EDUCACIÓN

Con la vocación no llegamos

  • "Comprobamos cómo cada curso se cierran unidades y disminuyen los profesores asignados a los centros públicos mientras suben las ratios"
  • "La convocatoria de huelga para el inicio de curso por parte de varios sindicatos es imprescindible"
  • "Otra de las graves consecuencias de la docencia online fue que injustamente se dejaron de cubrir las bajas en la mayoría de comunidades autónomas"

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Asamblea de Docentes Interinxs de Madrid (ADIMA)

Sabemos que nuestra profesión está cada día más cuestionada por personas que, a pesar de contar con un altavoz mediático, poco o nada saben de la labor docente. Tampoco nos ha ayudado la deriva privatizadora y de recortes de los sucesivos gobiernos tanto regionales como autonómicos. Solo con tener en cuenta la inversión del PIB dedicada a la educación, ya estaría todo explicado... Por eso no esperábamos halagos por nuestra labor durante el confinamiento, eso siempre lo tuvimos claro. 

Sin embargo, comprobamos cómo cada curso se cierran unidades y disminuyen los profesores asignados a los centros públicos mientras suben las ratios para hacinar a nuestras hijas y alumnos en aulas masificadas. Si no hacemos nada, será en esos espacios donde encontraremos una mayor amenaza, que al final terminará afectándonos a todos por igual.   

El caso de la Comunidad de Madrid es especialmente grave. El nulo interés por lo público que, sin duda, es el mejor instrumento para poner fin a las tremendas desigualdades, convierte a nuestra región en un lugar idóneo para fomentar la consolidación de la privada-concertada. De ahí que todavía no contemos con la adaptación de espacios ni el resto de medidas que llevamos meses demandando a pesar de contar con la financiación necesaria por parte del Gobierno central.  

Ante escenarios ficticios, creados con el único fin de fin legitimar una vez más sus recortes en la escuela pública, consideramos que la convocatoria de huelga para el inicio de curso por parte de varios sindicatos es imprescindible ya que, como comentábamos antes, a día de hoy no contamos con las instrucciones y recursos necesarios que permitan una vuelta segura a las aulas de la Comunidad de Madrid. Quedan poco más de dos semanas para el comienzo del curso. 

No estamos pidiendo medidas imposibles de llevar a cabo, solo reivindicamos los principales aspectos con los que cualquier docente querría contar para poder prolongar lo máximo posible las clases presenciales en el resto de Comunidades Autónomas. En este sentido, no vamos a negar que será complicado completar el curso en los centros, pero solo una adecuada inversión nos permitirá intentarlo asumiendo los menores riesgos posibles. Desafortunadamente, solo parece que la Comunidad Valencia ha trabajado en esta línea. 

Por otro lado, el hecho de no haber ampliado todavía las plantillas en Madrid nos hace temernos lo peor porque así será imposible desdoblar las aulas y garantizar la distancia de seguridad. Somos miles los interinos que todavía no sabemos el centro en el que trabajaremos y si es que lo haremos, porque otra de las graves consecuencias de la docencia online fue que injustamente se dejaron de cubrir las bajas en la mayoría de comunidades autónomas. Nos han abandonado a nuestra suerte, esa es la sensación mayoritaria en el colectivo. Claro, que es algo que tampoco deja en buen lugar a la ministra Isabel Celaá. Poco, tarde y mal son palabras que definen su gestión al frente del Ministerio hasta el momento.  

Por otro lado, cabe destacar que todos los docentes somos conscientes de lo imprescindible que resultan otras profesionales (las que se encargan del servicio de limpieza, administración, auxiliares de control, etc.) sin las cuales nos sería imposible desempeñar la labor que hacemos en las aulas. También es momento de dignificarlas contando con ellas y reforzando su presencia en los centros, ya que sin ellas no podremos hacerlo. Nos veríamos abocados a volver a casa y utilizar el ordenador, que es algo que nunca va a poder aportar la adecuada atención y socialización que garantiza el hecho de trabajar juntos en un mismo centro educativo. Esa también debería ser una conclusión que deberíamos tener clara tras estos últimos meses. 

Por ello, duele saber que otras regiones y países son capaces de consensuar una vuelta al colegio atendiendo estas reivindicaciones, mientras en nuestra comunidad recibimos desprecio e incluso insultos. No es que nos sorprenda, pero el consejero Ossorio debería pensar sobre todo en aquellos que viven en barrios más humildes y cuyas familias son vulnerables, pero no ha sido así. Entendemos que un ataque directo contra el profesorado por su parte no es sino un desesperado intento por eludir la responsabilidad del cargo que ocupa. No debe ser fácil comprobar que también aquí vamos a dar el paso y, aunque quizá haya sido por miedo, nos queda la esperanza de que la comunidad educativa rechaza esta forma de gestionar el próximo curso por el equipo de Ayuso. Siempre apoyado por su vicepresidente Ignacio Aguado, de Ciudadanos, quien no puede verse eximido de responsabilidad en esta coyuntura.  

El saberse perdedores ante las insistentes demandas de una comunidad educativa cada vez más unida, y esperamos que dispuesta a retomar la lucha para garantizar una vuelta segura a las aulas, debería movernos a enfrentar las desigualdades creadas por este equipo de gobierno que tanto bochorno y preocupación nos trae sin tener en cuenta lo más mínimo a sus ciudadanos. Por tanto, no podemos permitir que nos sigan vapuleando y mermando los recursos para la educación pública, ya que si lo hiciésemos nosotros también estaremos dando la espalda a quienes más nos necesitan.

No es tiempo de egos ni etiquetas, eso debería estar claro a estas alturas, sin embargo, la creciente irritación ante este incierto comienzo de curso debe incluir siempre a los estudiantes, familias y resto de colectivos de la comunidad educativa. Esta ha sido la postura de ADIMA en todo aquello que hemos llevado a cabo hasta el momento y la defenderemos siempre, porque solo de ese modo conseguiremos ser lo suficientemente fuertes para poner fin a una equivocada concepción de la educación como un negocio más del que sacar provecho en lugar de un pilar fundamental de nuestra sociedad. 

Nuestra vocación no es suficiente para suplir la falta de recursos en la escuela pública, así no llegamos. Por eso seguimos en el choque y confiamos en poder seguir sumando con el resto de la comunidad educativa para, de ese modo, lograr un cambio de rumbo en la casa vez más caótica gestión educación pública madrileña. Juntos somos más fuertes.

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