Llamazares tacha de “golpista” la carta de los empresarios al Rey y el ministro de Trabajo lo suscribe

El ministro de Trabajo no se lo pensó mucho. Cuando el diputado Gaspar Llamazares tachó de “golpista y reaccionaria” la iniciativa de algunos directivos empresariales de dirigir una carta al rey Juan Carlos criticando y descalificando la política económica del Gobierno, Valeriano Gómez le contestó: “Coincido con usted; tiene razón en algunos calificativos”. O sea, esos dos.

El diputado de IU-ICV aprovechó el martes la primera comparecencia parlamentaria del titular de Trabajo para deplorar la permeabilidad del presidente José Luis Rodríguez Zapatero a la presión de los grandes grupos empresariales, en detrimento de los pequeños y medianos y, sobre todo, de las organizaciones sociales y las instituciones representativas. Llamazares calificó de “golpista y reaccionaria” la carta que algunos directivos enviaron al jefe del Estado criticando la orientación económica del Ejecutivo.

En su opinión, tras esa carta que “pone en duda a los representantes de los empresarios, a los sindicatos y a este Parlamento”, la reunión celebrada el sábado por iniciativa del presidente Zapatero con 37 directivos de la banca y las grandes empresas refleja la “dinámica regresiva” de un Gobierno fuerte con los débiles y débil con los fuertes que está aplicando un “ajuste sádico” contra los asalariados.

También el portavoz del PNV en materia social, Emilio Olabarría, se extrañó de que “al socaire de unos churros de no muy buena calidad, según dijeron algunos de los que fueron a la cita” se haya obviado a los representantes sociales y se hayan comprometido reformas que en todo caso corresponden al Parlamento. “Políticamente estamos derrotados, pero vamos a recuperarnos respecto a los mercados”, proclamó.

Tras expresar su acuerdo con Llamazares sobre la carta que encabezó el que fuera ministro de Defensa en la primera legislatura de José María Aznar, Eduardo Serra Rexach, el titular de Trabajo manifestó la necesidad de “fortalecer la representación empresarial, porque llevamos unos años difíciles”, y dijo: “Yo no creo que la reunión sustituya a los interlocutores sociales; se trataba de reunir a las empresas con proyección internacional porque es en el ámbito de la exportación, que ha crecido a una tasa del 20%, en el que hay que depositar la acción pública”. Gómez aclaró que hay que separar esa carta de la iniciativa del presidente, que fue “muy anterior”.

En su comparecencia, de cuatro horas, el nuevo titular de Trabajo se comprometió a controlar con fuertes “exigencias documentales” el “despido preventivo” (pérdidas actuales o futuras) previsto en la reforma laboral. Y frente a la política del PP de no conceder el arraigo a los inmigrantes, anunció que una línea básica del reglamento de la ley de extranjería que elabora su departamento será impedir la “ilegalidad sobrevenida” por la vía de recomendar a los inmigrantes en paro que se inscriban en el INEM como demandantes de empleo. Gómez se negó a reconsiderar la reforma laboral y mantuvo el calendario sobre la modificación del sistema de pensiones pese a que, como dijo Olabarría, la comisión del Pacto de Toledo no ha avanzado. “Hemos pasado los dos últimos meses discutiendo asuntos metafísicos”.