El tiempo es oro

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El presidente del Gobierno, en una imagen reciente. / la-moncloa.es

Es lo único que tiene claro José Luís Rodríguez Zapatero en lo que se refiere al calendario político que nos espera. No habrá elecciones generales hasta marzo, caiga lo que caiga, incluida una derrota severa el 22-M. Según aseguran altos responsables de todos los frentes en los que el PSOE combate no sólo al PP sino a los elementos (es decir, del Gobierno, el partido y el Grupo Parlamentario), el líder socialista no se resigna y está decidido a aguantar numantínamente hasta marzo del año que viene.

Las municipales y autonómicas, aseguran los dirigentes socialistas consultados, no provocarán un adelanto de las generales a octubre o noviembre ni siquiera si se produce un descalabro. Como mucho, afirman, una derrota severa lo único que conseguiría sería adelantar los planes de Zapatero de hacer pública su decisión de no ser candidato en esos comicios para el Gobierno de España. Pero nada más.

Al final se salvan los muebles (se mantienen Castilla-La Mancha, Extremadura, Aragón y Asturias, por ejemplo), incluso no debe descartarse, dicen, que sea el propio Zapatero quien repita como candidato, aunque sea para perder, pensando que será por poco y que, de ese modo, deja sin el desgaste de la derrota a su sucesor en el partido. Para él, esa sería la salida ideal, sobre todo porque los Estatutos del PSOE establecen que una persona sólo puede estar tres mandatos en la secretaría general y Zapatero los cumple el año que viene, justo cuando toca convocar el próximo Congreso del partido después de las generales.

El tiempo es oro para Zapatero por una razón en la que insisten todos los consultados: el segundo semestre de este año será clave para la recuperación económica. El propio presidente ha anunciado la vuelta, aunque lenta, al crecimiento de la economía. Y considera que, aunque apenas se notará en el empleo, soplarán otros vientos gracias al apoyo de las locomotora europea, Alemania, y la intervención favorable de los mercados, satisfechos con los cambios introducidos en materia de pensiones, reforma laboral y saneamiento del sistema financiero.

Aunque sabe que de aquí al 22-M las cosas seguirán yendo mal, con más despidos, y de mayor cualificación (banca, prensa, etc.), Zapatero piensa capear el temporal gracias al apoyo que CiU sumará a los de PNV y CC en el Parlamento. En las filas socialistas se asegura que el apoyo será claro en los grandes temas aunque, hasta que pasen las municipales, CiU “seguirá a su puñetera bola” porque su objetivo es conseguir la alcaldía de Barcelona, un sueño largamente acariciado. De hecho, ironizan afirmando que los nacionalistas catalanes seguirán pregonando lo de siempre: "somos responsables, pero siempre que el coste político lo asumáis vosotros, los socialistas”.

Sin embargo, Zapatero estima que la colaboración de CiU, garantizada si consiguen la alcaldía barcelonesa, puede ser decisiva el segundo semestre, mezclada con la recuperación económica, para salvar los muebles en marzo de 2012. Sobre todo porque sabe que tanto CiU como PNV han decidido colaborar a fondo con él para, cuando menos, evitar que el PP consiga mayoría absoluta, algo que resultaría desastroso para las tres fuerzas políticas.

1 Comment
  1. Lucas says

    Los grandes políticos del PSOE todavía no han tomado nota de su derrota en Cataluña ni se han dignado explicitar su análisis. Y es probable que tampoco tomen nota de la próxima derrota con tal de mantenerse en el Gobierno un poquito más. ¿Y qué?

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