El presidente del Congreso, José Bono, y los responsables de la editorial Planeta sopesan estos días la oportunidad de lanzar un libro sobre el relevo de José Luis Rodríguez Zapatero como líder del PSOE. Sería el último tomo de la autobiografía que desde hace más de tres años viene escribiendo Bono. La decisión de empezar a publicar las memorias al revés, del presente hacia el pasado, responde a una premisa elemental: al público le interesa lo que ocurrió en su despacho del Congreso, “el confesionario”, entre él, Zapatero, Blanco, Rubalcaba y Chaves para dejar fuera de juego a Carme Chacón.
De aparecer durante la campaña electoral, ¿perjudicarían o ayudarían las revelaciones de Bono al PSOE y a Rubalcaba? Algunos medios de la derecha se han interesado vivamente por la respuesta. La “personalidad sagaz y conspiradora” que atribuyen al candidato socialista y al propio Bono les apasiona. El presidente del Congreso, que ya tiene ordenado y redactado el contenido de los encuentros en su despacho con Zapatero y los demás dirigentes concernidos, tendrá la última palabra. Algunas fuentes señalan que el libro puede aparecer antes del 20-N o inmediatamente después de las elecciones. La otra fecha que barajan es la primavera, antes del congreso del PSOE en el que Zapatero abandonará la secretaría general.
Como se sabe, Zapatero ha confiado sus planes políticos a Bono desde que en julio de 2000 le ganó el congreso del partido por once votos –entre ellos, el de Pasqual Maragall-- y se convirtió en secretario general. Bono era, de hecho, una de las pocas personas que sabía que Zapatero no se presentaría más de dos veces a la jefatura del Gobierno. Antes de las elecciones de marzo de 2008 desveló en la presentación del libro de los periodistas Juan Carlos Escudier y Esther Jaén, Zapatero el rojo, que el líder socialista no estaría más de ocho años en el Gobierno. Luego, las pasadas Navidades, señaló a Rubalcaba como el primer corredor en la carrera del relevo, aunque dijo que era “una libre, una liebre mecánica”, lo que fue interpretado por algunos sectores como un signo de que él también participaba en la competición.
¿Son las memorias de Bono (Salobre, Albacete, 14 de diciembre de 1950) un punto final o un punto seguido? Los principales motivos para escribir la autobiografía se pueden resumir en dos: el impulso del cronista y lo que Arthur Koestler llamó el afán del ecce homo. El del cronista predomina en las personas que desempeñaron algún papel en la tarea de dar forma a la historia de su tiempo y se sienten más preparadas que los demás para contarla, y el del ecce homo suele estar imbuido por la singularidad de las experiencias íntimas de quienes se resisten a olvidar y, sobre todo, a ser olvidados. Se podría añadir una tercera motivación, la crematística, que en el caso que nos ocupa supone 700.000 euros para el autor, lo que no es mala cifra como punto y aparte.
Este Bono tendría que retirarse ya definitivamente, ¿no creen?
Bono debería retirarse a un lugar de la mancha… contemplativo…
Amen.