Unidas para que a la izquierda le salgan las cuentas

  • Es cierto que la propuesta de Podemos para las autonómicas puede no ser el mejor de los acuerdos. También es verdad que esa organización no está en su mejor momento
  • Quedan menos de dos meses para las elecciones autonómicas e Izquierda Unida tiene en sus manos contribuir, con una apuesta unitaria junto a Podemos, al cambio de gobierno en la Comunidad de Madrid

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Curro G. Corrales, Chus Alonso y Pedro Del Cura (más los cargos públicos y miembros de la dirección de IU Madrid que lo suscriben al final)

Esta semana, militancia y simpatizantes de IU Madrid nos pronunciarnos sobre si optamos la concurrencia electoral en el marco de Unidas Podemos – Izquierda Unida o, por contra, provocamos que haya una tercera candidatura a la izquierda del PSOE.  Por nuestra parte, lo tenemos claro: apostamos por el acuerdo con Podemos.

En la Comunidad de Madrid, el 20,6% de la población vive en la pobreza y la brecha de renta media anual disponible per cápita entre el municipio más pobre (Humanes) y el más rico (Pozuelo) es de 32.686 euros. El modelo territorial evidencia una fractura entre el eje norte-oeste y el sur-este que afecta a la planificación de servicios públicos,  la red de transporte, la política de residuos y al tejido económico y el empleo. Tras más de dos décadas de gobiernos autonómicos del Partido Popular, Madrid es sinónimo de corrupción, recortes en la Educación, Sanidad o el Transporte públicos. Quedan menos de dos meses para las elecciones autonómicas e Izquierda Unida tiene en sus manos contribuir, con una apuesta unitaria junto a Podemos, al cambio de gobierno en la Comunidad, frente a una derecha muy movilizada y en un panorama en el que la irrupción de Más Madrid estrecha el campo electoral de la izquierda.

La alternativa al acuerdo Unidas Podemos – Izquierda Unida sometida a votación se sustancia en una coalición electoral con una escisión minoritaria de Podemos alejada de referentes municipalistas y fruto de un acuerdo de despacho de reparto de puestos, por más que se quiera revestir de proceso participativo. A día de hoy, en el momento de escribir estas líneas a unas horas del inicio de la votación, la militancia no conoce documento alguno de preacuerdo firmado con Anticapitalistas y por tanto todas sus implicaciones.

No sólo nos preocupa el hecho de que no apoyar el acuerdo con Podemos para consumar una tercera candidatura nos pueda dejar sin representación institucional en la Asamblea de Madrid al no alcanzar el 5% de los votos. Sin duda, ese temor está encima de la mesa; la última vez que Anticapitalistas se presentó en Madrid a unas elecciones, las generales de 2011, apenas obtuvo 4.200 votos en toda la región y un 0,13% del escrutinio. Podríamos estar reproduciendo la irresponsabilidad de IUCM de 2015, cuando por no acordar con Podemos acabó con el 4,14%, con sus 130.000 votos completamente inutilizados para propiciar una mayoría alternativa a la de PP y Cs. Pero no se trata sólo de eso: fiar nuestra suerte –y lo peor, la de la gente trabajadora madrileña- a esa tercera candidatura, supone arriesgarnos a una IU reducida a un discurso identitario y autorreferencial, más esforzado en tirar piedras contra Podemos y Más Madrid para retorcer diferencias artificiosas que en trasmitir una alternativa creíble y útil para transformar la vida cotidiana de las y los madrileños. Y esto está en las antípodas del ADN de Izquierda Unida.

En junio de 2018 la militancia y simpatizantes de IU acordamos, en coherencia con lo aprobado en la última Asamblea y con la esencia misma de este movimiento político y social, concurrir en coalición con Podemos para los distintos procesos electorales. Es cierto que la propuesta de Podemos para las autonómicas puede no ser el mejor de los acuerdos. También es verdad que esa organización no está en su mejor momento. Pero no nos engañemos: el momento político no es bueno, en general, para la izquierda. El envalentonamiento de las derechas y la tendencia al voto útil al PSOE nos obliga a buscar certezas. A pesar de ello, hay posibilidades de abrir un tiempo nuevo en la Comunidad de Madrid y una fragmentación mayor de la izquierda lo pone en riesgo. Debemos pensar en qué mejores condiciones, con qué mayores garantías de un buen resultado, va a concurrir IU Madrid a las elecciones autonómicas. Y el acuerdo con Podemos, además, nos alinea claramente con la política de la dirección federal de IU liderada por Alberto Garzón.

Quienes compartimos esta reflexión nos hemos curtido en el municipalismo, en el contraste real de la política con el día a día de nuestros pueblos y ciudades. No en todos los casos hemos conseguido consolidar espacios de unidad electoral con Podemos, porque las coyunturas locales tienen otros matices, pero sí hemos tejido relaciones de fraternidad, complicidad y cooperación política que vamos a seguir profundizando más allá de la cita con las urnas. Para ello será imprescindible la referencia de un grupo parlamentario autonómico en el que IU y Podemos trabajemos codo con codo.

Habrá quien diga que “esto no va de tener cargos públicos”, pero por supuesto que va, también, de ello, de ocupar cada espacio que pueda ser útil para tomar decisiones y hacer de altavoz de nuestras propuestas. Tenemos una obligación ética, la de cambiar las condiciones de vida de las personas, y esto pasa por revertir los servicios públicos que décadas de neoliberalismo han arrasado. Con mil pies en la calle, y todos los que podamos en las instituciones. Por ello, pedimos a militantes y simpatizantes de IU Madrid que voten por la llamada ‘Opción 2’ en el referéndum en marcha. Al cambio necesario en la Comunidad de Madrid le salen mejor las cuentas si hacemos todo lo posible para que cada voto sume. Madrid no espera.

Suscriben este artículo:

  • Curro G. Corrales, candidato de IU a la Asamblea de Madrid, concejal de IU- Equo en Rivas Vaciamadrid y miembro de la Colegiada de IU Madrid

  • Chus Alonso, alcaldesa de Ciempozuelos

  • Pedro Del Cura, alcalde de Rivas Vaciamadrid

  • Mariano Pérez, responsable de Política Institucional de IU Madrid

  • Leire Olmeda, miembro de la Colegiada de IU Madrid

  • Maite Pina, concejala de Somos Pozuelo, candidata de IU a la Asamblea de Madrid

  • Mariano Martín, concejal portavoz de Ganemos Colmenar

  • Enrique López, miembro de la Coordinadora regional de IU Madrid

  • Juancho Santana, concejal portavoz de IU Majadahonda

  • Paloma López Núñez, concejala de Ganemos Colmenar

  • Carlos Gómez Colmenarejo, concejal de Ganemos Colmenar

2 Comments
  1. florentino del Amo Antolin says

    Unas reflexiones políticas muy sensatas… Las coyunturas y sus ejes en ese espacio global obligan a la determinación y apuesta de sumar en confluencia; por otra parte el objetivo final es el mismo ( creo que el matiz importa poco )… Y nos debemos acostumbrar al debate previo, cerrar el mismo y no volverlo a abrir… ¡ Cuando menos públicamente !.
    Una izquierda emancipada, sin ataduras y con un trabajo bien hecho… ¡ Tiene que tener premio y este debe de ser la consecución de unos nobles objetivos sociales, emancipadores, de clase, pero sobretodo… Unidas, Unidos !. https://uploads.disquscdn.com/images/0387c3929eb389e1649bb41011dd0c938746daa3c1d6fbc18732e257f4b4b4bc.jpg

  2. Agustín Moreno says

    Me parece muy razonable el planteamiento del artículo y la defensa de la unidad. Pero para defender la unidad no se puede recurrir a falsedades. Y lo es decir: «Podríamos estar reproduciendo la irresponsabilidad de IUCM de 2015, cuando por no acordar con Podemos acabó con el 4,14%, con sus 130.000 votos completamente inutilizados para propiciar una mayoría alternativa a la de PP y Cs». En 2015, Podemos no quiso ningún tipo de unidad con IU, la única unidad posible era abandonar IU e irse a sus filas como hicieron algunas personas. Seguramente si hubiera habido un poco menos de boicot interno a la candidatura de Luis García Montero, se hubiera conseguido el diputado que le faltó a las fuerzas progresistas para que no gobernase la derecha y nos hubiéramos evitados a Cifuentes y las políticas reaccionarias del PP con el apoyo de Ciudadanos. Ni siquiera hubo unidad en las posteriores elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 (Podemos sacó 69 diputados e IU 2). Solo en las elecciones generales del 26 de junio de 2016 se pudo producir ya el acuerdo. Sobran argumentos para defender la unidad de la izquierda si tener que faltar a verdad.

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