La derecha acaba con 32 años de alcaldes socialistas en Barcelona, Sevilla y A Coruña

Ya estaba el 98% del voto municipal escrutado. El mapa, desde Santiago hasta Cádiz, se había teñido de azulón PP. Entonces compareció en la sala de prensa del PSOE el todavía secretario general y presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, flanqueado por José Blanco y Elena Valenciano, y con una sonrisa forzada encajó el mayor desastre electoral que ha vivido el PSOE desde las primeras elecciones de 1977 felicitando incluso “a los que han perdido”.

Zapatero ofreció una lectura simple, pero no exenta de reproches subliminares, según la cual, la dureza de una crisis económica que ha destruido dos millones de empleos, explica la pérdida de otros tantos electores y la ventaja del PP por el mismo número de votos. Luego dijo que seguirá gobernando “para culminar las reformas y asentar la recuperación económica”.

Lo primero, los datos globales del soberano en las urnas. El PP, con el 37,6% de los votos (8,4 millones), logra 9,8 puntos de ventaja sobre el PSOE, que por primera vez en la historia democrática queda por debajo del 30% --obtuvo el 27,8%--, con 6,2 millones de votos. En esa diferencia de más de dos millones de votantes a favor del PP encontró Zapatero una coincidencia con los que han perdido su puesto de trabajo en los tres últimos años de su gobierno.

Para que los socialistas se hagan una idea de donde venían y a donde han llegado, vale recordar que en las municipales de 2007 obtuvieron 7.760.865 votos (el 34,9%) y el PP consiguió 7.916.075 papeletas (el 35,6%). La ganancia del PP ha sido por tanto de medio millón de votos, pero la pérdida del PSOE ha sido de 1,5 millones de electores. Simplificar el mensaje, dejando caer la cifra de dos millones de parados para explicar el fenómeno, y negarse a adoptar una decisión política de fondo como anticipar las elecciones, convierte a Zapatero en un dirigente “patético” que “está fuera de la realidad”, según coincidieron al instante los sesudos analistas de la emisora más oída y más amiga del Gobierno, la Cadena Ser.

La felicitación de Zapatero “a los perdedores” tuvo un sentido cuántico para los más de 2.500 concejales que lo han dejado de ser –el PSOE ha sacado 21.553 ediles y tenía 24.029, mientras que el PP ha pasado de 23.348 a 26.133-- y para los regidores socialistas de ciudades emblemáticas que como Barcelona, Sevilla y A Coruña, han sido barridos por la derecha.

En A Coruña, histórico feudo del ex embajador ante el Vaticano, Francisco Vázquez, el PP ha ganado con mayoría absoluta. Y también ha conseguido las alcaldías de Santiago de Compostela y Ferrol, hasta ahora en manos del PSOE. El ex ministro Abel Caballero podría seguir siendo alcalde de Vigo si obtiene el apoyo del BNG. El pacto con los nacionalistas gallegos permitiría a los socialistas conservar las alcaldías de Ourense y Lugo y mantendría al BNG en la de Pontevedra.

Otra ciudad emblemática que pasa a manos del PP es León, donde Zapatero inició su carrera política. En Castilla y León, los socialistas también han perdido Palencia, donde el histórico Heliodoro Gallego parecía imbatible, y podrán conservar Segovia si el concejal que ha obtenido IU les da su apoyo. También conservan la alcaldía de Soria. En cambio, el PP ha barrido en Salamanca, y el alcalde insultón y machista de Valladolid, Francisco León de la Riva, ha ampliado su mayoría absoluta.

Otro vuelco histórico se ha registrado en Sevilla, que pasa a manos del PP. El candidato conservador Juan Ignacio Zoido ha logrado los mejores resultados en la historia de la capital hispalense, con 20 concejales frente a 11 socialistas. El PSOE pierde también Jerez de la Frontera y no logra conservar la alcaldía de Jaén, donde el PP se ha alzado con la mayoría absoluta. Los conservadores consiguen además el vuelco en Córdoba, feudo histórico de IU. Con ello el PP gobierna ya en las ocho capitales andaluzas y en las ciudades más importantes.

El PP, que refuerza su poder en Murcia y en la Comunidad Valenciana, podría recuperar la alcaldía de Benidorm si los tres ediles de la agrupación CDL le prestan su apoyo. Los conservadores también recuperan la alcaldía de Ibiza y barren en Mallorca.

Sin duda, la pérdida más significativa es la alcaldía de Barcelona, gobernada por el PSC-PSOE desde las primeras elecciones locales de 1979. La saga de Narcis Serra, Pascual Maragal y Joan Clos termina en Jordi Hereu, quien deberá entregar el bastón de mando al candidato de la CiU, Xavier Trias. La coalición nacionalistas desaloja asimismo al PSC en Girona, otro feudo de los socialistas, cuyo arraigo municipal en el cinturón rojo también se ha visto menguado. La suma de CiU y PP les impedirá gobernar en Tarragona y sólo conservan Lleida.

El PP, que ha ganado con contundencia en todas las ciudades de Castilla-La Mancha, con excepción de la capital, Toledo, donde el socialista Emiliano García-Page necesitará los votos de IU para seguir gobernando, se ha alzado asimismo con la victoria en Zaragoza, donde el ex ministro Juan Alberto Belloch tendrá que apelar al  PAR y a la Chunta Aragonesista para mantenerse de alcalde.

En el País Vasco, Vitoria pasa a manos del PP y San Sebastián, donde la coalición Bildu se ha colocado como primera fuerza con 8 concejales, la continuidad del socialista Odón Elorza, que ha sacado 7 concejales, dependerá del apoyo del PNV o del PP, que han obtenido 6 concejales cada uno.

En resumen, el PSOE ya no gobernará ninguna capital provincial en Andalucía, Extremadura, Baleares y la Comunidad Valenciana. Podría gobernar Ourense y Lugo Galicia con el apoyo del BNG; Toledo con el voto de IU; Zaragoza con los aragonesistas y Donosti con los conservadores.

El preacuerdo en Asturias entre Francisco Álvarez Cascos –promotor del Foro por Asturias-- y Mariano Rajoy, que han mantenido una conversación en la recta final de la campaña, según explicaron el viernes a este diario personas de la candidatura de Cascos, les permitirá arrebatar al PSOE la alcaldía de Gijón, además de la presidencia del Principado. De este modo, los socialistas sólo podrán conservar la alcaldía de Avilés con el apoyo de IU. La formación de Cayo Lara y Gaspar Llamazares mantiene su mayoría casi absoluta en Mieres.

El factor Bildu

Tras el extraordinario avance del PP, el fenómeno más relevante ha sido el resultado de Bildu en el País Vasco. La coalición formada por Eusko Alkartasuna, Alternatiba y los independientes de la izquierda aberzale ha obtenido 88 alcaldes con mayoría absoluta en otros tantos municipios vascos y navarros, 25 con mayoría relativa y 1.138 concejales. Se ha situado como primera fuerza política en Guipúzcoa y ha computado en las tres capitales vascas. Sus 313.231 votos la sitúan a un paso del empate con el PNV, que consiguió 327.100 y ha ampliado su mayoría en Bilbao con Iñaki Azkuna.

Si se tiene en cuenta que en 2007 Eusko Alkartasuna obtuvo 72.590 votos y 255 concejales y la izquierda abertzale con las siglas de ANV 94.253 papeletas y 432 ediles, se puede concluir que la coalición ha funcionado en términos cuantitativos, pues les ha permitido multiplicar por dos el resultado. En su primer comunicado, el portavoz Oskar Matute ha destacado el avance de la izquierda vasca que apuesta por la transformación, “la normalización institucional y la pacificación”.

IU sube y UPyD en el 2%

Por otra parte, aunque IU ha perdido Córdoba, es decisiva para gobernar la Junta de Extremadura y para mantener a los alcaldes socialistas de Segovia y Toledo. Con 1.424.014 votos –220.00 más que en 2007-- y 2.230 concejales (200 más que en las elecciones de 2007), obtiene mayoría absoluta en 58 municipios y relativa en otros 53, y se consolida como tercera fuerza política, con el 6,31% del voto a nivel nacional.

Unión Progreso y Democracia (UPyD), de Rosa Díez, que competía a nivel estatal, ha conseguido 465.118 votos, pero no ha superado el listón del 3% y se queda fuera de muchos ayuntamientos. De hecho, su cosecha de ediles, con el 2,06% a nivel nacional, fue de 152, por debajo de los 158 conseguidos en Asturias por Cascos con 121.000 papeletas.

Los votos nulos (389.181) y en blanco (583.739) fueron un punto superiores a los comicios de 2007 y la abstención fue del 33,77%  (11.704.426), inferior a la de hace cuatro años, cuando 12,6 millones de electores no acudieron a votar.