Tiempo de farsantes

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Imagen promocional del final de 'Doctor House'. / tvtoday.de

De no ser un personaje de ficción, es posible que Gregory House hubiera hecho buenas migas con Israel Gutiérrez. El primero es el famoso doctor House, el adicto a la Vicodina de la serie de televisión. El segundo, un supuesto chamán-striper colombiano que engatusaba a las mujeres por la calle y las drogaba con burundanga. La burundanga, como usted imaginará, es un tipo de mandanga. Una hierba que suelta unos efluvios capaces de atontolinar al personal y permitir que el chamán cometa abusos. House y Gutiérrez, dos farsantes de nuestro tiempo con mucho futuro.

El chamán Gutiérrez es un sinvergüenza, no hay duda. Pero el doctor Gregory House, ¿qué es, un genio o un gilipollas? Cojo, prepotente, excéntrico, narcisista, cínico, misántropo y adicto a los analgésicos, esta joya de la ficción médica desprecia y maltrata a los pacientes. Resulta difícil confiar en un tipo tan repugnante, tan ególatra y tan cargado de odio hacia el ser humano. Quizá por eso este galeno norteamericano sin amigos ha sido capaz de despertar pasiones en el telespectador. Seguramente no nos pondríamos en sus manos como pacientes, pero disfrutamos viendo cómo amarga la vida a otros. Televisión sádica.

Coincidiendo con los recortes en Sanidad, “House” se ha despedido tras permanecer ocho temporadas en antena. Una noticia nefasta, casi tanto como la detención del brujo de la Burundanga. España se está convirtiendo, gracias a las reformas en la Sanidad, en el paraíso para toda  clase de chamanes y matasanos. Dentro de poco serán cientos los ciudadanos que no puedan costearse los medicamentos, los desplazamientos a hospitales, los productos dietoterápicos, las ayudas a domicilio, etc. Entonces volverán ellos…

Curanderos, sacamuelas, brujos, hechiceros y santeros estarán otra vez en la pomada. Recetarán canutos de burundanga, mucho más económicos y divertidos que una caja de analgésicos de la farmacia. Y vuelta a empezar...

8 Comments
  1. Mecacholo says

    No entiendo, al verdad, cómo House puede enganchar tanto. Sólo he visto unos 5 capítulos y el 2º ya me mosqueaba que se pareciera tanto al 1º. ¡Pero es que el 3º, el 4º y el 5º eran clavados! No imagino que esto haya podido cambiar, la verdad. Ocho temporadas de continuo dejavú no se las deseo a nadie…
    ¿He dicho a nadie? Estaba exagerando.

  2. La mujer tranquila says

    Me encanta Hugh Laurie (bueno, en Stuart Little no tanto XD) e incluso he leido ‘Noche de perros’ y me gustó, pero es cierto que House me parecía tan absurdamente repetitiva con tanto lupus y tanta punción lumbar que no fui capaz ni de seguir una temporada completa. Bueno, pero esto me pasa con sasi todas CSI y demás (salvo Lost y Juego de tronos :p).

    Por cierto, es dietoterápicos. Sí, ya sé, así se queda, pero yo te lo digo por si acaso 😉

  3. pdealbeniz says

    ¿Así se queda? Para nada, mujer tranquila. Corregido. Y muchas gracias!!!!!

  4. Selito says

    La parte médica era como todas las series de médicos, espectáculo televisivo convirutas de medicina mal aliñadas. El tipo como médico no era creible, y menos en un pais como los States, que te demandan por poner el termómetro más de 3 minutos.
    El personaje de House es un personaje extremo, de esos que se aman o se odian. A mi me gustaba aunque dejé de seguirla después de que, por fin, se tirara a Cudy.
    Todo empiez a y todo acaba y hasta otra.

    PD1@Trankility: Gran actor, efectivamente y Stuart L., ….., bueh, a un rollo de una noche que nunca debió suceder, pero… 😉

    PD2@Trankility tamién: Se suponía que era una unidad de diagnóstico de enfermedades raras, por eso siempre salian cosas raras…. pero en serie de TV, que queda aún más raro entavía. Lo de los pacientes oncológicos era ya de traca. Una vez iban a darle radio a uno, salieron en el bunker de un acelerador mu chulo, pero me quedé con las ganas de ver cómo lo resolvía… al final, ¡no era cáncer! 🙂

  5. Albert- says

    House desde el comienzo me pareció una copia descarada de Sherlock Holmes (de Doyle, no aludo a versiones televisivas), adaptada a los seriales americanos típicos. O abogados o médicos. Eligieron médicos. Y parece que les fue bien. Aunque personalmente no le vi en ningún momento nada de interés.
    ¿El Burundanga es el de «así son las noticias y así te las tienes que creer de A3?

  6. alter_ego says

    Yo no recuerdo cuando me desenganché de House, si en la tercera, cuarta o quinta temporada, cuando al producto ya comenzaba a agotarse. Antes de eso sí la seguía, por sus guiones ingeniosos, sus diálogos chispeantes, su mordacidad, su trasfondo humano, sus dilemas morales. Es cierto que era repetitiva (los guionistas llegaron a hacer parodias de sus diagnósticos de lupus a la vista de la fama que cogieron) y la semejanza con Sherlock Holmes era indisimulada y declarada desde el primer momento.

    Yo si le vi nmuerosos alicientes durante varias temporadas. Por contra nunca fui capaz de engancharme a Perdidos, una serie convertida en un continuo y artificial tour de force a medida que cobraba popularidad.

  7. qq says

    Qué bien traída la argumentación recortes sanitarios => sanidad peor y menos universal => mucha más santería, curanderismo y mentiraza. Qué grans verdad, y qué lástima. Volvemos a la Edad Media, lo siguiente, el derecho de pernada :-/.

    Sobre el doctor Casa, joder, todos tenemos nuestras debilidades, y he de admitir que yo soy fan de la serie. Sí, es inverosímil, repetitiva y a veces cansa, pero a mí me enganchó, qué le voy a hacer. Aunque es cierto que esta última temporada se me está haciendo eterna, y no la he dejado porque sé que se acaba y quiero saber cómo. Los guionistas se dieron cuenta hacia la mitad de la serie de que lo interesante eran las peripecias personales de los personajes, y no los casos médicos, y volcaron más la trama hacia allí. Pero en esta última temporada hasta eso parece agotado, y lo único que sostiene a la serie me parece que es, como digo, saber cómo va a terminar.

    Saludos.

  8. La mujer tranquila says

    @selito: el tema es que enfermedades raras desgraciadamente hay muchas y pintorescas si lo que quieres es precisamente hacer una serie de tv. El problema es que siempre era la misma y, evidentemente, con el mismo medio de diagnóstico claro… :p Un rollaco, vamos!

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