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Pastwomen: las investigadoras españolas contra la lectura patriarcal de la historia

  • Pastwomen es un proyecto formado por catedráticas, investigadoras, profesoras y expertas de toda España que quieren construir "una masa crítica" en sus disciplinas
  • Existe una historia material de las mujeres y ellas quieren rescatarla, ordenarla y contarla para desterrar falsas creencias

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La historia es rica, diversa y cambiante. Los libros de Historia no. Hace 15 años un grupo de investigadoras especializadas en campos como la arqueología, la prehistoria o el patrimonio histórico empezó a tejer una red para generar "una masa crítica de investigadoras" que añadiese perspectiva de género al conocimiento. Esa "red" lleva el nombre de Pastwomen, un proyecto colaborativo formado por catedráticas, investigadoras, profesoras y expertas de toda España. Existe una historia material de las mujeres y ellas quieren rescatarla, ordenarla y contarla.

La catedrática de Prehistoria Carmen Rísquez, la profesora de Prehistoria y Arqueología, Margarita Sánchez o la conservadora de museos Begoña Soler son solo tres de los 17 nombres de la nómina de Pastwomen. Cuando hace tres lustros comenzaron a tejer esta red, estas investigadoras eran respetadas en sus departamentos y áreas, pero su objetivo final es que la perspectiva de género se incorpore a la investigación histórica de forma transversal y deje de ser vista como algo secundario.

"Todo parte de que la historia se ha explicado desde la perspectiva del siglo XIX", explica Paloma González, profesora titular de Prehistoria en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). En su especialidad, "hay muy pocos datos y mucho margen para la interpretación". En ese abismo entre lo que se sabe y lo que no está lo que se interpreta. Es ahí donde empiezan a operar las estructuras patriarcales aprendidas, la asignación de roles de género y el valor social de cada tarea. Él cazador, ella madre. La profesora ejemplifica con una imagen conocida por todos: las pinturas rupestres de Altamira que, evidentemente, no tienen autor conocido: "Instintivamente se ha asociado a los hombres con el papel creador. Es una idea a nivel popular. Por eso nos imaginamos a hombres pintando y a las mujeres amamantando a sus hijos", explica.

Por eso, buena parte del trabajo de esas mujeres es detectar esos estereotipos que trascienden al imaginario colectivo, pero que realmente no están sustentadas con conocimiento científico. "Entendemos la historia desde el presente. En la historia hay mucha variabilidad. No podemos pensar que las mujeres se entendían a ellas mismas como lo hacemos ahora", explica.

No es natural, es cultural

Algunas de las conclusiones de estas mujeres ayudan también a desgajar algunas creencias que se nos enseñan como naturales y que, en realidad, tienen que ver con el contexto. Un ejemplo polémico es la lactancia materna, que ahora vive un momento de "sublimación". Sin embargo, Paloma González explica cómo ha ido variando según las necesidades sociales. "En el Paleolítico, cuando solo había cazadores y recolectores de los que solo tenemos pocos huesos, la lactancia era muy larga, no solo por el bien del bebé, sino porque las mujeres eran nómadas y gestionaban su lactancia para no tener tantos hijos seguidos", explica.

Sin embargo, en las sociedades agrarias del Neolítico hay un aumento demográfico que podría estar relacionado con una lactancia más corta. "Empiezan a cultivar y a hacer papillas", asegura la experta sobre el motivo del cambio. Esto puede traer lecciones útiles para el presente: "El tiempo que se da de mamar es una decisión cultural, no biológica", explica.

Una visión feminista del reparto de poder

Paloma González también asegura que la historia del poder en las sociedades tampoco es tan "homogénea y lineal" como reflejan los libros de texto. La experta recuerda que las mujeres han copado cotas de poder no solo cuando pertenecían a la clase alta, sino también entre las más bajas. Sin embargo, la interpretación que hacemos sobre el valor del trabajo desde nuestra óptica es distinto. Estamos impregnados de la división sexual de las tareas. "En la Grecia clásica, las mujeres tejían. El tejido era un producto de muchísimo valor y era una actividad importante. Es el oikos (el trabajo en casa) del que hablaban los griegos.

También ocurre en la disciplina en la que ella es experta: "En la Prehistoria nos hemos encontrado con enterramientos de mujeres que tienen tanto o más valor que los hombres. Hay sociedades donde las mujeres tenían un poder simbólico muy importante", recuerda sobre las figuras femeninas que adornaban las casas. "Hemos crecido con modelos bastante binarios y simplistas", concluye sobre nuestra manera de transmitir la Historia.

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