Plasma, un monumento a la mediocridad

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Rajoy, visto a través de una pantalla de plasma, en una imagen capturada en febrero de 2013, cuando, en pleno estallido del 'caso Bárcenas', el presidente permitió que una parte señalada de su discurso se ofreciera en abierto a los medios. / Efe

El mismo día que sabemos que 77.680 madrileños, la cifra más alta de la última década, colapsan la lista de espera para operarse, la élite del PP se rompe las manos aplaudiendo a Mariano Rajoy en la Junta Directiva Nacional del partido. Algunos lo llaman cuestión de piel. Otros, proximidad a los ciudadanos. Y también a los periodistas, que pudieron presenciar el show de unidad 'popular' a través de una televisión de plasma situada en una sala de prensa de Génova. Un sistema que utiliza el presidente para comparecer ante los medios de comunicación desde hace dos años, cuando se destapó el escándalo de los llamados 'papeles de Bárcenas'.

La distancia entre el partido que gobierna y los ciudadanos, y los periodistas, es cada vez más grande. Los primeros tienen que esperar a las próximas elecciones para responder a Rajoy, para replicar al partido que gobierna. Pero los periodistas podrían haberle exigido ya que no se esconda, que de la cara, que admita preguntas en ruedas de prensa, que aclare las dudas de los votantes, que practique la democracia en toda su grandeza. No lo hacen.

El plasma se ha convertido en el símbolo de un partido. De una forma de gobernar. Y también de la sumisión del periodismo ante el poder. Es la forma de adaptar la 'ley mordaza', en un imaginario Código Penal informativo, a los medios de comunicación. El plasma es un monumento a la mediocridad. De los políticos que se niegan a dar la cara, y de los periodistas que aceptan este burdo sistema de recibir información. De aquellos que se sientan como peleles en la sala de prensa del PP, un teatro de títeres, y de quienes desde los despachos de las grandes redacciones aceptan una y otra vez que los suyos sufran semejante humillación.

Incompetencia y negación de la realidad. Durante las visitas de Rajoy a los candidatos de su partido a las municipales se repetirán, como parte de la campaña del Partido Popular, dos consignas: "Presidente, gracias por todo" y "Orgullosos de pertenecer al PP". Gracias por todo al hombre que no vio la corrupción, que cobró en negro, que mandó un SMS pidiendo que fuese fuerte a Bárcenas cuando ya se sabía que tenía 48 millones de euros en Suiza. Orgullos de pertenecer a un partido que ha financiado sus campañas y remodelado su sede con dinero negro. "No podemos entretenernos en cosas que le interesan a 25"sentenció un Mariano Rajoy que, ante su junta directiva, apeló a "la grandeza" del partido: "El PP tiene credibilidad y relato... es el partido el que nos volverá a hacer ganar las elecciones. Conviene no olvidarlo".

La mediocridad es, como dijo el físico y escritor Jorge Wagensberg, una decisión personal. Los políticos del PP y los periodistas han tomado esa determinación: la senda del totalitarismo y la propaganda los unos, y del adocenamiento y la mezquindad los otros.

4 Comments
  1. qq says

    Cualquier medio de comunicación con un mínimo de dignidad debería negarse, por sistema, a enviar periodistas a estas pantomimas que los partidos llaman convocatorias de prensa. Con conectarse a la web del partido para obtener el vídeo es más que de sobra.

    Que los medios se plieguen a esta farsa y colaboren con ella es el peor síntoma de la época de servilismo periodístico que nos toca vivir. Es tristemente irónico que medios así pretendan denominarse como «cuarto poder», cuando no son sino lacayos del ejecutivo.

  2. juanjo says

    ¿Acaso alguien duda de lo del chorizo de Rajoy y de los descuideros s secuaces?

    Hay que ver a la cantidad y diversidad de artimañas a las que recurren y la cantidad de energía que consumen para convencernos de que son tontos en vez ladrones.

    .. Aunque, salvo en la retórica del Parido Popular, ¿en dónde se indica que no se pueda ser tontos y corruptos al mismo tiempo? ´

    .. por otro lado, ¿por qué se tiende a obviar el TAMAYAZO de la Espe.
    …. ¿Acaso alguien pude citarme una bribonada política que haya supuesto ingresos más millonarios?

  3. Beba says

    El autor del artículo les atribuye a los del PP la posibilidad de elegir el camino de la mezquindad. No sea generoso. No pueden elegir más que aquél camino al que les lleva sin remedio su mezquindad, su mediocridad, su categoría deleznable y su falta de clase, en el buen sentido del término.

  4. Josu says

    España es su cortijo; el plasma, su apuesta por las tic y nosotros, las papeletas. Todo su juego es que al final nuestras papeletas vayan a su urna: por el camino quedarán las mentiras, manipulaciones, choriceos, … Perdonado todo con la sagrada reelección y la consolidación de su derecho de pernada, su red clientelar y su señoritismo excluyente. Luego gritarán: viva España! y se irán a sus casas sabedores de que seguirán medrando a costa de todos, de que seguirán manipulando, mintiendo, estafando,… Eso si, como Dios manda!

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