5.000 euros
Luis Bárcenas, ex tesorero del Partido Popular que vive un periodo de reflexión en Soto del Real, ha pedido un favor al juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz: que libere 5.000 euros al mes de sus bloqueadas cuentas en Bankia y La Caixa para poder afrontar los gastos domésticos de su casa en Madrid. Ya sabe usted, la luz, el agua, la comunidad de vecinos, el teléfono, el gas... Lo normal. 5.000 euros al mes.
En mi pueblo, con 5.000 euros viven cinco familias como reyes durante todo el mes. Y no hablo de los "gastos domiciliados corrientes", sino también de la comida, la bebida, algo de ropa de mercadillo y hasta alguna prudente visita a la taberna para tomar café. Si quisiésemos incluir los libros de texto de los niños, o llenar de gasoil el depósito de la caldera de la calefacción, entonces habría que echar cuentas. Le hablo de todo esto porque vivimos en un país de dolorosos contrastes, donde las informaciones sobre el político millonario y el ciudadano en la ruina se cruzan cada día en la prensa, en la televisión o por la calle con espeluznante normalidad. Pensar que 5.000 euros son los gastos domésticos de una familia honrada supone un grave peligro para la integridad moral, y hasta intelectual, de una sociedad tocada en su línea de flotación.
Un desfase vital tan grande como el que sufre Arturo Torró, alcalde popular de Gandía, cuando ante las acusaciones socialistas sobre un asunto inmobiliario afirma: "¿Ustedes creen que me voy a ensuciar por un alquiler de mierda de mil euros, cuando tengo pisos repartidos por todo el mundo?". Un alquiler de 1.000 euros no es un alquiler de mierda para la gran mayoría de la gente, señor Torró. Incluso es un precio elevado para algunos simpatizantes de su partido, que viven en el mundo real, que se las ven canutas para reunir mil euros al mes, que no tienen pisos repartidos por el mundo.
¿El mundo? "España es el máximo éxito del mundo", ha llegado a decir este fin de semana el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, aseguran que en pleno uso de sus facultades mentales. "Somos capaces de dar lecciones a Europa y al mundo", sentenció durante la Escuela de Verano del Partido Popular celebrada en Gandía. ¿Una escuela de verano o un curso de autoayuda?
Bárcenas, el alcalde de Gandía, el ministro Montoro... Corremos el riesgo de normalizar las diferencias, las injusticias, las sandeces y hasta la delincuencia. De volvernos insensibles ante la realidad. De dejar de pertenecer a este mundo.
Esto es como el vídeo de la Anita Bottle: lo verdaderamente lastimoso es que no les dé vergüenza. Ni al Bárcenas ni al alcalde ese. Pero no es lo peor: lo peor es que, a pesar de su patetismo, los ciudadanos llevemos más allá el mismo al concederles el voto a gentuza de esta calaña o a quienes los defienden.
Si viven en su propia realidad, ¿como demonios vamos a esperar que mejoren la nuestra, que para ellos debe ser algo lejano, mítico y paralelo? Ante esto, la solución está clara: devolverles a esta realidad, que debería ser la única, a sopapos.
Pues a mi, de estos 3, lo de Bárcenas me resulta lo menos anormal. Es un tipo que ha vivido a todo tren y eso requiere muchos gastos. 5000 euros frente a 38 mill en Suiza (y, si es cierto lo que escuché ayer en una de esas tertulias derechonas a una periodista ‘del régimen’, en breve van a salir a la luz más minoyes por sudamerica). El problema para él es que ahora no tiene con que pagar tanto lujo y la pregunta es si hay que responderle a lo Andreita Fabra o no, porque al fin y al cabo los adeudados no tienen la culpa (aunque si la electrica que tiene se queda sin cobrar, ahí si que les toca un Andreita)
El de Gandia…. Es para preguntarle a sus votantes que le parece, aunque muchos tampoco tendrán la más mínima verguenza, dime a quien votas y te diré quien eres.
Montoro, simplemente es o gilipoyas o mentiroso redomado o ambas cosas. Habría que preguntarle aquí a los alumnos….