Parados a la universidad, que es gratis

3

Hasta las cifras más negativas admiten interpretaciones positivas. He aquí el caso: en agosto se quebró la racha de cuatro meses consecutivos de descenso del paro registrado en el Inem, con un aumento de 61.083 desempleados, lo que sitúa la cifra global en 3.969.661 parados. El dato es malo, pésimo. Pero si tenemos en cuenta que en agosto siempre sube el paro por la finalización de los trabajos de temporada –incluso en 2007, año de crecimiento económico, aumentó en 57.958 personas–, y que este año ha subido menos que el pasado (84.985) y que el anterior (103.085), el correlato no puede ser más positivo, pues parece confirmar que se mantiene la tendencia al descenso interanual. Al menos eso dice el Gobierno.

Y otro tanto ocurre con la cifra de afiliados a la Seguridad Social. En agosto disminuyó en 131.858, dejando en 17.716.464 el número de cotizantes. Pero se da la circunstancia de que es la menor caída de afiliación en el mes de agosto de los últimos cinco años, por lo que el ministro de trabajo, Celestino Corbacho, y el secretario general de la Seguridad Social, Octavio Granados, han llegado a la conclusión de que la caída de agosto refleja “una tendencia positiva en todas las actividades económicas, la industria, los servicios y el mantenimiento en la construcción”. Los responsables gubernamentales sostienen además que desde febrero de este año dejó de descender la destrucción de empresas y desde entonces han aumentado en 33.332. La vicepresidenta económica, Elena Salgado, venció la afonía que le provoca el aire acondicionado y proclamó ayer por radio que “ya estamos saliendo de la crisis”.

Cierto es que con dos décimas de crecimiento económico no cabe esperar mayor actividad y creación de empleo. Algunos dirigentes políticos que van llegando a Madrid traen consigo la percepción de que “este país está muerto”. ¿Qué harán entonces esos cuatro millones de parados en septiembre? Para empezar, los sindicatos les piden que se movilicen ante la jornada de huelga del 29-S. Pero pueden hacer más cosas: una es matricularse en las universidades, que sale gratis. El ministro de Educación, Ángel Gabilondo Pujol, dispone de 14,6 millones de euros para pagar las matrículas de los titulados universitarios con edades comprendidas entre 25 y 40 años que quieran hacer un master o sacar el doctorado.

Como corre el riesgo de que la universidad se llene de personas dispuestas a modificar su posición de brazos caídos por la de codos hincados, Gabilondo no sólo ha establecido los requisitos de edad y titulación sino que se hallen inscritos como demandantes de empleo en el Inem y no abandonen los estudios; si lo hacen y les pillan –las universidades han de verificar al menos el 3% de los matriculados–, tendrán que devolver el dinero de la matrícula. Y puesto que esos 14,6 millones pueden resultar ridículos si más de 15.000 se apuntan al un master, dice el ministro que la ayuda se concederá en orden inverso a la renta familiar. Para solicitar la gratuidad pueden hacerlo a través de la dirección de Internet del Ministerio de Educación, www.educacion.es/horizontales/servicios/becas-ayudas-subvenciones/para-estudiar/master.html, apartado de “trámites y servicios” hasta el 16 de noviembre.

3 Comments
  1. Anselmo says

    Esa medida está muy bien, pero dudo yo que puedan acogerse más de cinco mil parados tal y como están los precios de los master. Un saludo.

  2. De paso says

    Puro propaganda de Gabilondo: primero pagas y luego ya veremos.

  3. Alejandro Ruiz says

    A este paso nos va a salir la sapiencia por las narices. He investigado mucho sobre ultrasonidos y se me ha acabado la beca. ¿Qué hago? ¿Sigo investigando gratis cuando otros se forran con el fruto de nuestros hallazgos y no nos dan trabajo?

Leave A Reply