La cultura se marchita

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Caballero Bonald (izda.) conversa con Wert (ministro de Cultura), en presencia de González (presidente de la Comunidad de Madrid), tras recibir el Premio Cervantes, el pasado lunes. / Chema Moya (Efe)

Terminó el día del libro. Ya podemos regresar a la contraportada del AS, a los sol y sombra de Anís del Mono y a las maratonianas jornadas de telebasura. Acaba el día de San Jordi y comienzan a marchitarse, al mismo ritmo, las rosas y las esperanzas de cambio: en España la cultura es una farsa.

Le cuento esto mientras veo la foto de Caballero Bonald recibiendo el Premio Cervantes. El escritor habló en su discurso de agradecimiento del “infortunio histórico del franquismo”, de los “enemigos de la libertad” y del “menosprecio a los derechos humanos”. Le observaban, puestos en pie, entre adormilados y atontolinados, pensando en sus cosas, Mariano Rajoy, el Príncipe y Letizia, el ministro Wert, el presidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González, el obispo de Alcalá Juan Antonio Reig Pla y hasta Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid.

¿Qué tendrá que ver José Ignacio Wert con la cultura? Se preguntará el lector con dos dedos de frente. Pues imagine Ignacio González, el obispo, Letizia o la delegada del Gobierno.

La cultura es una pantomima, y el premio más importante de la literatura en español la prueba fehaciente del tamaño de esa impostura. Caballero Bonal, escritor comprometido, actor principal en un show cortesano, firmó un guión aparente pero sin ningún compromiso. Poca cosa para los tiempos duros que vivimos. Aire para los palmeros que le rodeaban en tan elegante evento.

La realidad es que desde 2008 la industria española del libro ha acumulado una caída del 40% del mercado y una pérdida del 30% del empleo. Premios como el Cervantes no sirven para nada, excepto para que los libreros, pobres, presuman de haber triplicado sus ventas el día del libro con respecto a una jornada normal. Lamentablemente, incluso en esa fecha tan señalada las ventas se redujeron un 15% con respecto a las del año pasado.

Y qué quiere que le diga del cine... Mientras Wert sonreía a Bonald el cine tocaba fondo: alrededor de 520.000 espectadores pasaron por los cines entre el viernes 19 y el domingo 21, apenas 3,7 millones de euros en taquilla. ¿El peor fin de semana de la historia? Unas cifras ridículas que hacen insostenible la industria cinematográfica. El pasado jueves se anunció el cierre de Alta Films, la primera distribuidora española de cine de autor.

Escribo estas líneas el día después, con los libros, el teatro y el cine cayendo en barrena y la adicción a la  televisión creciendo desmesuradamente. El pasado mes de marzo ha sido el de mayor consumo televisivo de la historia, con 262 minutos por persona y día. La televisión florece, la cultura se marchita.

2 Comments
  1. Mecacholo says

    Y sigue subiendo el consumo televisivo. Es increíble. Yo contribuí, en el Día del Libro, con la compra de «El Arte de la defensa». Magnífico. Gracias.

  2. Mecacholo says

    No puedo insertar comentarios hoy en el Desco, así que la publi la tendrá que hacer otro… u otra. 😉

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