La 'no' investidura de Sánchez se convierte en una sucesión de mítines electorales

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Pedro Sánchez, Mariano Rajoy, Pablo Iglesias y Albert Rivera durante el debate de investidura. / Efe

Estaba más cantado que el gordo de la lotería de Navidad (y ya han pasado 70 días) que el candidato socialista, Pedro Sánchez, no saldría investido en la primera votación (130 si, 219 no y 1 abstención de la canaria Ana María Oramas) y tendrá que esperar a la segunda, el viernes que viene a partir de las siete de la tarde, a ver si cae el eurojackpot, aunque de antemano sabe que el número seguirá en el bombo. Sánchez lo ha intentado, pero no ha habido suerte. Esto no quiere decir que él y su aliado de Ciudadanos (C's), Albert Rivera, hayan realizado uno de esos esfuerzos inútiles que, como recordó el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo parafraseando a José Ortega y Gasset, conducen a la melancolía, ya que ninguno de los dos sale del lance tan quemado como su superior y jefe del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy. Entre las tremendas expresiones de Rajoy y el tono acusador de líder de Podemos, Pablo Iglesias, secundado por el ya conocido de Joan Tardà (ERC), más que una sesión de investidura aquello parecía una sucesión de mítines en el polideportivo de Magariños. Quiere decirse que, quien más quien menos, la aprovechó para abrir ya la próxima campaña electoral.

Cuentan que Antonio Ruiz, Azorín, que fue cronista parlamentario al fin y al cabo, se consideraba experto en “el pensamiento ardilla”. En vez de saltar de rama en rama, esta vez se quedaría en el tronco de un debate que consistió en justificar el “no” al pacto entre Sánchez y Rivera para desalojar a Rajoy del gobierno o para ir a unas nuevas elecciones generales, como parecen querer el propio Rajoy e Iglesias. El secretario general del PSOE presentó un acuerdo con el presidente de C's trufado de renuncias sociales y cargado de buenos propósitos en materia de empleo, lucha contra la desigualdad, destierro de la corrupción e implantación de la probidad en la vida pública, flexibilidad del dogal impuesto por la UE sobre el déficit público y reforma constitucional para que las nacionalidades históricas, comenzando por Cataluña, se sientan mejor en el entramado institucional del Estado. No consiguió atraer ni a Podemos ni a las confluencias. Tampoco a IU-UP, a cuyo dirigente, Alberto Garzón, nadie podrá reprochar la falta de voluntad de acuerdo, a pesar de que su millón de votos sólo ha servido para obtener dos diputados. Garzón pidió unas garantías que Sánchez no le puede dar.

Iglesias intervino por primera vez en el pleno del Congreso y adoptó un tono mitinero y un aire superior con un mensaje judicial (de pasado) contra el PSOE, al que quitó la “s” de socialista y la “o” de obrero. Esparció cal viva del GAL sobre la figura de Felipe González y, en último término, advirtió al ciudadano Sánchez que tenga cuidado con “la naranja mecánica”. Todo para repetir lo que ya sabíamos: que Podemos y C's son incompatibles o que él y Rivera son el agua y el fuego. Naturalmente, Sánchez, atrapado en el cerco de los barones y la vieja guardia, saltó en defensa de González. El presidente de la Cámara, Patxi López, perdió la compostura y tuteó a Iglesias: “Tú no tienes la palabra”. Rectificó inmediatamente. Siempre quedará la duda de si para justificar su “no”, el secretario general de Podemos tenía que remontarse a la edad de plomo, aquella que afiló sus cuchillos en la edad de piedra. Cierto es que la memoria histórica queda en segundo plano en el pacto PSOE-C's, pero al honrar a Puig Antich y a los trabajadores asesinados en Vitoria y atribuir a continuación a un presidente elegido en democracia crímenes juzgados del GAL proyectó a sus jóvenes seguidores una confusión impropia de su capacidad intelectual.

Al rebatir el contenido social del pacto, el dirigente de Podemos encarnó por unos minutos a Tom Joad, el personaje de Las uvas de la ira. Si bien el propio Joad sabía que después del crak bursátil de 1929, cuando la banca y las compañías se quedaron con la renta de los aparceros y trabajadores, nada volvería a ser como antes, y, salvando la distancia con el relato de Steinbeck, otro tanto se decía a raíz de la crisis del sistema financiero capitalista que estalló en 2007 y todavía machaca a los trabajadores, el “maximalismo” de Iglesias pareció electoralista. Sin citar lo ocurrido en Grecia, Sánchez no lo consideró injusto sino “irrealizable” y le animó a bajar del discurso a la realidad. Pero turris burris lo que el socialdemócrata le dijera, pues ya es sabido que a voluntad determinada excusado es consejo. De modo que Pablo, nieto de socialistas, evitó el pragmatismo rampante y prefirió agradar a su electorado. Ya dijo el griego Platón que la política tiene mucho de cosmética y de pastelería para agradar al personal, aunque la buena política es la que ayuda a la gente a pensar.

A propósito del autor de La República, Joan Tardá, de ERC, anunció el avance “imparable” de Cataluña hacia la república propiamente dicha. El irredentismo nacionalista catalán y, con más moderación, el vasco, hoy centrado en el “qué hay de lo mío”, fue el mensaje de Francesc Homs (DiL) y de Aitor Esteban (PNV). Éste aseguró que habrían apoyado un acuerdo entre el PSOE y Podemos, que es el que habría sumado la mayoría parlamentaria suficiente para desalojar al PP. Pero como no ha sido posible, no les queda más opción que votar “no”. Con su discurso verificó la vigencia del gran negociador Talleyrand, el “príncipe de la diplomacia” y el obispo que salvó a Francia tras las derrotas napoleónicas, en el sentido de que “las palabras sirven para encubrir el pensamiento”. ¿O acaso el PNV ha dejado de ser de derechas?

Lo que más irritó a Rajoy fue que Sánchez le llamara “el tapón de la renovación del PP”. Él le tildó de “perro del hortelano”. Con una intervención plagada de descalificaciones a la investidura “pérdida de tiempo”, “obra de ficción”, etcétera y hacia el acuerdo con Rivera “menú de hospital para no hacer daño al enfermo”, “toros de Guisando”, etcétera, se aferró al tremendismo para señalar que cualquier modificación de su política sería “volvernos a la ruina” y que un gobierno de Sánchez y Rivera resultaría “ruinoso, disolvente y catastrófico”. Es tremendo. O yo o el caos, fue el eje de su mensaje. Luego se volvió a irritar cuando Rivera le tachó de “perezoso”. Pidió la palabra por alusiones. El presidente López se la dio. Entonces se percató de que contestar al pecado capital que le imputó Rivera sólo serviría para amplificarlo y salió por peteneras. El acto fallido del de Pontevedra no entusiasmó a su grupo, que, sin embargo, aplaudió.

Si no “tapón” un término que también utilizó Rivera, Rajoy ya es contemplado en su partido como un obstáculo para mantenerse en el Gobierno. Así se lo han dicho “cuatro ministros” al portavoz de C's, Juan Carlos Girauta. Le pido que entre en detalles y se resiste, aunque finalmente dice que “uno de ellos es García-Margallo”, el mismo personaje que en “términos orteguianos” ha calificado de “inútil” el esfuerzo de Sánchez y Rivera. Visto el predicamento creciente que el dirigente liberal y reformista de la formación naranja va adquiriendo en las filas del PP como líder del centro-derecha, se podría suponer a quién afectará más la melancolía. Si Sánchez sale fortalecido ante los suyos, resulta evidente que Rajoy, al que algunos de los suyos piden un paso a un lado, sería el principal destinatario de la afección. Y esta es la cuestión de fondo mientras siguen barajando.

6 Comments
  1. asies says

    el parlamento es un mitin electoral permanente, en todo el mundo.

  2. fernando.com says

    Cada uno ve la fiesta desde su propio punto de vista. Ejemplo este artículo. Antes de constatar una verdad, la relación de Gonzalez con la cal viva, Sanchez habían llamado a Iglesias filoetarra… o el autor de este comentario no se había enterado? El encalado e ibexizado Gonzalez es el principal dinamitador de un acuerdo de izquierdas. A ver si Sanchez tiene coraje y prescinde del «comando Corcuera»!

  3. Piedra says

    Nadie cede y si Rivera no traga a Rajoy, el PP va a tener que cambiar de candidato para intentar seguir en el gobierno o llegar a un arreglo después del «revote», como bien apunta el sr Díez en este artículo.

  4. Nick nolte el nota says

    Otegui nunca «pudo volar la cúpula del gobierno de gonzález», gonzález en una entrevista dice que «si pudo volar la cúpula de ETA», pero que no lo hizo y no sabe si hizo bien o no. Claro que ese «poder» no se lo daba ser el «presidente de un gobierno cuyo estado no tiene pena de muerte», ese poder se lo daba ser el jefe de los GAL, por encima del condenado de mayor rango, su ministro del interior Barrionuevo. !¿por qué la fiscalía francesa y española no llaman a declarar a Gonzalez para que sepamos quién o quienes y cuando le ofrecieron cometer semejante atentado en Francia? ¿barrionuevo se lo ofreció, Vera, Amedo, Dominguez, Galindo? La justicia española y francesa no parecen muy interesadas en esclarecer atentados terroristas dependiendo quien los cometa.

  5. Piedra says

    Ahora parece que la investidura es el debate de los GAL, como si Iglesias fuera el Aznar de los noventa o como si no supiéramos lo que dijo González en 1982: «Donde haya un terrorista, habrá un policía detrás; si puede ser, legalmente, y si no, de otra manera». Llegaron Sancristobal, Damborenea, los Amedo, Galindo. González y los peleles Barrionuevo y Vera, obedientes mientras trincaban, dejaron hacer (matar) en una dinámica endiablada: acción-reacción GAL-ETA que duró dos años, hasta 1986. Todo está contado y casi todo juzgado gracias al juez Baltasar Garzón, aunque con penas irrisorias para los jefes Gal si se comparan con las impuestas a Eta.

  6. eleusipo says

    CON INSISTENCIA: DEL DISCURSO DEL XXI A LOS POLÍTICOS ACTUALES (Con respeto para las personas) La nueva política del XXI no debe consistir en ganar mediante las palabras de un grupo -usadas como si de armas de guerra se tratara – a los demás grupos por un lapsus de 4 años junto a sus respectivos votantes, no, tal cosa no puede ser porque recuerda los viejos tiempos de guerras de supervivencia o conquista en siglos atrás. El mensaje o solicitud política del XXI a los distintos grupos o partidos, es el que sigue: si necesitaseis una determinada «piedra» con que ofrecer un poco más de bienestar a la ciudadanía, y esa piedra estuviese en manos o programa de un presunto adversario, pedidle con gallardía compartir esa piedra a fin de ponerla conjuntamente a rédito a favor del conjunto de la sociedad, aunque esa sea la única piedra que podáis compartir, la única, pues poco ha de importar ese detalle; si llegase el caso, no os avergoncéis, pues que nadie detenta lo absolutamente blanco ni lo absolutamente oscuro; la intención de servir al bien general, de ser útil a él, constituirá y será en definitiva vuestra poderosa firma; eso, eso es exactamente lo que está gritando a todo pulmón este XXI al oído de todos y cada uno de los políticos del presente momento, ya en España, ya en Europa, ya en el resto del planeta, pues el XXI es extremadamente cambiante y volátil y, para la construcción de tales puentes, os requiere para esta flexibilidad moderna, benévola, general y desinteresada. Tiene que haber vida para todos y el nuevo barco no debe escorarse en ningún caso demasiado. La figura de un buen o gran Negociador común y consensuado que ame el fiel de la balanza y aúne las partes se hará absolutamente necesario por su utilidad general y práctica. Háganlo, búsquenlo y demuéstrense que saben hacer mejor las cosas de lo que lo están haciendo.. Háganlo y muéstrense dispuestos a ser un poco más felices. Saludos.

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