Arranca la campaña que decidirá si el PSOE y la izquierda logran mayoría absoluta

Anoche comenzó la campaña ante las elecciones del 26 de junio, quince días clave para confirmar si la izquierda, entendida como la suma del PSOE y Unidos Podemos y sus confluencias, frisa la mayoría absoluta, según pronostica el macrosondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) conocido diez horas antes. Además de los 172 diputados que sumarían las fuerzas progresistas en la parte alta del sondeo, Unidos Podemos y las confluencias dan el sorpasso, adelantando al PSOE como primera fuerza de izquierda, un hecho histórico en la vida política española.

Algunos datos del megasondeo del CIS (17.500 entrevistas realizadas entre el 4 y el 22 de mayo en 1.266 municipios de las 50 provincias más Ceuta y Melilla) indican que la campaña electoral será decisiva para estirar del voto hacia unas formaciones u otras. Un tercio de los ciudadanos que irán a votar todavía no han decidido a qué partido entregarán su papeleta. Frente al 66,9% que se declara con el voto decidido, un 32,4% manifiesta sus dudas. El porcentaje más elevado de dubitativos afecta al PSOE: un 11,4% oscila entre la formación de Pedro Sánchez y la coalición Unidos Podemos (UP) que encabeza Pablo Iglesias, y un 8.9% duda entre el PSOE y C's.

La frontera del PP con C's lleva a un 10% de los indecisos a mantener el suspense entre la formación que encabeza Mariano Rajoy y la que preside Albert Rivera, y un 9,4% duda entre si votar al PP o al PSOE. La distancia entre UP y C's es superlativa y sólo un 2,8% de los indecisos manifiesta su duda entre ambas formaciones, según el sondeo. Estos datos indican con claridad el interés y la importancia de la campaña.

Los aspirantes del PP, UP y C's abrieron la carrera hacia las urnas en la zona oeste de Madrid, muy cerca unos de otros. En cambio, el del PSOE,  Sanchez, eligió la amena plaza de Chueca, ahora de Pedro Zerolo, para honrar al dirigente socialista desaparecido hace un año. Rajoy se subió a la explanada del Templo de Debot, en la prolongación del Parque del Oeste, donde estuvo el Cuartel de la Montaña, para lanzar su monólogo, según el cual, si él no continúa gobernando quedará en entredicho la recuperación económica de la que, según dijo, empezamos a disfrutar.

Con la premisa de “o yo o el caos”, el presidente en funciones cogió carrerilla verbal con la muletilla “no podemos” y atacó a todos sus contrincantes. “No podemos encargarles la recuperación a quienes nos trajeron la crisis. No podemos encargarles la recuperación a sus compañeros extremistas. No podemos encargarles la recuperación a quienes no tienen experiencia”. Incluso atribuyó a esos “incapaces” los problemas con Cataluña. Y advirtió: “Nuestros tres pilares son la unidad de España, la soberanía nacional y la igualdad de los españoles. Cuidado con jugar con estas cosas”. Después de atacar a “esos radicales y extremistas que pretenden poner en riesgo nuestra unidad y nuestra recuperación”, prometió: “No abdicaré nunca de mi responsabilidad e intentaré seguir gobernando”. Incluso se mostró capaz de acabar con la corrupción y reducirla a “un capítulo de la historia”.

A menos de dos kilómetros, pasado el Palacio Real y el futuro Museo de la Monarquía, Iglesias abrió la campaña en el Parque de la Cornisa, acompañado por el líder de IU, Alberto Garzón. Muy animado por los pronósticos de las encuestas, anunció: “Es probable que tengamos que asumir responsabilidades muy importantes”, y reconoció que necesitará el apoyo del PSOE, al que no citó expresamente, para “encabezar el Gobierno del cambio que sirva para que la gente viva mejor”. Ante un mural pidiendo la vuelta de los exiliados económicos y en el que se veía a un hombre abrazando a un toro en señal de amor hacia los animales, Iglesias dijo sentirse capaz de ganar al PP mientras que Garzón, más comedido, advirtió contra “la campaña del miedo” que va a desencadenar la derecha. El de IU pidió “ilusión, esperanza y ganas de ganar un país”. Los dirigentes de UP aparecen exportando sonrisas en el cartel que comenzaron ayer a pegar.

Muy cerca también, en la plaza de la Villa, sede del antiguo Ayuntamiento de Madrid, el presidente de C's, Rivera, apeló a los indecisos para que voten “al nuevo centro político, que ha venido para quedarse” y pidió la confianza “a toda esa gente que anhela el cambio y no ver un caso de corrupción nuevo cada día en los periódicos”. Tildó de “inmovilista” a Rajoy y de “vendedor de humo” a Iglesias y se mostró como el único capaz de pactar con la derecha y con la izquierda.

Antes de las citadas alocuciones, el socialista Sánchez, acompañado de Ángel Gabilondo y de la secretaria general del PSM, Sara Hernández, apostó por la regeneración democrática, repitiendo que su gobierno, “a diferencia del de hoy”, será el de “la honradez intransigente”, y abogó por la reforma constitucional: “Tenemos que actualizar nuestras normas de convivencia y queremos resolver la cuestión catalana, que es también la cuestión de España”, dijo. Sin darse por enterado de los pronósticos de las encuestas afirmó que “el PSOE está en condiciones de ganar las elecciones y ser la primera fuerza”. Cargó contra Rajoy y reprochó a Iglesias su “no” en la investidura antes de concluir: “El futuro no está escrito; me dijeron dos veces que no el 2 y el 4 de marzo (votaciones de la investidura), y a la tercera va la vencida. A por ella”.

Los cuatro candidatos participan el lunes próximo en el debate organizado por la Academia de Televisión, el único previsto entre ellos ante el 26J, y del que cabe esperar cuatro verdades, al menos una por candidato, sobre la forma de atajar el desempleo y el subempleo, de resolver la brecha que más temprano que tarde se va a producir en el sistema de pensiones, sobre quién recaerá el ajuste de 8.000 millones de déficit exigido por Bruselas y provocado por el manejo electoral del Presupuesto para bajar los impuestos a los que más ingresan, y, en fin, si la obcecación de poder de Rajoy bloqueará de nuevo la gobernabilidad del país. La otra verdad: si es cierto que al cabo de la interminable legislatura de Rajoy ya debemos tanto como producimos, no hace falta que la exhiban: ya la conocemos.