El dinero de nadie es mío

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Rodrigo Rato (i) y Miguel Blesa , ex presidentes de Bankia y CajaMadrid, en una imagen de archivo. / Efe
Rodrigo Rato (i) y Miguel Blesa , ex presidentes de Bankia y CajaMadrid, en una imagen de archivo. / Efe

Parece que los dirigentes de Bankia y CajaMadrid se tomaron en serio aquellas palabras de la ex ministra de Cultura Carmen Calvo, quien, en una entrevista publicada en ABC el 29 de mayo de 2004, soltó, como quien no quiere la cosa: “Estamos manejando dinero público y el dinero público no es de nadie”. Tan no es de nadie que, ahí donde lo ven, los directivos de la más grande caja de ahorros  rescatada con el dinero de todos, se gastaron 15,5 millones de euros por medio de las opacas tarjetas black y, como recochineo, el ex presidente Miguel Blesa dilapidó 4.000 euros el último día que presidió la entidad, según consta en la documentación que Bankia ha aportado al juez Fernando Andreu y que este ha remitido al propio Blesa, a su número dos, Ildefonso Sánchez-Barcoj y al ex presidente de Bankia, Rodrigo Rato, a los que ha citado como imputados el próximo jueves.

Lo cierto es que la ex ministra socialista, que nunca se apropió de fondos públicos en su beneficio, en los tres años que estuvo en el cargo —entre 2004 y 2007— tampoco fue afortunada en sus declaraciones. Seguro que recuerdan aquello de: “yo he sido cocinera antes que fraila”, aunque quizá ya hayan olvidado la impagable frase pronunciada en un encuentro mundial de ministros de Cultura, en junio de 2005, cuando se vino arriba y dijo: “Deseo que la Unesco legisle para todos los planetas”. Calvo fue una auténtica delicia para los humoristas, que celebraron regocijados su afirmación de que las señoras tenían que ser “quijotas, manchegas, caballeras”.  Sin embargo, la frase que a mí más me estimula es aquel colofón autoafirmativo que decía: “Cuando deje de ser ministra seguiré siendo yo, que es mi verdadero cargo”.

El caso es que da la impresión de que todos estos directivos de Caja Madrid y Bankia que gastaron el dinero de nadie en cacerías, safaris, viajes, joyería, vinos, arte sacro y otros bienes ajenos por completo a la función que ellos tenían en la entidad, pensaban, igual que la ex ministra Calvo, que sus verdaderos cargos eran ellos mismos antes que directivos de la caja, y que no iban a esperar a ejercerlos cuando cesaran sino durante su mandato, que para eso tenían las tarjetas black. Por si lo han olvidado estos genuinos gentlemen son los que pusieron en funcionamiento la operativa de las preferentes que tan graves quebrantos económicos ha causado a miles de pequeños ahorradores, muchos de los cuales han perdido los ahorros de toda su vida.

Vea el desglose de gastos incorporado al sumario de la Audiencia Nacional.

Pues bien, el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu ha abierto una pieza separada del caso Bankia para investigar el uso de las tarjetas black. Algunos juristas aseguraban que se perseguiría a los directivos implicados por delito fiscal, pero ese delito requiere que la cuota defraudada supere los 120.000 euros en un ejercicio, lo que es muy difícil, y además, solo se podrían perseguir los últimos cinco ejercicios, porque los demás estarían prescritos.

Aunque el juez no ha especificado en su citación los delitos por los que ha imputado a Blesa, Rato y Sanchez-Barcoj, hay pocas dudas de que los delitos aplicables son apropiación indebida y delito societario, que son los que indica el fiscal anticorrupción.

La apropiación indebida está recogida en el artículo 252 del Código Penal, que fue reformado en 2003 y dice: “Serán castigados con las penas del artículo 249 ó 250, en su caso, los que en perjuicio de otro se apropiaren o distrajeren dinero, efectos, valores o cualquier otra cosa mueble o activo patrimonial que hayan recibido en depósito, comisión o administración, o por otro título que produzca obligación de entregarlos o devolverlos, o negaren haberlos recibido, cuando la cuantía de lo apropiado exceda de cuatrocientos euros”.

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Carmen Calvo, en la Gala de los Goya 2006. / Efe

Se trata de un delito sencillo y fácil de probar, el primero por el que fue condenado Mario Conde (por el caso Argentia Trust). Dependiendo de la gravedad de la conducta, la pena puede ir desde seis meses a ocho años. Señala la ley que “para la fijación de la pena se tendrá en cuenta el importe de lo defraudado, el quebranto económico causado al perjudicado, las relaciones entre éste y el defraudador, los medios empleados por éste y cuantas otras circunstancias sirvan para valorar la gravedad de la infracción”.

Además,  los dirigentes serán acusados también de delito societario. La base de este delito es la ingeniería contable utilizada para ocultar a Hacienda el gasto con las citadas tarjetas, que en ocasiones pasaba a engrosar la cuenta de “quebrantos”,  y otras veces se apuntaban como “errores informáticos”, lo que constituye una evidente falsedad contable.

El artículo 290 del Código Penal establece: “Los administradores, de hecho o de derecho, de una sociedad constituida o en formación, que falsearen las cuentas anuales u otros documentos que deban reflejar la situación jurídica o económica de la entidad, de forma idónea para causar un perjuicio económico a la misma, a alguno de sus socios, o a un tercero, serán castigados con la pena de prisión de uno a tres años y multa de seis a doce meses. Si se llegare a causar el perjuicio económico se impondrán las penas en su mitad superior”.

De modo que algunos de los implicados, aconsejados por sus abogados, están devolviendo el dinero gastado a toda prisa para evitar que su situación se complique y sea luego imposible eludir la prisión.

A la vista de cómo se está poniendo la situación, seguro que ahora nadie aceptaría la tarjeta black de gasto opaco. Ya saben que en CajaMadrid hubo cuatro dirigentes que no la utilizaron, frente a 86 que sí.

Para finalizar, le propongo que piense si usted la hubiera utilizado o no. Ya sabe que, como decía Carmen Calvo, el dinero público no es de nadie. Aunque está más que claro que algunos piensan que es suyo.

5 Comments
  1. J_DOP says

    Enhorabuena como siempre por el blog.

    En mi opinión SÍ hay delito fiscal.
    Como ha dicho GESTHA, Bankia habría incurrido en delito fiscal, al DEFRAUDAR AL FISCO LAS RETENCIONES NO REALIZADAS SOBRE LOS PAGOS A LOS CONSEJEROS. Y esas, todas juntas, SÍ suman MUCHÍSIMO MÁS de 120.000 euros.

    http://www.europapress.es/economia/finanzas-00340/noticia-economia-finanzas-gestha-avisa-bankia-puede-incurrir-delito-fiscal-uso-tarjetas-20141002145521.html

    Pero todo delito (incluso los atribuidos a personas jurídicas) tienen como responsable una persona física. Y las PERSONAS FÍSICAS que responderían por ese fraude fiscal serían como mínimo los ADMINISTRADORES que lo autorizaron (o toleraron dolosamente), así como los directivos que cooperasen en él.

  2. NEMESIS says

    vaya panda, los 86. Ninguno muestra la menor duda: todo legal, legítimo y porque ellos lo valen. ¿No resulta sorprendente que, pese a tooooooodo el malentendido, haya habido cuatro que no lo entendieron así? Me temo que esa es la ratio de personas éticas vs el «listillo», ese producto tan español. Lamentable.

  3. José Yoldi says

    Hola a todos. Efectivamente podría haber delito fiscal de Bankia, pero es muy difícil que se pueda aplicar individualmente a alguno de los directivos, como Blesa, Rato o Sanchez-Barcoj, porque la cuota defraudada de cada uno debe superar los 120.000 euros en un año fiscal. Y como responsables de la entidad sólo se aplicaría a los que dieron las órdenes de poner en funcionamiento las tarjetas. La apropiación indebida y el delito societario en su modalidad de falsedad contable son mucho más claros. Y en un año les pueden estar juzgando, lo que no ocurrirá con el caso Bankia, mucho más complicado.
    Saludos cordiales.

  4. Panóptico says

    Es de reconocer Sr. Yoldi, que tiene Vd., gran habilidad para impactar con los titulos de sus post, como siempre, brillante.
    No estoy muy de acuerdo con los plazos de la prescripcion y lo que mas me asombra es que diga «el juez no ha especificado en su citación los delitos por los que ha imputado a Blesa, Rato y Sanchez-Barcoj» y lo diga como normal sin inmutarse, olvidando que nuestro anterior Rey lo dijo bien claro que «todos somos iguales ante la justicia» asi que no comprendo quien tenia razon, si el Juez Castro con el asunto de la Infanta, o este de la Audiencia Nacional, a la Juez Alaya si deberia solo «haberles pre-imputado».
    Ahora en serio, en este asunto de las tarjetas, creo que hay que distinguir entre los verdaderos «dirigentes», osea el nucleo duro de lo que podria ser un homologo al Consejo de Administracion y los «altos ejecutivos, con poderes plenos» que eran los que percibian ademas de su Sueldo, una tarjeta A para los gastos de representacion y esta otra tarjeta B para los personales sin declarar al fisco ni por Bankia, ni por los propios beneficiados (nunca mas apropiado) y por otro lado el resto de los que solo asistian -sin sueldo- por las dietas mas la tarjeta A para gastos de representacion y esta tarjeta B limitada a unos topes segun la afinidad o fidelidad al Sr. Blesa. Unos responderan de gestion social de esta fundacion y otros solo por omision o culpa in vigilando al no controlarlos como por su nombramiento les correspondia. Bajando a los detalles y comprobando el gran numero de veces que el Pte. del Colegio de Economistas (Sr. Iranzo) y Vocal en varios Consejos de Administracion (ademas de contertulio «pontificador») que acude por «Woman Secret» para cargar como gastos sociales, dichos «caprichitos» o todos los pro-hombres, maximos ex-dirigentes de Hacienda, que no tienen rubor alguno en utilizar la Tarjeta A y la tarjeta B «a sabiendas» de que no serán fiscalizados sus gastos. Espero que el Fiscal, interese mañana alguna medida cautelar personal tras su declaración, pero no caerá esa breva.
    Cordiales saludos

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