ENTREVISTA

Leta Hong: “China presiona a las jóvenes formadas para que se casen”

  • Entrevista a la escritora, periodista e investigadora del feminismo chino, Leta Hong

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Hija de migrantes chinos en Estados Unidos, Leta Hong Fincher siempre fue consciente de su identidad china. Ahondó en ella con su completo control del idioma y sus estudios en Asia del Este en la Universidad de Stanford. Nada más acabar este máster, trabajó como periodista radicada en China a lo largo de una década. En 2010 empezó un doctorado en Sociología en la Universidad de Tsinghua. Al finalizarlo consiguió su título, convirtiéndose en la primera estadounidense reconocida por esta institución educativa. Su tesis abordaba cómo la propaganda de Xi Jinping presionaba a las jóvenes para formar familias lo antes posible.

Leta argumenta que el término ‘mujeres sobrantes’ o, en chino, ‘shengnü’, se refiere a que las féminas de más de 27 años están siendo desperdiciadas si siguen solteras. Este concepto lo difundió en 2017 la Federación de Mujeres de China, dependiente del Gobierno. La autora argumenta que la campaña viene motivada por la desproporción entre varones y mujeres y destaca el giro de la igualdad como principio valorado en el comunismo frente al rol actual que se espera de ellas. Según algunas entrevistadas, ser trabajadoras intimidaba a los pretendientes, por lo que algunas dejaron su puesto.

Junto a estos detalles, Hong Fincher afirmaba que el boom inmobiliario había fomentado que ellas aportaran sus ahorros sin tener su nombre en la propiedad, lo que las hacía más dependientes en la relación. Cuatro años después de analizar estas experiencias en ‘Las mujeres sobrantes: el resurgir de la desigualdad de género en China’, Leta escribió ‘Traicionando a Gran Hermano: el despertar feminista en China’. Esta vez se centró en entrevistar a cinco activistas detenidas en el Día Internacional de la Mujer de 2015. Fueron retenidas 37 días. Hablamos con Leta Hong sobre sus dos obras.

- ¿Cómo fue contactar a centenares de testimonios para tu primer libro?

- Me dejó completamente pasmada cuantísima gente quería ser entrevistada. Muchos más de mil respondieron mi solicitud. No contaba con un asistente para investigar. Acoté el resultado a 300 y tuve encuentros personales con 60 en Beijing y Shanghai. Me sorprendió lo abiertos que eran. Creo que fue en parte porque no era una periodista ni les nombraba al ser una petición académica. También me chocó lo mucho que querían contar su historia. Me centré solo en mujeres porque daban su dinero para una casa sin poner su nombre en los documentos. Me fascinó y perturbó la profunda desigualdad de género que estas entrevistas revelaban. Concluí que el Gobierno presionaba a las jóvenes formadas para que se casen. Algunas realmente están sufriendo y no pueden ser honestas con sus familias.

- ¿Cómo te interesaste en abordar la burbuja inmobiliaria desde la perspectiva de género?

"Pese a que el 70% de mujeres ayuda a sus maridos en la adquisición de vivienda, solo el 30% cuenta con su nombre en la propiedad"

- Me inicié en el feminismo cuando empecé la universidad. En cuanto al caso del libro comenzó en septiembre de 2010. Entonces investigaba sobre los agentes inmobiliarios en China y me di cuenta de que las mujeres formadas y urbanitas estaban sacando menos provecho de ese momento financiero que ellos. Como explico en mi obra y en varios medios, pese a que el 70% de mujeres ayuda a sus maridos en la adquisición de la vivienda, solo el 30% contaba con su nombre en la propiedad, según la empresa Horizon China. Y mientras que uno de cada cinco solteros tiene casa, solo ocurre una de cada 15 ocasiones en el caso de las solteras, según la Federación de Mujeres en China. En parte ocurre porque la familia tiende a ayudar más al hijo que a la hija. A lo largo de cuatro años, mientras realizaba mi doctorado en Sociología, seguí indagando sobre el vínculo económico con el papel de las mujeres en China.

- He leído que hubo cierto confrontamiento con Roseann Lake, autora de un artículo en ‘Salon’ en 2012, que replicaba tu columna de opinión de 2011. Hablabas de que había ‘borrado’ tu trabajo, ¿a qué te refieres?

- Ella conocía quién era. De hecho me contactó porque había leído mi reflexión. No creo que lo que hiciera fuera típico. Considero que fue un caso particular y que su modo de actuar dice mucho más de ella que de un conjunto de personas. Y lo digo porque fue muy calculadora en cómo procedió para borrar mi trabajo. Es muy común para las mujeres de color el ser ‘borradas’. Ella es blanca, con muchos recursos para publicar su obra mientras que yo edité mi libro fue con una editorial mucho más pequeña. Es una especie de robo intelectual, un modo de eliminar el trabajo de otros. Ocurre mucho y, sobre todo, les ocurre a las mujeres racializadas.

- Hemos hablado de cómo se gestó ‘Mujeres sobrantes’ y quisiera saber cómo nació ‘Traicionando a Gran Hermano’.

- El segundo libro lo empecé porque estaba muy preocupada por esas cinco mujeres que fueron arrestadas en 2015. Entonces la situación de esas cinco mujeres atrajo la atención internacional, llegando a pronunciarse sobre ello Hillary Clinton, quien señaló la hipocresía de que Xi Jinping arrestara a cinco feministas días antes de celebrar un encuentro internacional sobre los derechos de la mujer para Naciones Unidas. En realidad había entrevistado a una de ellas en mi primer libro y a nivel personal me inquietaba por saber cómo estaban. Cuando las liberaron tras 37 días detenidas las contacté a través de conocidos comunes. Tres meses después pude conocerlas. Querían ser nombradas. Al mismo tiempo entrevisté a otras activistas que no estaban bajo el foco público. Lo que más me impresionó fue la increíble devoción entre ellas, la solidaridad y el modo de cuidarse las unas a las otras. Han construido una red fuerte.

- Publicaste en plena ola del movimiento ‘me too’, ¿fue un paso medido?

"Incluso con el bloqueo digital, las mujeres chinas de la diáspora y las de China se han visto profundamente afectadas por el movimiento ‘me too’"

- Fue un buen momento que se produjo de manera casual. A finales de 2017 fue el auge feminista a nivel mundial. En abril de 2018 también hubo una gran actividad. Así que yo seguí actualizando el libro porque estaban ocurriendo muchos eventos y gracias a la buena relación con mi editorial pude actuar así. Lo que demuestra todo lo sucedido es que incluso con el bloqueo digital, las mujeres chinas de la diáspora y las mujeres chinas de dentro de China se han visto profundamente afectadas por el movimiento ‘me too’ global. Esto rompe con la estrategia de persecución del movimiento activista y es un despertar feminista. Internet tiene mucho que ver con ello: es muy difícil detenerlo.

- ¿Qué has aprendido en este segundo libro?

- En ‘Traicionando al Gran Hermano’ me centro en cómo las feministas radicales están deliberadamente intentando conseguir más respaldo. En el modo en que son íntimas amigas. Varias viven en ciudades apartadas las unas de las otras. Algunas se han mudado para estar más cerca de las demás. Vigilan si a alguna de ellas las acosan las autoridades, es decir, no solo se preocupan por sí mismas sino que tienen un cuidado activo. Por supuesto hay desacuerdos pero ante todo están profundamente comprometidas con el movimiento. Y todo ello pese a que viven en un entorno muy controlado y con una persecución severa hasta el punto de ser encarceladas, interrogadas o echadas de sus casas por presiones a sus caseros.

A esto se unen las feministas chinas de la diáspora. En Estados Unidos existe la plataforma ‘Chinese Feminists Collective’. Y esta otra red es visible por el reciente caso de Liu Jingyao, una universitaria china que acusó de violación a Liu Qiangdong, un multimillonario CEO de una de las compañías tecnológicas más grandes del país, JD.com. Las feministas chinas estadounidenses han apoyado a Liu Jingyao y otras acudieron al juicio para respaldarla. A diferencia de otros movimientos por los derechos humanos que están siendo masacrados porque son más individualistas, las feministas cuentan con una red de apoyo mutuo.

- ¿Cuáles son tus próximos campos a explorar?

Estoy interesada en la dimensión global del feminismo, de la resistencia al autoritarismo y del auge de la extrema derecha y su relación con el control patriarcal porque no me imaginaba que el movimiento feminista en China sería tan fuerte. Ha sido un triunfo que tantas mujeres lo hayan sostenido y debería ser realmente inspirador para la gente de alrededor del mundo. En el futuro continuará siendo difícil.

- ¿Cómo ha sido la acogida de ‘Traicionando a Gran Hermano?

- Estoy bastante satisfecha porque aunque no ha sido una publicación de amplia difusión sí he sido invitada a dar bastantes charlas y oratorias. En marzo por ejemplo iré a Beijing a hablar de mi libro. También es difícil valorar la difusión del segundo libro con el primero porque ahora vivo en Estados Unidos pero antes estaba en Hong Kong. De momento saldrá una versión en portugués que se publicará en Brasil. Y a diferencia del primero, que sí fue traducido al chino, me cuesta imaginar mi segundo libro en chino: la situación política es completamente distinta.

- ¿Mantienes el contacto con las protagonistas de ‘Traicionando a Gran Hermano’?

- Sí, pero desde que no vivo en China es más complicado porque no mantengo mucha relación online con ellas por la vigilancia que hay. Sí que les mandé el borrador antes de que se publicara para tener su visto bueno. Y he sido muy cuidadosa con no decir nada que fuera problemático para ellas.

2 Comments
  1. Diego says

    Vivo en China desde hace unos años y conocía el término, pero no me cuadraban las fechas. Con una búsqueda rápida en Wikipedia veo que el término lo generaliza efectivamente la Federación de Mujeres de China, pero en 2007. En 2007. No me sonaba para nada lo de 2017, ni lo de Xi Jinping. Xi Jinping es presidente desde el 2013. ¿Miente Wikipedia, os equivocáis vosotros, miente esta señora? No os unáis sin más a la propaganda antichina, un poco de rigor al menos.

  2. Diego says

    ¿Por qué ha sido censurado mi comentario anterior? No era irrespetuoso, como mucho equivocado, y para esto segundo habría que argumentarlo. Vuestro artículo habla de la represión en China, que la hay, pero aporta datos erróneos. ¿Denunciando esa represión, censuráis mi comentario? ¿Qué legitimidad tenéis, entonces?

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