La importancia del camino

  • "El feminismo no puede ser un campo de batalla entre feministas, un lugar de conflicto y de ruptura"
  • "El feminismo debe tener como práctica política lo que dice defender y ser el laboratorio de ese otro mundo posible: la solidaridad"
  • "En IU somos diversas, pero el trabajo desde los acuerdos, las posiciones políticas y estrategias debatidas democráticamente es lo que hace que estemos unidas"

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Área de la Mujer de IU Federal

La fuerza del movimiento feminista de estos últimos años a nivel internacional es el mejor ejemplo de internacionalismo y de unidad popular que tenemos frente a la situación imposible a la que nos aboca el capitalismo y el patriarcado. Este sistema que nos necesita y nos ahoga nos tiene en el centro de la explotación con las violencias y asesinatos machistas, la falta de derechos reproductivos y la mercantilización de nuestros cuerpos, la invisibilización de los cuidados, la división sexual del trabajo, los mayores índices de precariedad, pobreza, desigualdad laboral y acceso a los recursos. Esta situación que nos tiene en el ojo del huracán en esta nueva fase de financiarización de la economía, el autoritarismo y el vaciamiento de las democracias capitalistas actúa con mayor violencia contra nosotras en las guerras, las migraciones y la explotación del planeta que provocan. En este proceso hemos pasado del centro de las explotaciones al centro de las luchas y ahora nuestra voz, cuando gritamos “ni una menos” o “anticonceptivos para no abortar” retruena a lo largo y ancho del planeta.

Es muy inocente pensar que todas esas mujeres pensamos exactamente lo mismo cuando salimos a las calles o articulamos resistencias y luchas. También es muy naif pensar que es un proceso fácil y que en todas partes somos iguales. Nosotras pensamos que la unidad no es uniformidad ni homogeneidad. Creemos que en la diversidad está la fuerza. Y que para tener esa fuerza hace falta poder debatir desde el respeto y por lo que nos une. Eso no significa que haya que bajar los brazos por nuestras posiciones ideológicas, por lo que creemos que debe ser un mundo sin que los hombres compren nuestros cuerpos, ni alquilen nuestros vientres. Por un mundo en el que la identidad de las personas no sea la piedra de toque de la discriminación y la pobreza. Un mundo justo y libre.

Esta reflexión nos debe ayudar para situarnos en el ahora. Vivimos un momento de ciclos del capital cada vez más cortos y acelerados, de trampas que nos dividen y de polarización entre ricos y pobres, mientras estamos atomizadas en el ahora perpetuo de las redes sociales y las fake news. Nos encontramos en un cruce de caminos para la humanidad y el planeta. Pero nosotras vemos que la historia es un zig zag y no una línea recta, y de nuevo, nos quieren llevar al pasado. Por lo que es fundamental centrarnos en cómo organizar el camino de la lucha, porque ahí es donde están las respuestas.

Las situaciones a las que nos enfrentamos están en constante movimiento, y nosotras no podemos perder de vista ni al enemigo ni la importancia del proceso. ¿Qué hace avanzar al feminismo? ¿Qué podemos decir todas juntas? Esas deberían ser nuestras preguntas. Además el movimiento feminista tiene multitud de espacios diferentes donde poder trabajar lo que queda fuera de lo que podemos decir juntas, donde de forma legítima y natural debemos articular nuestras estrategias para ganar posiciones a la vez que impulsamos la unidad popular para la transformación radical de nuestra sociedad. Y en esa unidad popular cada una debe encontrar una forma de ser útil y de construir y sumar fuerzas. El feminismo no puede ser un campo de batalla entre feministas, un lugar de conflicto y de ruptura.

Nosotras no vamos a hacerle el trabajo a la derecha, al capitalismo y al patriarcado. Entendemos eso de “el pueblo unido jamás será vencido”. El feminismo debe tener como práctica política lo que dice defender y ser el laboratorio de ese otro mundo posible: la solidaridad, el no perder de vista jamás a las que están debajo, la empatía de quienes sufren y el reconocimiento de las opresiones que sufren compañeras aunque no las suframos nosotras. El feminismo no vencerá desde la confrontación, la agresividad y la ausencia de trabajo colectivo.

Nuestra situación social, política y económica es sumamente grave. Es responsabilidad de cada una de nosotras ser útiles, sumar y luchar la hegemonía en los espacios desde la honestidad y el respeto. En Izquierda Unida también somos diversas, pero el trabajo desde los acuerdos, las posiciones políticas y estrategias debatidas democráticamente es lo que hace que estemos unidas. Hay muchas maneras de luchar por un mundo mejor y cada una debe encontrar ese espacio donde es útil. No basta tener la razón para transformar la realidad. No basta definirse como anticapitalista, abolicionista o ecologista para poder construir. Cómo deben ser esos cuadros políticos, cómo construimos ese camino entre todas y cómo trabajar juntas es a veces, el ángulo ciego de la izquierda. No pasa nada si no todo el mundo está de acuerdo con nosotras, pero sin esos elementos no podemos construir nuestro proyecto. Al igual que el mensaje que reverbera en el planeta diciendo “El Violador eres Tú” demuestra que la unidad popular más que una idea, es una práctica política, el feminismo también debe serlo.

2 Comments
  1. Garvarez says

    Totalmente de acuerdo. Lo importante es el camino unitario, de construcción y de aprendizaje colectivo. Salud, República y feminismo

  2. Ricardo says

    El Área de la Mujer de IU se autodisolvió en 2018, por quedar sin competencias bajo el mandato de Alberto Garzón. Ese escrito no corresponde a ese órgano que no existe.

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