Solo si se suma se puede

Juan Varela-Portas de Orduña *

Las que llegamos a Podemos desde el 15M y muchos años previos de trabajo en los Movimientos Sociales sabemos por experiencia que una solución consensuada es siempre mejor que una solución decidida por mayoría, por amplia que esta sea. Que no solo es mejor porque la inteligencia colectiva mejora el contenido de la decisión adoptada, sino porque el propio proceso de consenso hace a la Asamblea, Asociación o Colectivo que sea mucho más fuerte y unido. La satisfacción que los miembros del colectivo sienten cuando se llega a una resolución consensuada sin que nadie quede herido, convencidas todas de que es lo mejor para el colectivo y para lograr los objetivos comunes, hace que se refuercen los lazos grupales, la solidaridad interna, las ganas de seguir trabajando juntas, la motivación de todas y cada una. Es el deleite de la camaradería, de la filias. Claro que para ello el consenso debe ser realmente co-sentido, surgido por tanto de un debate en condiciones de igualdad, sin que los mejores (aristoi) o los que más alzan la voz impongan un consenso hegemónico que hace comulgar con ruedas de molino a quien ha quedado sin voz.

A mi parecer, dentro del proceso constituyente de Podemos, quienes mejor han sabido llevar a cabo este ideal de consenso de base, no impuesto, son los equipos que han confluido en la iniciativa Sumando Podemos. No han sido los únicos que han buscado el consenso. Ha habido otros procesos muy importantes, especialmente en el documento político. Pero, sin duda, los equipos de Sumando Podemos han sido los que lo han hecho de manera más ambiciosa y exitosa, reuniendo ideas y afectos de 37 equipos (cerca de 200 personas), en un proyecto colectivo en el que se ha potenciado lo mejor de cada grupo.

Han sido unos días apasionantes y agotadores, donde, por encima de sus ocupaciones cotidianas, las participantes han hecho un esfuerzo extraordinario. Primero se intentó la confluencia de los borradores de Podemos participar más y Profundización democrática, alrededor de la cual gravitaban varios equipos más, que desde atrás impulsaban esta fusión. Luego se decidió que era mejor que en torno a Podemos participar más, por un lado, y a Profundización democrática, por otro, se agruparan los borradores más afines a ellos, y luego se intentaría la confluencia entre las dos constelaciones. En medio de este proceso, llegó la propuesta de Es la hora de la gente, borrador que, en principio, parecía muy alejado de los otros dos, y la oferta de su equipo de cambiar todo lo necesario en su borrador original para confluir con los dos borradores que abogaban por una participación sin mediaciones. No fue nada sencillo. Los grupos de telegram y whatsapp echaban humo; las reuniones por mumble y presenciales se sucedían; las llamadas, las largas conversaciones... Un esfuerzo colectivo impresionante que, tras la reunión de Zaragoza convocada por Es la hora de la gente terminó fraguando en esa jornada mágica e inolvidable en Madrid, el sábado 18 de octubre, donde, en un enorme alarde de generosidad e inteligencia, la mayor parte de los equipos que participaban en el proceso llegaron a un consenso (algunos pocos se descolgaron por razones muy legítimas y comprensibles). Fue realmente una lección de democracia en acción.

Nació entonces un documento organizativo que intenta plasmar en su contenido lo que fue la forma del procedimiento que lo engendró: asegurar amplios espacios de participación y reglas de debate precisas para ayudar a los consensos internos; preservar la diversidad sin perjudicar la unidad; ayudar al empoderamiento popular y a la transformación social. Un documento para el que lo importante no es solo ganar sino cómo se gana, creando red, fomentando consenso, incitando a la solidaridad y al verdadero deleite de la política que supere el conflicto permanente en el que el capitalismo nos obliga a vivir. Por eso, a mi parecer, Sumando Podemos es la mejor plasmación del 15M y de los Movimientos Sociales dentro de Podemos. Es más: creo que el documento consigue aunar armónicamente lo que Carlos Taibo llamó las dos almas del 15M, la activista y la ciudadanista, en un logro ideológico de primera magnitud.

Sumando Podemos, sin embargo, cometió, en mi opinión, un error serio (¡qué fácil es decirlo a posteriori y desde fuera!), dejándose llevar por la tiranía de lo mediático (que es para mí la mayor amenaza que pesa sobre Podemos, y la política en general): en vez de hacer que el documento lo defendieran en la Asamblea presencial personas que participaron activamente en el proceso de confluencia, se decidió que fueran figuras mediáticas, algunas de ellas con escasa o ninguna participación en el mismo. Se permitió así que se generase una imagen de conflicto entre personalidades, y que se diluyese el método político que caracteriza a Sumando Podemos: la mano tendida, la aspiración máxima al acuerdo, el 'tiqui-taca' político frente al resultadismo que suele acabar con escasas victorias.

En todo caso, independientemente de lo que suceda en los próximos días, el esfuerzo enorme y habilísimo de confluencia realizado en estas semanas quedará como un hito en nuestro aprendizaje colectivo. Es, sin embargo, necesario que ese trabajo no cese aquí, que se sigan tejiendo redes, haciendo propuestas, aunando voluntades. Que se siga fortaleciendo el músculo de Podemos y con él su presencia en las calles y en las redes, fomentando la participación ciudadana en los Círculos y desde las casas, investigando opciones vanguardistas de democracia (como el sorteo o el Voto Transferible), etc.

Y sin olvidar nunca que, en la antigua Roma, un gladiador con un tridente no podía vencer, por hábil y poderoso que fuera, si en la otra mano no llevaba una red.

(*) Juan Varela-Portas de Orduña es activista y profesor de la Universidad Complutense de Madrid.