Desde Siria, su país, han cruzado Líbano, Turquía, Libia, Argelia y Marruecos y han llegado hasta Melilla. Muchos han sido víctimas de palizas, de robos y engaños. Huyen de la guerra que asola su tierra desde hace más de cuatro años. "En Siria no quedan casas levantadas, no es como aquí", dice Mahmud, un joven de 26 años, señalando los edificios que se contemplan desde la cristalera de la estación de autobuses de Méndez Álvaro de Madrid. Mahmud se deja fotografiar, sus compañeros de viaje no, tienen miedo, dicen. "Mi casa fue destruida por una bomba, en Homs, mi ciudad, en todo momento hay batallas y aviones que amenazan con bombardear", explica Mahmud. "Yo quiero rehacer mi vida, allí era cocinero, tengo mucha experiencia en la hostelería y quiero dedicarme a ello", prosigue el joven.
Muy cerca de él, otro grupo de sirios se esconde de la cámara. Quieren hablar, pero no que su imagen salga en los medios. Entre ellos está Iliada, una joven de 25 años que abraza a una niña recién nacida. "Salimos de Siria hace un año, hemos viajado por todo el norte de África hasta Melilla. Mi hija, Latoya, nació en Argelia", explica la madre. "Ahora quiero llegar a Alemania, porque las condiciones de vida para mi hija serán buenas", relata. "Vivo para mi hija", concluye con una sonrisa. Mahmud cuenta que en Siria no podía permanecer más tiempo porque le habrían matado. "Si no te unes al ISIS te matan, si no te unes a las tropas de Al Asad, también".
El miedo, el tormento y el peligro continúan una vez los sirios dejan atrás la guerra. El camino sigue lleno de amenazas. La mayoría cruzan el Mediterráneo, rumbo a Grecia, pero otros muchos recorren el norte del continente africano para entrar por Melilla a la Unión Europea. El paso a Melilla se convierte en otro difícil obstáculo que sortear. Maher, Nasser y Hana viajan con sus familias y se hospedan una noche en un hostal en Lavapiés para coger un autobús al día siguiente rumbo a Hamburgo. En total viajan seis personas, dos pequeños. "El precio para entrar de Nador, en Marruecos, a Melilla es de entre 700 a 1.300 euros por persona sólo por cruzar la frontera", cuentan. Un precio que se paga a "unos hombres que reciben una llamada de los policías marroquíes avisándoles de cuándo pueden entrar". Antes, para cruzar la frontera de Argelia a Marruecos, tuvieron que pagar 350 euros por persona a un conductor. "La gente que llega hasta aquí llega sin dinero, lo han perdido todo en Siria y por el camino, pero no venimos a pedir, venimos a refugiarnos de una guerra", aseguran. "Yo salí de Siria con 5.000 euros, ahora sólo tengo un billete de autobús hacia Alemania y 10 euros en el bolsillo", cuenta Mahmud, en la estación de Méndez Álvaro.
Una vez en Melilla son recibidos en un centro que ellos llaman "la city". "La city" tiene una capacidad para 500 personas, pero cuando ellos llegaron estaban unos 2.000, según narran. "Cuando hay más de 2.000 personas la Guardia Civil devuelve a los que entran a Marruecos", denuncian. Estos refugiados sirios agradecen la solidaridad de los españoles, pero comentan: "Somos conscientes de que la presión migratoria aquí es muy grande, por eso queremos ir a Alemania". Sin embargo, también han sido víctimas de engaños en España. Desde Melilla fueron trasladados a Málaga. "Nuestro mayor problema es el idioma, y un chico que hablaba árabe nos tradujo para comprar los billetes de Málaga a Madrid, pero nos cobró por la traducción 20 euros por persona, sólo por comprar los billetes", recuerdan.
Por ello, Maher, Nasser y Hana creen que el Gobierno español debería poner a disposición de estos refugiados traductores profesionales, así como algún sitio donde dormir los días que pasan en España hasta continuar su camino hacia Alemania. "En la estación de Méndez Álvaro, cuando cierran por la noche, nos echan a la calle". En los últimos días, varios grupos de refugiados han dormido a la intemperie en los jardines próximos a la estación de autobuses. Sin embargo, preguntado un agente de seguridad de la estación por este medio, afirma: "No hay refugiados en esta estación".
La secretaria general de CEAR, Estrella Galán, explica a cuartopoder.es que "cada vez son menos los que siguen su viaje a Alemania, pues se quedan en España" y asegura que no se puede tener cifras de las personas que cruzan los Pirineos porque "tienen libertad de movimientos". Para Maher, Nasser y Hana muchos refugiados siguen hacia Alemania porque las condiciones de refugio son mejores. "Tardan menos en concederte el estatus de refugiado y las ayudas son mejores, allí te ceden una casa, aquí te envían a un centro de acogida donde tienes que convivir con situaciones problemáticas en algunas ocasiones", explican. Mahmud, Iliada, Latoya, Maher, Nasser y Hana pronto habrán emprendido su viaje hacia el norte, sin embargo, avisan: "Llegará más gente en peores condiciones que nosotros, nosotros hemos tenido suerte, muchos que iban con nosotros se han quedado por el camino".