Promesa constitucional con estrambote y bronca del PSOE con Monereo

La jura o promesa de la Constitución por parte de sus señorías se convirtió en una manifestación de buenos propósitos, con expresiones concretas por parte de los diputados de Unidos Podemos (UP). Las frases de sus dirigentes principales fueron transmitidas por SMS y WhatsApp a los periodistas por si no se habían enterado. Algunas provocaron protestas altisonantes del partido gubernamental, el PP, y también de los socialistas.

Con Manolo Monereo, los abucheos se convirtieron en bronca. Finalizado su acatamiento de la Constitución –“por imperativo legal y para abrir un proceso constituyente con el deseo de que el pueblo decida su destino”–, echó en cara a los socialistas sus desaires e insultos a los diputados de Podemos y remató con esta frase: “Ya está bien. Sois un freno para el cambio en España. Sois más de derechas que el capitán Trueno". La cascada de improperios que recibió fue perfectamente audible en todo el hemiciclo. Pero lo peor ha llegado cuando el diputado socialista José Zaragoza le ha recordado "la pinza contra el PSOE de Aznar y Anguita", a lo que Monereo ha respondido con otro recordatorio: "el terrorismo de Estado del GAL" y la condena de la Justicia a José Barrionuevo y Rafael Vera, miembros del gobierno de Felipe González,  por un episodio de la 'gerra sucia' contra ETA: el secuestro del ciudadano francés Segundo Marey. La bancada socialista, airada, ha elevado la categoría de su bronca al grado de monumental.

La verdad es que las alusiones a los “pueblos de España” en boca de todos los juramentados de UP ignoraba olímpicamente el hecho de que todos y cada uno de ellos son diputados del conjunto del Estado, o sea, españoles. La presidenta con cara de camisa nueva, Ana Pastor (no confundir con la periodista del mismo nombre, que se hallaba en el exterior) evitó llamar al orden y la concreción para no armar más barullo en la primera e inaugural sesión de la duodécima legislatura de la democracia.

Al contrario de lo sucedido en enero, no se registró la presencia de lactantes en el hemiciclo. Ya recordarán al bebé de la diputada de Podemos, Carolina Bescansa, y las ironías que se lanzaron a costa de la criatura. Esto no quiere decir que no haya habido infantes en el palacio del Congreso, pues a eso de las once de la mañana, mientras sus señorías votaban presidenciable entre el socialista Patxi López y la conservadora Pastor, irrumpió a la carrera por el pasillo principal el hijo de Alicia Sánchez Camacho, quien fue frenado y besuqueado por su mamá. El niño tiene nueve años y su madre explicó al cronista que llevaba seis días sin verlo, pues le envió a un campamento veraniego.

En los pasillos todo fueron interpretaciones sobre los diez votos recibidos por la conjunción del centro derecha (PP y C’s) de parte de los nacionalistas catalanes y vascos. Cinco votos favorables a los candidatos pactados por el centro-derecha fueron del PNV y otros cinco de CDC. La fundamentación de los responsables del PP es que su mayoría en la Mesa permitirá a los nacionalistas catalanes de CDC formar grupo parlamentario aunque no hayan alcanzado el 15% de los votos que exige la ley electoral. Confían en que nadie, ni el PSOE ni UP recurran la decisión.

La impresión que transmitieron los socialistas fue que no les interesó lo más mínimo negociar con los nacionalistas y UP el primer test sobre el Legislativo, algo que podría dar la pauta de su comportamiento en la investidura. Lo cierto es que el centro derecha tiene la mayoría absoluta en la Mesa del Congreso, 5 de los 9 miembros, y podrá rechazar las iniciativas de la oposición que considere inconvenientes a sus intereses políticos. Por ahí empieza la duodécima legislatura.