La gran invasión

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Parte del millar de inmigrantes subsaharianos que esperan ser alojados en uno de los pabellones de Tarifa (Cádiz), donde han sido repartidos desde que fueron rescatados estos últimos días en aguas de Gibraltar. / A.Carrasco Ragel (Efe)

"Las pateras vuelven a llenar el Estrecho", titulaba el prestigioso diario El País en su portada del pasado lunes. Y titulaba de esa manera porque Salvamento Marítimo y la Guardia Civil habían "interceptado en el estrecho de Gibraltar 31 lanchas hinchables con 299 inmigrantes a bordo". Una vez "lleno" el Estrecho, víctima del populismo periodístico, ¿cómo titulas cuando, solo unas horas después, el número de inmigrantes ha superado los mil? El Estrecho está... ¿Congestionado? ¿Rebosante? ¿Atestado? ¿Saturado? Cuando ya has "llenado" de pateras el canal de agua que separa África y Europa, y llegan más y más desarrapados, solo queda venirse arriba y hablar de invasión. Sobre todo cuando en días anteriores ya has utilizado términos tan resultones como "avalancha" o "asalto".

Invasión. Nos invaden los negros, por un lado, y sus virus por otro. Nuestra civilización se tambalea, nos invaden por dentro y por fuera, por mar y aire. Y ni la muerte de Robin Williams ni la de Lauren Bacall son capaces de distraer tanto al lector como una buena invasión. Solo el padre Pajares ha echado una mano en este sentido, pero la ha espichado demasiado pronto: el culebrón del ébola ibérico ha durado cuatro días.

Mientras los periódicos y las televisiones nos hablan de epidemias e invasiones, Rajoy, Cospedal, Pujol y compañía tan contentos. Castilla-La Mancha reducirá un 36% el salario de las nuevas becas de investigación, pero ¿a quién coño le importa la investigación cuando nos invaden negros hambrientos? En 2014 el recorte en dependencia ha sido del 46,7%, pasando de 2.205 a 1.176 millones de euros, pero ¿a quién cojones le importa la dependencia cuando un virus africano letal amenaza nuestras vidas?

La presión migratoria, le llaman. Y tiene muy mala solución. La gente desesperada, acosada por la miseria y sin futuro, suele ser muy tenaz. Solo les queda eso, la tenacidad. Lo que hace que su capacidad para invadir sea enorme, descomunal, apocalíptica: recuerde que para culminar su estrategia, que consiste en asediar, violentar y conquistar, utilizan material tan sofisticado como barcas hinchables de juguete.

Un Estado como el español, de gran prestigio y enorme credibilidad, no puede dar sensación de debilidad ante tamaña... invasión. El Gobierno de Mariano Rajoy ha convocado una reunión urgente de "la cúpula de Interior", el próximo día 13 de agosto, para "hacer frente a este fenómeno". Insuficiente. Blandengue. Mano dura con los invasores. Ahí tienen una innovadora propuesta: la escritora norteamericana Ann Coulter ha dicho en el programa debate de Sean Hannity (Fox News) que se siente "invadida" por los inmigrantes de todo el mundo, y como solución sugiere bombardear México para acabar con el problema en Estados Unidos. Coulter cree que si Obama afrontase los problemas fronterizos de su país como hace el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en Gaza, "podría resolver nuestros problemas".

Grandes males, grandes remedios. Grandes miedos, ciudadanos dóciles.

2 Comments
  1. qq says

    El ataque de los clones

    ¿Soy yo, o si le cortas el pelo y le pones cuatro arrugas bien dispuestas a la tal Coulter tienes a la mismísima Esperanza Aguirre?

  2. Selito says

    ¿Ves? Este es una hideputa como Dios manda. Dan ganas de desearle muchas cosas y ninguna buena, se te hincha la vena y te coges un cabreo como debe ser cuando lees declaraciones rastreras, miserables… hijasdeputa, en definitiva.
    Está claro ante qué clase de ser estás.

    ¿Herman Tertch? Un soplamocos, te da más penilla que otra cosa.

    Chungo problema el de la inmigración y más en esta Europa en general y esta España nuestra en particular, tal y como las están dejando a ambas.

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