El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha aprovechado su regreso a la Universidad Complutense de Madrid, donde ha participado en la presentación del libro En defensa del populismo, del filósofo y colaborador de cuartopoder Carlos Fernández Liria, para criticar la cobertura que hacen los medios de comunicación sobre su formación, con alusiones personales a algunos de los periodistas presentes, lo que ha provocado que la mayoria de los profesionales que asistían al acto hayan abandonado la sala. Iglesias ha dicho que los encargados de cubrir habitualmente a Podemos asumen que para "prosperar" en su carrera tienen que escribir noticias sobre el partido morado que "no tienen por qué ser verdad" (ver vídeo íntegro del acto).
Ha asegurado también que "buena parte de los periodistas" que les "siguen" están "obligados profesionalmente a hablar mal" de Podemos "porque así son las reglas del juego", aunque ha añadido que hay "algo bonito": el hecho de que su partido sea "sexy" hace que a los periodistas les guste y les atraiga "su objeto de trabajo". Los ataques a la labor periodística y las alusiones personales a algunos profesionales han provocado que gran parte de los informadores que cubrían el acto hayan abandonando la sala.
Menos mal que cuando critico a Renfe y a los ferroviarios cuando voy en cercanías, los maquinistas no se bajan del tren dejándome tirado.
Hay palos que no aguantan su vela; son los mismos que no plantan a don plasma.
Creo que una buena parte de la población de este pais sabe que los plumillas trabajan para sus amos. Han perdido la credibilidad. Que se sientan ofendidos por una afirmación como la que ha hecho Iglesias, delata (más si cabe) su baja cualidad y calidad.
La verdad duele.
Lo que les duele a los periodistas son los huevos de aguantar a este impresentable.
Está claro que a Iglesias y demás líderes de podemos les gustaría que se aplicase al periodismo lo que pidieron, por escrito para que no hubiera dudas, para elegir a los miembros de la judicatura «que fueran elegidos entre los adeptos a su causa» así no se quejarían.