El PSC sentenció al alcalde de Barcelona hace 6 meses
El último en enterarse fue el alcalde. Quizás Jordi Hereu, alcalde de Barcelona, nunca quiso darse por enterado, pero en su partido, el PSC, venían preparando su sustitución desde hace meses. El partido que lidera José Montilla había llegado a la conclusión de que, con Hereu, no tenían ninguna opción de volver a ganar en la ciudad de Barcelona y tampoco frenar un previsible avance de CiU, que, por primera vez en la historia, podría alzarse con la victoria en el consistorio barcelonés, desbancando así a los socialistas catalanes, que llevan 32 años gobernando ininterrumpidamente en esa plaza.
El PSC lleva consultando encuestas propias y ajenas alrededor de 6 meses. Y en todas el alcalde Hereu ha salido siempre mal parado. La decisión de apartarlo estaba tomada, pero la resistencia que ha opuesto ha sorprendido a sus correligionarios y, en especial, al entorno de Montilla. El ex presidente de la Generalitat, derrotado en las urnas recientemente, conoció varias series de encuestas, encargadas por su partido, por algún medio de comunicación e incluso realizadas por encargo de alguna entidad financiera, en las que se sondearon varios nombres como posibles candidatos a la alcaldía. Entre los personajes con los que se experimentó el apoyo ciudadano frente a la figura de Hereu, estaban la ministra de Defensa, Carme Chacón, el del exministro de Fomento, Josep Borrell, o el del que fuera conseller de Economía del gobierno catalán, Antoni Castells. Y en todos los casos, los personajes se testaron, siempre salieron mejor parados que Hereu ante los ojos de los ciudadanos de Barcelona, de acuerdo con los tozudos resultados de esos sondeos. Por experiencia sabe Montilla que los sondeos que pronostican una debacle en Cataluña no se equivocan, así que Hereu no sólo cuenta con la opinión pública contraria, sino con la oposición de la dirección de su partido que, pese a haber declarado su “neutralidad” en el proceso de primarias que ha forzado el alcalde para intentar mantenerse en la candidatura, está convencida que Hereu no es un buen candidato. Un dirigente del PSC asegura a cuartopoder.es que “somos conscientes de que ese rechazo ciudadano a la figura de Hereu es injusto y desmesurado. No se corresponde con una valoración sosegada de su gestión, sino más bien con el cabreo ciudadano que ha provocado la crisis y un cierto agotamiento. Todo nos lleva a entender que los barceloneses quieren un cambio”. Y el PSC está por la labor de darles ese cambio y dejar caer a Hereu.
El mejor valorado en las encuestas como posible candidato socialista a la alcaldía era el exconseller Castells, que representa el sector más catalanista del PSC y que, voluntariamente, decidió apartarse de su partido en las pasadas elecciones autonómicas catalanas mientras aseguraba que no pensaba ir en las listas porque necesitaba coger distancia “teniendo una cierta libertad y una cierta independencia”. Sus observaciones y comentarios, en los que criticó una supuesta subordinación del PSC al PSOE, lograron que el PSC le diese gustoso esa “distancia” que reclamó y más que le hubiera dado de ser posible. Pero las cosas estaban lo suficientemente cuesta arriba para el PSC como para escenificar una bronca pública entre las dos sensibilidades existentes en el PSC, así que dejaron que corra el aire entre Castells y su partido.
En la cúpula del PSC, en todo caso, entendieron el mensaje que enviaban esos sondeos y decidieron ponerlo en práctica, aunque sin el díscolo Castells. La conclusión, en primer lugar, era que el electorado quería cambio y que, prácticamente cualquier persona que presentasen frente a Hereu, tendría más posibilidades de evitar la temida derrota en Barcelona. Y, a continuación, que las preferencias de los electores apuntaban a un perfil más catalanista. El cambio posible y dentro de la disciplina del PSC se llama Montserrat Tura, mujer, representante del sector más catalanista del socialismo catalán, con experiencia de gestión no sólo en el gobierno catalán, sino también municipal, ya que fue alcaldesa de la localidad barcelonesa de Mollet del Vallés. Ella, que se alineó sin fisuras con Montilla, acompañándole como número dos en la lista electoral, puede obtener el próximo 19 de febrero, fecha en la que se celebrarán las elecciones primarias, su recompensa: convertirse en candidata socialista a la alcaldía de Barcelona. Primero, tendrá que vencer a Hereu. Después, vendrá el reto más difícil: dar la vuelta a las encuestas y evitar la anunciada derrota del PSC en la alcaldía de Barcelona.
