Rajoy reduce el 10% su plantilla en La Moncloa y ahorra medio millón de euros

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, va a producir este año un ahorro a la nación en número de altos cargos, asesores y personal a su servicio de 558.240 euros, según ha comunicado la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría a la diputada socialista Maritxell Batet, que se ocupa de los temas de personal. El presidente y su equipo nos cuestan 41,4 millones de euros, de los que más de 12 son sueldos de altos cargos –incluido el suyo-- y asesores eventuales, con los correspondientes incentivos al rendimiento. A esta cantidad se añade un pico de 298.320 euros para “dotación a los expresidentes”. En gastos corrientes se van otros 11,03 millones de euros. El resto es infraestructura administrativa fija.

Este hombre que se pasa la vida exigiendo sacrificios a los demás, es decir, a todos y cada uno de los ciudadanos, ha prescindido de 23 de las 256 personas eventuales que laboraban en La Moncloa en diciembre pasado a su servicio -lo que supone casi un 10% de la plantilla-, y aunque ha incorporado a un alto cargo más como jefe de la unidad de apoyo al comité organizador de la Cumbre Iberoamericana de Cádiz, con un estipendio de 88.474 euros brutos, que es lo que cobran los directores generales, ha conseguido recortar el medio millón de euros mencionado en aras de la austeridad y la optimización de los recursos.

Se comprende que el Gabinete del Presidente, el de Infraestructuras y Seguimiento de Crisis, la Oficina Económica del Presidente –con rango de Secretaría de Estado– y la Secretaría General, con sus divisiones de Protocolo y de Seguridad, sean imprescindibles y no se puedan recortar más. Tampoco es posible ignorar la preparación y el gasto de las seis conferencias internacionales, los ocho consejos europeos y los diez viajes de carácter bilateral que el presidente ha de realizar este año. Además, debe cumplimentar a una treintena de visitantes con rango de jefes de Estado o de gobierno, y todo eso supone gasto.

El ahorro en personal del presidente supone el 2% de su partida presupuestaria. Pero ¿qué ocurriría si, como ha decretado para la Educación pública, se tuviera que aplicar a sí mismo un recorte suplementario del 20%? ¿Prescindiría de los  7,1 millones en asesores y personal eventual a su servicio? ¿Podría realizar sus cometidos eliminando los 4,1 millones de euros de incentivos al rendimiento o restando los 8,2 millones que supondría el recorte de la partida de viajes y gastos de representación?

Con independencia de que las cifras recabadas por la diputada Batet puedan servir para calificar de “ridículo”, como en su día dijo Rodríguez Zapatero, el ahorro que se puede derivar del funcionamiento del Gobierno –incluida la reducción del séquito a tres personas, como proponía el profesor Montoro para el presidente Zapatero--, Rajoy no puede recortar más su propio presupuesto porque, según reconocen personas de su entorno, sabe que la austeridad tiene una raya que si se pasa conduce al campo de la incompetencia y la parálisis vegetativa.

Luego ya, si como dice la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, este Gobierno ha reducido a la mitad el número de directores generales políticos –sólo 16 de un total de 127-- bueno parece para la causa de un ahorro pendiente de cuantificar y estupendo podrá ser para la promoción interna de los funcionarios públicos. Aunque, para recortes, los de la enseñanza pública y los que se deriven del decreto que el Congreso convalidará el jueves para acabar con el "turismo sanitario" y, sobre todo, negar la atención médica a los inmigrantes sin la documentación en regla.