Misa por Franco: “No podemos en un funeral canonizar a nadie, ni siquiera a un hijo tan excelso de la Iglesia”

  • Cerca de un millar de personas asistieron a la misa convocada por la Fundación Francisco Franco y la familia del dictador en Madrid
  • La celebró el sacerdote Rodrigo Menéndez Piñar, nieto del fundador de Fuerza Nueva, que habló de la "insuperable obra de Francisco Franco"
  • El acto terminó con gritos de "viva Franco" y hubo un altercado con jóvenes antifascistas

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"Concluido el acto, entre grandes aclamaciones, desciende por la escalinata [...] mientras el gentío le aclama a los gritos de ¡Franco!, ¡Franco!, Franco!". Han pasado 80 años de la escena descrita en el Diario de Burgos. Aquel otro 20 de noviembre, ese de 1938, se celebró en la capital de la España franquista, Burgos, una misa por el alma de José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange Española, presidida por Francisco Franco. En una imagen del Hulton Archive se puede ver al dictador ante la puerta del Sarmental de la catedral, brazo en alto. Aquel fue un día nublado, según cuenta la crónica, a pesar de lo cual "su excelencia el Generalísimo apareció ante el gentío agolpado".

Han pasado 80 años, y este 20N de 2018 lo que hay es algo más de una decena de misas "por el alma del Generalísimo", organizadas por la Fundación Francisco Franco (que las cifraba para toda la semana en 16, aunque se suspendió una en Ferrol) y presididas por la que se celebra a última hora de la tarde en la iglesia de San Francisco de Borja de Madrid. El día -más bien la noche ya- es nublado también. Y no aparece Franco, que lleva 43 años muerto, ni siquiera todos sus nietos y bisnietos -a pesar de que era la familia, además de la Fundación, la que convocaba-, pero sí hay gentío agolpado: en la Iglesia, contando sólo a los sentados, suman al menos unas 800 personas.

Bandera franquista a la salida de la misa de Franco. / AG

La cita, la primera multitudinaria tras la muerte del dictador, viene alborotada por la aún pendiente exhumación del dictador del Valle de los Caídos, las dudas sobre dónde quedarán sus restos, las agresiones a activistas de Femen en un acto de Falange... En la puerta, Víctor, el vendedor de merchandising franquista -pulseras y calendarios a uno y dos euros- está ahí "por ganar algo". Hay señoras que dicen que no van a la misa, sino que se han "encontrado" en la puerta de la iglesia, como de repente. Hay también un revuelo de cámaras y micros, se oye al presidente de la Fundación Francisco Franco, Juan Chicharro, afirmando que "no se le podrá exhumar" y se escucha a mucha gente como Agustín, 52 años, que viene de Córdoba con su hija y su mujer y "aprovecha" -como 'aprovechó' el año pasado- para pasarse por la misa: "Que le dejen tranquilo como está. Es que están levantando esto. La historia la están contando según los rojos", dice, y añade: "Es más dictadura lo del PSOE y Podemos, con el 'coletas' diciendo que le pongan una bomba a la cruz".

En la puerta de la iglesia, también antes del acto, el personal de la Fundación reparte el 'recuerdo' de la misa, un impreso en el que las imágenes no son de San Francisco de Borja, sino del Valle de los Caídos y de la tumba del dictador, "que yace junto a todos los que dieron su vida por una España mejor". No dicen -"no saben"- el nombre del sacerdote que celebra, pero horas antes una llamada a la parroquia del Sagrado Corazón y San Francisco de Borja, que pertenece al servicio jesuita, había arrojado ya algo de luz. Sobre la misa y sobre el ánimo con que los jesuitas -al menos el de quien atendía el teléfono- acogían el acto. Una voz respondía al otro lado del teléfono: "No estoy autorizado a dar información. Lo que sí te puedo decir es que no va a celebrar ningún jesuita. En mi estadillo pone 'Misa aniversario. Don Rodrigo Menéndez'. No sé nada más".

¿Rodrigo Menéndez? ¿Rodrigo Menéndez... Piñar, el nieto del fundador de Fuerza Nueva? Sí. Él es quien celebra la misa este señalado 20-N de 2018, el año que se ha decidido la exhumación de Franco. Rodrigo Menéndez Piñar no defrauda a los asistentes. Después de pedirles que vayan "más allá de su sentir patriótico" y de dirigirse a los "muy queridos familiares de Francisco Franco", eleva el tono: "No podemos nunca en un funeral canonizar a nadie, ni siquiera a un hijo tan excelso de la Iglesia".

"¿Cuáles son las obras de Francisco Franco que pueden servirnos a nosotros de empuje y acicate? Pues no son otras que las obras del alma", dice, para después recordar esa "perla preciosa" que el dictador dejó en las palabras de su 'testamento'. "Siendo insuperable la obra de Francisco Franco", continúa el cura, para después enumerar lo que, para el sacerdote, dejó a los españoles: "La clase media, la Seguridad Social, los hospitales, las industrias, los bosques..."

"Y de esa obra vivimos nosotros", añade. Con todo eso, no es extraño que la homilía acabe entre los aplausos de los asistentes. Hubiera bastado con eso, pero el cura cita también al Franco de misa, comunión y rosario diarios, aquel que "fue delante de nosotros marcando caminos de lealtad", "y todo con su sonrisa impenetrable". Habla también de "un odio que no es de este mundo", el único que puede explicar "lo que está pasando estos días" y de "los enemigos de Cristo, que no son otros que los enemigos de España" y reclama "estar en el frente con la sonrisa del caudillo".

Salida de la misa. / AG

Un soneto de Manuel Machado, ese que acaba con "la sonrisa de Franco resplandece" le sirve a Menéndez Piñar para cerrar, no sin añadir: "Que así sea". Con esta homilía y con el himno de España sonando poco después en el órgano, no es extraño que después, entre los asistentes, se valore "muy bien, muy bien" la misa.

Luego, lo esperado: se escucha que volverá "a reír la primavera" y que volverán, también, las "banderas victoriosas", se escuchan vivas a Franco, "¡presente!",a José Antonio y a Cristo Rey, se escuchan gritos de "carroña" a la prensa y hay un leve altercado con unos jóvenes que han puesto una pancarta en la puerta contra el fascismo. "¡Franco!, ¡Franco!, ¡Franco!, se oye, bien alto, en la puerta de la iglesia. No, no es 1938. Han pasado 80 años.

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