PULSIÓN SOBERANISTA / Dos de los detenidos en la 'Operación Garzón' hablan sobre el actual momento catalán

El independentismo y los Juegos Olímpicos de Barcelona, 25 años después

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'Freedom for Catalonia', campaña independentista consolidada durante Barcelona 92, en la imagen una protesta más reciente en Londres. / Youtube.com

BARCELONA.- Hoy, hace 25 años que comenzaban los Juegos Olímpicos de Barcelona. Un evento que conjuntamente con la Expo de Sevilla, la capitalidad cultural europea de Madrid y las celebraciones del quinto centenario del comienzo de la invasión española de América, todo en 1992, lanzaba la imagen al mundo de una España moderna, europea, democrática. Hace 25 años de Barcelona 92, un momento que también fue leído por algunos sectores del independentismo catalán como una oportunidad para visibilizar en todo el mundo su anhelo: “Freedom for Catalonia”. La sonora pitada a Juan Carlos I en la inauguración del Estadi Olímpic o la presencia de esteladas durante el recorrido de la antorcha olímpica por Cataluña fueron ejemplos de esta campaña. Una iniciativa que encontró una oscura respuesta por parte del Estado: la Operación Garzón.

En las semanas previas a los Juegos Olímpicos dio comienzo la detención de independentistas por la conocida como Operación Garzón, mediante la cual se llegaron a detener a cerca de 50 personas. Al mando de esta se encontraba el juez Baltasar Garzón, entonces titular del Juzgado Central de Instrucción Número 5 de la Audiencia Nacional. Con el objetivo de finiquitar la organización armada Terra Lliure y bajo el pretexto de evitar un atentado durante los Juegos, se detuvieron no sólo a integrantes de esta organización, sino también de otras de carácter político y social vinculadas al entonces llamado independentismo combativo, tales como el Moviment per la Defensa de la Terra o los Comités en Defensa dels Patriotes Catalans.

Desde estos sectores consideran que aquella operación tenía unos objetivos más amplios, desarticular el movimiento independentista, la disidencia en Cataluña, algo que, dadas las circunstancias actuales, queda claro que no se consiguió. Aquel independentismo minoritario, al cabo de 25 años se ha convertido en un movimiento transversal que ha incorporado a múltiples y diferentes sectores sociales y que apela a grandes mayorías de la sociedad catalana bajo la reclamación soberanista del derecho a decidir. Más del 70% de la población catalana se muestra explícitamente soberanista y pide un referéndum para elegir su futuro político colectivo. En poco más de dos meses, tendrá lugar uno de los mayores desafíos al que se enfrenta el Estado en su historia reciente: el referéndum de autodeterminación del 1 de Octubre. De cómo ven el actual momento actual, la represión del Estado con respecto a Cataluña y de qué puede pasar en las próximas semanas hablan, para cuartopoder.es, Ramon López, actual integrante del Comité de Garantías de la CUP, y Eduard López, actual vicesecretario general de Acción Política de ERC. Ambos fueron detenidos en la Operación Garzón y denunciaron torturas en los días que estuvieron bajo arresto por la Guardia Civil.

Varios de los detenidos en esta operación denunciaron torturas durante su declaración ante el juez Garzón en la Audiencia Nacional. A pesar de que el propio juez firmó aquellas actas en las que se recogen estas denuncias, nunca fueron investigadas. La Justicia Española siempre desestimó y archivó estas denuncias, pero los independentistas siguieron adelante y llegaron hasta Estrasburgo. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó al Estado español por no haber investigado las torturas en el año 2004. Interrogatorios con golpes, bolsas de plástico en las cabezas de los detenidos, asfixia, el uso de electrodos en distintos lugares del cuerpo, amenazas de que familiares y amigos pasarían por el mismo calvario si no delataban a otros compañeros… Las cloacas del Estado a pleno pulmón en el 1992, mientras el grueso de la sociedad estaba embelesada con el macroevento olímpico.

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Varios de los detenidos en la 'Operación Garzón' mostraron al juez su firma en declaraciones con denuncias de torturas la semana pasada en el Parlament, cuando iba a participar en una Comisión. / CUP

Ramon López cuenta cómo, bajo la amenaza de que su pareja pasara por las mismas torturas de las que él había sido víctima por parte de la Guardia Civil, llegó a autoinculparse de pertenecer a Terra Lliure. Estuvo preso en Carabanchel y en Alcalá Meco, hasta febrero de 1993 cuando salió en libertad. Ni las torturas ni la cárcel consiguieron que haya dejado de pelear por sus ideas: "La liberación nacional y social de Cataluña". Y se muestra contundente a la hora de describir al Estado español, al que califica como “demofóbico”. “Hace 25 años ya se repetía como un mantra que sin violencia, en democracia, todo se puede tratar, pero sólo llegó la ausencia de violencia por una parte. Por la parte del Estado la violencia y la represión han estado presentes en cualquiera de sus etapas históricas”, asegura Ramon, añadiendo: “Ahora que se ha construido un movimiento social y una nueva hegemonía en Cataluña tan amplia, de carácter pacífico y democrático, tampoco se tiene en cuenta, se le intenta silenciar con la excusa de la Constitución que, como si fuera los mandamientos de Moisés, no se puede poner en duda”.

“Ahora la represión se sigue ejerciendo, sólo hay que ver todo lo que está saliendo de las cloacas del Ministerio de Interior, existen estructuras paralelas al Estado, grupos mediáticos y políticos, en consonancia con la Judicatura y la Policía, que intentan eliminar la disidencia política”, explica Ramon, en relación a los diferentes casos que están saliendo a la luz relacionados con el exministro Jorge Fernández Díaz. En la misma línea se muestra Eduard López. “Es evidente que ha habido cambios en la sociedad española durante todo este tiempo, pero el Estado es el mismo y los Cuerpos de Seguridad del Estado, el Ministerio del Interior y la estructura judicial siguen siendo muy parecidos”, advierte, prosiguiendo: “La transversalidad actual del independentismo hace que ya no sea algo minoritario, por lo que el Estado no puede actuar de la misma manera, pero esto no significa que no haya cloacas ni actuaciones al margen de la legalidad y cosas tan deleznables desde un punto de vista democrático como hace 25 años”. “Se adolece de una falta de cultura democrática a la altura de la de algunos países del entorno, la propia Transición ofreció déficits y estos siguen existiendo”, analiza Eduard.

Para Eduard López, que es periodista y cuando fue detenido ejercía la profesión en el diario El Punt, gran parte de la guerra sucia que se juega contra el independentismo se sitúa en los mismos medios de comunicación. “A nivel de opinión pública, se considera impensable que se aborde la situación catalana de una manera razonada, se nos trata a los independentistas desde una gran parte de los medios españoles mediante tópicos facilones, se nos dice que somos autoritarios cuando queremos votar, se habla golpe de estado…”, considera este periodista, que añade: “Son rasgos que definen una hegemonía de base autoritaria que pervive en el Estado español, no se puedan tratar con normalidad democrática determinados temas”. “Esta actitud no dialogante lo que hace es empobrecer la democracia en todo el Estado, no sólo en Cataluña, es un tema de falta de calidad democrática”.

Eduard admite no saber qué estrategia seguirá el Gobierno de Rajoy en su promesa de evitar el referéndum. “Hay momentos en el que puedes llegar a pensar que van a optar por una estrategia muy dura, impedir casi físicamente que haya urnas, tal y como están haciendo hasta ahora mediante la judicialización de la política, pero el precio que tiene esto es alto en la mala percepción que generará en la comunidad internacional”, considera. “Otras veces da la sensación, por declaraciones que hacen, que pueden optar por una línea más suave, no cargarse absolutamente el 1-O, sino plasmar un discurso de que esto no tiene credibilidad, lo ridiculizan, dirán que ha tenido poca participación, que no se ha podido votar en toda Cataluña...”, añade. “El Gobierno español se mueve entre estas dos pulsiones”, concluye.

Falta poco más de dos meses. La respuesta que tenga el Gobierno español ante el desafío soberanista será observada con lupa, todavía más después de que hayan salido a la luz determinadas prácticas de dudosa calidad democrática. El documental “Las cloacas de Interior” (ver en cuartopoder la entrevista con Jaume Roures, productor del documental) muestra algunas de ellas. La Operación Garzón, hace 25 años, fue otro ejemplo cruel: torturas. “No creo que vayan a conseguir callarnos a un movimiento social tan fuerte con el mero hecho de prohibirnos que nos expresemos en un referéndum”, valora Eduard. “Me preocupa qué pasaría si no se celebrase el referéndum, qué pasará después. ¿Nos van a castigar a los catalanes por rebeldes? ¿Creen que la sociedad catalana permanecería callada ante esta situación?”, hace lo propio Ramon.

1 Comment
  1. florentino del Amo Antolin says

    En este País los estados de excepción fueron selectivos, y chapuceros; la Justicia bi partidista oscilaba entre: El miedo del pasado; y las apariencias burguesas de un nacional catolicismo… Sordo, mudo y ciego!. Han hecho verdaderas tropelías; se ve en el ADN posfranquista, el epitafio lapidario: » Lo dejo, atado y bien atado «. Los cancerberos del santo régimen, no toleran la democracia; buena prueba de ello la Ley Mordaza, que se aplicará según quien sea. No la han hecho para ladrones, y prevaricadores públicos… Baltasar Garzón sabe bastante; probó la medicina prescrita por esta panda para delinquir. El timón de variar el rumbo, debe de ser renovador, transversal, y visceralmente Público. Un político multicultural poliglota, sin cargas del pasado, y con la vista de lince, puesta en el futuro de unos jóvenes con más cultura democrática. Esto será valorado de otra manera por las comunidades con caracteres diferenciados, ahí entra Catalunya.

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