PULSIÓN SOBERANISTA / La actitud del Gobierno de Rajoy en Cataluña amplía el 1-O a más aspectos que la independencia

Las disputas del referéndum del 1-O, más allá de la independencia de Cataluña

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Mariano Rajoy durante su intervención de ayer en la Junta Directiva del PP de Cataluña, en Barcelona
Mariano Rajoy durante su intervención de ayer en la Junta Directiva del PP de Cataluña, en Barcelona. / Quique García (Efe)

Tres diarios catalanes, El Nacional, El Punt Avui y Vilaweb, recibían ayer una notificación de la Guardia Civil por haber emitido el anuncio sobre el referéndum convocado unilateralmente por el Govern para el próximo 1-O y declarado ilegal. Dos días después de que este cuerpo policial bloqueara la web oficial sobre el referéndum, con la rápida respuesta del Govern en abrir otros nuevos dominios para mantener el contenido colgado en la red, llega el momento de los medios de comunicación. De forma paralela, los primeros alcaldes comprometidos con la organización del referéndum en sus municipios ya han sido citados a declarar por la Fiscalía, más de 700 deberán hacerlo. Los ediles han convocado hoy una concentración en Plaza de Sant Jaume. El Gobierno de Mariano Rajoy juega al gato y al ratón, tal y como describe la BBC, con Cataluña mientras los días van pasando y la campaña por el 'sí' en el referéndum ya ha comenzado. Lo nervios afloran en Moncloa frente a la serenidad que intenta transmitir el Govern. "¿Alguien duda todavía de que votaremos?", lanzaba la pregunta, Carles Puigdemont, en el acto del jueves en Tarragona. La caverna mediática y los sectores más derechistas españoles ya han comenzado a criticar fuertemente al Gobierno español y le reclaman dureza.

Ante esto, Rajoy ha endurecido el tono. En Barcelona, ante la Junta Directiva del PP catalán, ha entrado en campaña, aunque sea por el 'no' al referéndum. Y ha amenazado: "Nos van a obligar a hacer lo que no queremos". "No subestimen la fuerza de la democracia española, es muy fuerte, España es una gran nación", ha añadido el presidente del Gobierno, alentando al aplauso a la Guardia Civil por haber requisado 100.000 carteles publicitarios del 1-O. En el inicio de la campaña por el 'sí' del PDeCat, Puigdemont le ha respondido: “No parece que la principal amenaza sea el terrorismo o la seguridad; son las urnas, las papeletas. Somos todos nosotros, que nos tachan de golpistas y somos prioritarios”. "Han perdido el norte y van a perder el noreste", ha ironizado el president, acusando al PP de generar “un estado de excepción encubierto que ni siquiera tienen el coraje de decretar oficialmente”. "¡Ni la ley Fraga se atrevía a tanto!", ha recordado el dirigente catalán "épocas pasadas".

La amenaza de Cristóbal Montoro de intervenir las cuentas de la Generalitat, tras la negación de Oriol Junqueras a informar semanalmente de las mismas a Hacienda, es una muestra más de la voluntad del Gobierno de parar la consulta. Pero el vicepresident le ha respondido: "Intervenir las cuentas de la Generalitat no frenará ningún referéndum" y ha dicho que esta medida significa, prácticamente, intervenir la Generalitat y la aplicación del artículo 155 de la Constitución.  "El Estado tiene todas las herramientas, pero da la sensación que da palos de ciego", comentan fuentes independentistas a cuartopoder.es. El independentismo está feliz. Creen que aumentan sus adeptos conforme el Gobierno y los tribunales adoptan medidas más restrictivas con los derechos y libertades democráticas en Cataluña. Se ve capaz de llegar al 1-O.

En este contexto alocado, de registros de imprentas y búsqueda de urnas, un grupo de diputados daneses mandaban ayer una carta al Gobierno español reconociendo su estupefacción ante la situación con respecto a Cataluña y le exigen diálogo. "Tenemos informaciones de que desde el exterior miran con lupa a Rajoy, que no se pase", aseguran estas fuentes independentistas. Y es que el conflicto entre independencia o permanencia en el Estado de Cataluña ha tomado otras latitudes, otras esferas. Conforme pasan los días, la disputa va más allá de la dicotomía entre independencia o permanencia, incluso entre a favor o en contra del derecho a decidir y de autodeterminación, hay más diferencias dicotómicas en juego.

Independencia o no independencia. La pregunta binaria del referéndum es clara, está en disputa que Cataluña sea una república independiente del Estado español o continúe siendo una comunidad autónoma. Desde distintos partidos independentistas aseguran que entorno al 50% de la población catalana, a día de hoy, estaría a favor de constituir en Cataluña un estado independiente al Reino de España, como también consideran que a mayor represión estatal este porcentaje aumentaría.

De la pregunta binaria planteada por el Govern para la consulta de octubre se extrae otro conflicto, república o monarquía. Si Cataluña se constituyera como un estado independiente sería en forma de república. Desde la izquierda independentista advierten: "Puede ser un elemento que rompa con el sistema monárquico en el resto del Estado, puede ser un factor de cambio en este sentido que ayude a encaminar una futura República Española". Por ello, llaman a votar también a "todas aquellas personas que tengan valores republicanos". De aquí, explican: "Nos encontramos ante la elección entre la ruptura y superación o no del Régimen del 78". "Es el mayor órdago civil lanzado contra el Régimen del 78 y todo lo que representa", añaden.

Derecho a la autodeterminación o simple derecho a decidir también está en juego. El 1-O es considerado por los comunes, que ayer anunciaban los resultados de su consulta interna, así como por Podem y Podemos a nivel estatal, como una movilización a favor del derecho a decidir. Es por ello que, apelan a la movilización para que el derecho a la autodeterminación en Cataluña se materialice más adelante, aunque no consideren a este un referéndum vinculante que tenga todas las garantías para ello. El espectro de posibles participantes en la votación aumentaría, por este motivo, considerablemente, en torno al 80% de la población estaría a favor del derecho a decidir, aseguran. Soraya Sáenz de Santamaría, en el Pleno de control al Gobierno hablaba de que el derecho de autodeterminación no existe. En fin...

Dos legalidades. El choque entre Govern y Gobierno que estamos viviendo en los últimos meses, pero más acuciante en los últimos días, desde la Diada del 11 de septiembre, se basa en un choque de legalidades: la legalidad española y la legalidad catalana. El Parlament aprobaba la semana pasada las leyes del Referéndum y de Transitoriedad Jurídica. El Tribunal Constitucional ha suspendido ambas leyes, pero desde el independentismo hacen oídos sordos. "Sigue en vigor la Ley del Referéndum", aseguraba ayer en la Cadena SER el vicepresident Junqueras. Para los independentistas, la mención en esta Ley de que no se supedita a ninguna otra ley del rango que sea, basándose en que está amparada por derechos universales, les da motivos para considerar irrenunciable el cumplimiento de esta norma que, según el ordenamiento jurídico español, no debería estar en vigor tras la suspensión del Constitucional.

Legalidad frente a legitimidad. Del debate intenso político que se vive en Cataluña también se extrae el choque entre legalidad y legitimidad. Tras seis años saliendo masivamente a la calle la ciudadanía catalana, reclamando el derecho a decidir, y el nulo acercamiento del Gobierno español al diálogo con los secesionistas y soberanistas, argumentan que el derecho a la autodeterminación es un imperativo moral y ético, que está en juego la democracia. La sociedad catalana mayoritariamente quiere votar su relación política con el resto del Estado. "Las conquistas sociales y políticas siempre se consiguieron subvirtiendo la ley", recuerdan desde fuentes de la izquierda soberanista. "Queremos algo tan democrático y simple como votar, los conflictos políticos se solucionan votando", argumentan. Por ello, también dicen que existe una dicotomía entre democracia y no democracia.

Las reacciones que está llevando a cabo el Gobierno, el Tribunal Constitucional y la Fiscalía, como la suspensión de actos, del mismo modo que la citación a declarar a los alcaldes independentistas, bajo amenaza de detención, ponen en duda, en algunos casos, las garantías jurídicas y procesales y el mantenimiento de libertades democráticas y derechos civiles. Las notificaciones a medios de comunicación privados por la emisión del anuncio del referéndum van en la misma línea. Para muchos, están en juego libertades y derechos civiles. Y advierten de que la represión del Estado podría ir en aumento. De esto están pendientes en el ámbito internacional. El propio Pablo Iglesias, esta semana, advertía de que el Gobierno está imponiendo en Cataluña una suerte de "estado de excepción".

Recuperación de la soberanía en el sur de Europa. En el contexto internacional, para algunos sectores de la izquierda independentista, tiene un valor simbólico la localización en el sur de Europa. "Está en juego el defender que los pueblos del sur de Europa pueden elegir y no sólo obedecer a los dictados de la troika", consideran estas fuentes, que ven en el proceso de autodeterminación catalán una manera de recuperar soberanía nacional y competencias, cuya pérdida es una constante en los últimos años en el sur europeo. agudizándose desde el 2007 con la crisis económica. Todos estos motivos podrían ampliar el espectro de votantes para el 1-O más allá de los independentistas, sobre todo en las izquierdas. Aunque cierto es que desde importantes sectores de la izquierda no independentista hay un punto de coherencia que les impide, por encima de todas las cosas, ir a votar: este proceso está liderado por el PDeCat, la antigua Convergència, la pionera en los recortes sociales de todo el Estado.

El ritmo de la actualidad política catalana es frenético. A acción del Gobierno para paralizar el referéndum, reacción catalana para que se garanticen las urnas el 1-O. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, la presidenta del Paralament, Carme Forcadell, el president Puigdemont y el vicepresident Junqueras enviaron una carta ayer a Rajoy y Felipe VI ofreciendo diálogo. Rajoy responde: "Algunos entienden el diálogo a su manera, que es poniendo como condición obligatoria aceptar un referéndum que no puedo convocar sin romper la soberanía nacional". Sin embargo, anoche estaban todos en Cataluña...

2 Comments
  1. florentino del Amo Antolin says

    ¡ Vamos hombre, esto es una involución total !. De facto, ya se cargaron el Estatut; ahora los ladrones son los vigilantes del ahorro Catalan… La genética de este desgobierno, se hunde en las raices franquistas, no pudiendose esperar nada bueno; cada día que pasa nos concienciamos, que: El lobo, no puede guardar el rebaño !. Pues eso, unos franquistas no serán democrátas ¡ nunca !. Los apoyos del PsoE indecentes y faltos de rigor social; porque de Nacionalismo Españolista, va sobrado… ¡ falsarios !.

  2. illetrat says

    No hay dos legitimidades. Unos se saltaron la Ley que otra cosa puede ser pero legitimo no.

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