COMUNICACIÓN / Los españoles tenemos ese gracejo que nos hace claramente superiores

El gañán desencadenado y la rata despechada

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Jordi Évole, a la derecha, escucha las explicaciones de José María García
Jordi Évole, a la derecha, escucha las explicaciones de José María García durante el programa 'Salvados' emitido el pasado domingo. / La Sexta

Quizá usted sea de aquellos ciudadanos que, como tantos y tantos otros, lleva años intentando comprender este país. Siempre atento a los análisis de los medios de comunicación, devorando los libros de Gregorio Morán, escudriñando entre las miserias de la política, descifrando enigmas del periodo que nos ha traído desde la Transición hasta el momento en que nos encontramos… Quizá usted sea, como muchos otros, un español que intenta entender la sociedad que le ha tocado vivir. Un español que busca respuestas en la historia, en la sociología, en la documentación, en la crónica sesuda, en los anales de la memoria.

Pierde el tiempo. La explicación de por qué España es el gran país que es, según Mariano punto Rajoy, se encuentra en una frase breve, apenas nueve palabras, que el rey emérito Juan Carlos dedicó al periodista deportivo José María García. En ella está todo: la monarquía campechana, por supuesto, pero también la política, la cultura, la educación, la ciencia… Un máster en antropología ibérica concentrado en nueve palabras encerradas entre admiraciones. La perfecta síntesis de las últimas décadas vividas en España.

«El gañán desencadenado y la rata despechada. Las dos columnas sobre las que se ha construido un país del que podemos sentirnos orgullosos»

“¡Hombre, no sabía que ahora te vestías de maricón!”, le dijo el rey al periodista, que lucía un jersey rojo. Y ahí, insisto, está todo. No me refiero al fracaso escolar, la intransigencia, el clasismo, la mala educación o el desprecio por el diferente, ni muchísimo menos. Me refiero a ese gracejo que nos hace únicos, diferentes para bien a esos estirados franceses, a esos guarros ingleses, a esos aburridos alemanes, a esos palurdos portugueses, a esos africanos muertos de hambre. Somos claramente superiores.

Y por si le queda alguna duda, añadiré que la realidad de este país no termina en un rey Juan Carlos que dice lo que piensa, sino en el veterano periodista que lo cuenta en público. El gañán desencadenado y la rata despechada. Las dos columnas sobre las que se ha construido un país del que podemos sentirnos orgullosos.

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