Tiempo de cambios

“Cautiva y desarmada la libertad de expresión, han alcanzado las tropas PPopulares sus últimos objetivos”. Leído en Twitter.

"Ha llegado el momento: los que me quieren desean que vuelva, a la progredumbre que me odia le dolería más que nunca!". Alfredo Urdaci en su cuenta de Twitter.

Cambiar es bueno. Si no siente presión, el trabajador, que como dice Salvador Sostres es vago por naturaleza, se vuelve conservador, se relaja, se apalanca, no rinde y acaba hundiendo la empresa. Ahí tienen a los funcionarios: con sus cafelitos y sus periódiquitos son los responsables de que este país se encuentre en bancarrota ¿no es cierto? Por eso la política del Partido Popular con televisión española, la televisión pública, rezuma coherencia democrática. ¿RTVE funciona razonablemente bien, e informa de manera  independiente por primera vez en su historia? Pues deberíamos realizar unos cambios para que nadie se despiste, para que no se pierda el empuje y se mantenga la calidad. En eso estamos…

Regresarán las corridas de toros y los spaguetti western: los que programan esas películas europeas para las noches de La 2 piensan que esto de la tele pública es jauja. Pero eso son minucias. Lo importante, no lo olvidemos, son las personas. Sobre todo las que editan, escriben y presentan los informativos. Yo ya tengo mi lista ideal de bajas y altas: el primero en ahuecar el ala sería Fran Llorente, el jefe de informativos, quien tras arrancar las fotos de Zapatero de las paredes de su despacho podría dejar su butaca a un profesional de contrastada solvencia e indudable independencia como, por ejemplo, Alfredo Urdaci. Donde está Ana Pastor, un poco pesadita con el tema de la pregunta y la re pregunta, pondría a la no menos rebelde, jovial y dicharachera Curri Valenzuela. Adiós a Ana Blanco, María Casado y Pepa Bueno, y bienvenidos Ernesto Sáenz de Buruaga, Melchor Miralles, Isabel San Sebastián, Herman Terstch y Eduardo Inda. Todos los corresponsales sobran: el gran Sánchez Dragó, uno de los hombres más viajados y modestos de este país, eyaculará, por supuesto interiormente, las informaciones de mundos exteriores.

Es hora de pagar servicios prestados. Todo tertuliano facha o periodistilla servil que se precie se encuentra en estos momentos en su casa, sentado junto al teléfono, con una manta sobre las rodillas, un saco de barritas energéticas y un bidón de Isostar, para aguantar el tiempo de espera que sea necesario. ¡Su servilismo tiene que tener recompensa! ¡Es el momento de pillar!