La última esperanza

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Imagen de archivo de Rajoy y Mas durante una visita del presidente de la Generalitat a la Moncloa. / Efe

“Nadie ha hecho tanto para combatir la corrupción como este Gobierno”. Pablo Casado, vicesecretario de Comunicación y portavoz del Partido Popular, durante un mitin en Alcorcón el 25 de octubre. “Las leyes aprobadas por este Gobierno provocan graves dificultades en la investigación de las formas más graves de delincuencia, en especial de los delitos relacionados con la corrupción”. Conclusiones del XX congreso de la Asociación de Fiscales (AF) celebrado el 23 y 24 de octubre en Zamora.

En estos momentos de crisis feroz, de dudas morales y de desafíos soberanistas, España necesita más que nunca que los grandes estadistas del país den un paso al frente. Hablo de políticos íntegros y altruistas capaces de ofrecer sacrificio y sentido de estado, de obsequiarnos con su compromiso generoso, nobles gestos y una gran altura de miras. Ya sé en que está usted pensando: una mesa de diálogo con los dos grandes protagonistas de la actualidad, Mariano Rajoy y Artur Mas, presidentes unidos en el diseño de un proyecto de futuro para la nación. ¿Verdad que sí? Otra posibilidad sería reunirse con la oposición y los partidos emergentes. Acuerdos y reformas, en consenso.

La cosa no es tan sencilla. En el Partido Popular están indignados, no podía ser de otra manera, con los escándalos de corrupción que sacuden a Convergència, el partido de Artur Mas. Pablo Casado, el hombre que preguntó en su momento al presidente de la Generalitat si era capaz de “mirar a los ojos a sus ciudadanos sin reconocer que quien robaba a Cataluña eran los gobiernos nacionalistas de Convergència”, se muestra inflexible. Artur Mas ve las cosas de manera muy diferente, y cree que tanto su partido como él son objeto de “caza mayor”. Llevan diez años seguidos con una lupa de gran aumento investigándolo todo y registrándolo todo. Hasta ahora, no hay una sola sentencia que haya podido demostrar absolutamente nada”, dijo Mas justo antes de saber que la agenda de su tesorero destapa las mordidas de los empresarios a cambio de contratos públicos. “Somos el partido de la regeneración y la honestidad”, aseguró Casado, vicesecretario de Comunicación y portavoz del Partido Popular, minutos antes de que el juez José Castro exigiese al PP todas las facturas de las obras en su sede central de la calle Génova 13 entre 2002 y 2010.

El futuro de España está en manos de dos partidos estructuralmente corruptos y moralmente putrefactos. Dos partidos que se aferran a sus vicios, que se enrocan en sus mentiras, que mantienen a sus momias, que se envuelven en sus banderas. Las urnas castigan a malhechores y farsantes, pero no lo suficiente: todas las encuestas confirman al PP como primer partido en intención de voto el 20-D, y Más aún piensa que puede seguir siendo President.

No podemos confiar en estos partidos. No podemos encomendarnos a líderes mafiosos. No podemos alimentar esta política vieja y podrida. Resulta evidente que, en tales circunstancias, el país necesita un golpe de efecto. Solo puede salvarnos la intercesión de un ser superior, que para eso vivimos en una monarquía. La presencia del rey Felipe VI como intermediario, ese cemento que une a todos los españoles, se antoja imprescindible en momentos tan delicados. Sobre todo si le asesoran y acompañan en tan delicado viaje su padre, especialista en caza mayor, y su cuñado Iñaki, emprendedor habituado a los tantos por ciento y las financiaciones exitosas. Es la última esperanza de una democracia, la nuestra, que tiene muy buena pinta.

5 Comments
  1. Mecacholo says

    Me parto.

  2. enante says

    El problema es que la alternativa a estos partidos corruptos no tiene experiencia de gobierno y peca de infantilismo en muchas de sus propuestas. No hay una solución fàcil a la crisis que sufrimos.

  3. josu says

    Es todo un dislate. Si para aprobar el estatut hacen falta dos tercios cómo se quiere declarar la independencia con 72 diputados?! Los portavoces del PP rayan la subnormalidad y el sr. Rajoy vive muy bien echando leña al fuego y luego presentándose como el superbombero. ¡Asco de gentuza, Mas incluido!

  4. Y más says

    Lo cierto es que muchos peperos están en prisión y al clan Pujol Ferrusola aún ni los han tocado. Tampoco hay mucho trullo en los ERE andaluces. Al César lo que es del César.

  5. celine says

    ¿Quién dijo aquello de: «Cada país tiene el gobierno que se merece»?

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