Los grandes comercios incluyen la variable del paro en sus planes de seguridad

Publica estos días la edición española del Foreign Policy en Internet un reportaje titulado Cinco cosas que no sabe de los supermercados sobre las interioridades de las grandes cadenas como Walmart o Carrefour. Se menciona también al primer supermercado de la historia, el King Piggly Wiggly de Tennessee, que según se cuenta, había diseñado para sus compradores en 1916 un laberinto de pasillos alambrados que obligaba a éstos a pasar ante todos los artículos antes de llegar a caja. Pienso en Ikea, que ha recuperado la fórmula eliminando los alambres, ya que supone que robar un futón es bastante más complicado y, además, alguien puede pincharse y manchar los edredones nórdicos.

Les digo esto porque a mi se me ocurre una sexta cosa que tampoco saben. Tiene que ver con los planes de seguridad de los grandes centros comerciales, en los que, de un tiempo a esta parte, se ha incluido como variable la tasa de paro.  No es sólo que se estime que a medida que el paro aumenta también lo hace el número de hurtos, sino que se ha fijado una frontera a partir de la cual es necesario aumentar los medios de vigilancia. ¿Que cuál es ese límite? El 24%.

Esta es la política que ha establecido El Corte Inglés, por ejemplo. Sus directores de zona tienen instrucciones de que si el paro alcanza el 24% han de proceder de inmediato a la contratación de dos vigilantes por planta en cada uno de sus centros. Dirán que aún queda mucho para llegar a esa cifra porque, de acuerdo a la EPA, la tasa de desempleo está en el 20%, pero eso sólo es la media. Hay comunidades que han rebasado esa cifra o se encuentran muy próximas. Es el caso de Andalucía (28%), Murcia (24%), Ceuta y Melilla (23%), Comunidad Valenciana (23,4%) o Extremadura (22,4%).  Respecto a Ceuta y Melilla, los de Isidoro Álvarez están más relajados porque en ambas ciudades no disponen de establecimientos y la gente no conoce los ocho días de oro.

Existen informes sobre la materia, cuya objetividad es algo más que discutible ya que, por lo general, corren a cargo de los vendedores de sistemas de vigilancia. Hay incluso un Barómetro Mundial del Hurto en la Distribución, que estimaba en más de 84.000 millones de euros las distracciones de artículos en los comercios en 2009. Según esos mismo datos, en España la llamada “pérdida desconocida” había supuesto 2.805 millones en 2009 y había bajado a 2.682 millones en 2010.

Se preguntarán que cómo es esto posible, ya que en ese período el paro ha ido en aumento. Lo explican diciendo que el año pasado hubo menos inversión en seguridad y bajó el consumo, mientras que en este ejercicio los comercios han aumentado los controles.

Si el paro se desboca no hay peligro de un estallido social ya que, al parecer, no está previsto que este año ni el que viene hagamos la revolución. Pero los comercios temen perder hasta la camisa, dicho sea en el sentido literal del término. Sepan que si, a partir de ahora, se sienten más vigilados cuando compran en El Corte Inglés es que los datos de la EPA de su comunidad autónoma han sido malísimos. Están avisados.