas o ampliar las que existen en lugar de cerrarlas. Una utopía en las circunstancias actuales, pero posible si una mano capaz da la vuelta a la economía española.
El Gobierno ha empezado a tomar algunas medidas, aplaudidas ahora y aconsejadas desde hace dos años por los organismos nacionales e internacionales, que las ha considerado insuficientes, dado el grave deterioro de la economía española. Estos días, el Ejecutivo está acometiendo la reforma del mercado laboral, centrada principalmente en la reducción del coste del despido, que puede convertirse en un error similar al del decretazo, si no se afrontan otras deficiencias de nuestro mercado laboral. Ahora bien, Zapatero ha aprendido que estas medidas tiene que consensuarlas con los restantes grupos y probablemente contará con el apoyo de CiU y PP.
El mercado laboral es dual; por un lado están los trabajadores fijos, hiperprotegidos y, por otro, los temporales, que son mayoría y se van al paro sin indemnización alguna. En este sentido, sería necesario encontrar un punto medio con estabilidad similar para todos, en detrimento de los hiperprotegidos.
Pero ese no es el único inconveniente; ahí está, por ejemplo, la rigidez de la negociación colectiva. A nadie se le escapa que no es lo mismo una empresa con 2.000 empleados o más que una pequeña o mediana. Lo que beneficia a una puede matar a la otra. Por eso la negociación colectiva debería ser más flexible. Otro asunto a tratar: los cursos de formación por los que patronal y sindicatos reciben muchos dinero para formar a trabajadores sin resultados positivos objetivos. Y finalmente la pregunta del millón: ¿Quién ha generado esta dramática situación es la persona adecuada para sacarnos de ella?
¿Y quién, según tú, es responsable de haber creado esta situación dramática en la que se encuetra la economía española?
No hay que romperse mucho la cabeza para entender la política que se ha seguido en España para con los jóvenes. Un peón de la obra, de media, cobraba, antes de la crisis, más que un licenciado.
El sistema educativo español, se focaliza en la escolarización, no en el aprovechamiento del tiempo de dicha escolarización. De modo que, excepto en casos particulares, el nivel general de preparación es bastante pobre.
Pero es lo que se busca, porque ya se sabe que el conocimiento es una herramienta contra el poder, y lo que se busca en España es mantener el poder. A toda costa. Hay un problema de base, que no se va a solucionar con ninguna reforma laboral, como mucho se paliará.
David, no estoy de acuerdo con que el nivel de preparación sea bastante pobre, todo lo contrario. El problema radica en que los puestos de trabajo que se crean en España están infracualificados y una persona bien formada apenas tiene ofertas acordes a su cualificación.
Mi recomendación es que todo joven universitario complete su formación con estancias en el extranjero, yo no lo hice y me arrepiento, ahora he tenido que emigrar por razones laborales y aún sin conocer bien el idioma del país (aunque sí el inglés), las condiciones distan mucho (tanto en remuneración como en desarrollo profesional) de las vividas en España, es una lástima que tengamos que crear riqueza (de alto valor añadido, algo de lo que se habla mucho ahora con la reforma laboral) fuera de su país porque su país no le ofrece la oportunidad.
Lo que tenemos es una crisis de sobreproducción, pues no es solo que sobren casas, es que sobra de todo, y por eso el capital privado no va a crear empleo, porque en vez de invertir en economía productiva va a invertir en especulación financiera. Mientras no admitamos el problema será imposible encontrar soluciones.
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