Twitter censura de cara a la galería

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El anuncio de una nueva política de censura en  Twitter ha levantado en apenas cuatro días un buen montón de opiniones en contra y hasta una propuesta de boicoteo entre los usuarios de esta red social. Los motivos no son muy distintos a los escuchados en otras ocasiones y apuntan a un intento de cumplir con la legalidad de los países donde la empresa pretende operar y en los que hasta ahora tenía el paso vetado, como es el caso de la todopoderosa China.

Pero antes de comenzar, algunas aclaraciones:

  •  Twitter no va a censurar a partir de ahora. Twitter ya censuraba, como muy bien sabemos en España y en otros países donde se han cerrado cuentas de usuario por motivos de diversa índole. La compañía aclara que de ahora en adelante esta retirada de contenido no se hará de forma "global" sino precisa o "granulada".
  • Por mucho que nos guste imaginar este asunto como una historia de dictadores masacrando a civiles (teoría alimentada, entre otras cosas, por la inversión saudí en Twitter) lo cierto es que los que ejercen más presión para la retirada de contenido en las redes sociales son países como Francia o Alemania, que cuentan con estrictas leyes para evitar la difusión de material xenófobo.
  • Por último, pedir la retirada de un contenido contrario a los derechos humanos no sólo debería ser legal en todo el mundo sino además muy recomendable. Otra cosa es la retirada de contenido de acuerdo a la legalidad de un pais que podría vulnerar precisamente esos derechos. Es este último asunto el que, con razón, más preocupa a la comunidad tuitera.

Como cabría esperar, la compañía no utiliza la palabra censura en ningún momento y prefiere referirse a los tuiteos o cuentas censuradas como "retenidas". Además, argumenta que todo el proceso de retirada se hará de forma transparente, de principio a fin.

Se supone que cuando un país censor envíe una notificación a Twitter comenzará el proceso: la compañía estudiará la petición, que deberá tener cierto aspecto legítimo. Después, informará al afectado y solicitará la retirada del contenido; si no obtiene respuesta o ésta es negativa, ejecutará la orden y el tuiteo será "retenido". Los ciudadanos del país que ha solicitado la censura sólo podrán ver entonces un escueto mensaje:

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Tuiteo retenido. Este tuiteo de @nombredeusuario ha sido retenido en el país: [nombre del país

La cosa parece sencilla, pero nada que tenga que ver con la libertad de expresión suele serlo. Porque la situación nos conduce a dos alternativas: o el proceso para retirar el tuiteo es muy rápido y, por tanto, no tan garantista como la compañía asegura; o sencillamente, la censura no servirá de nada. Me inclino por esta última opción.

La mayor difusión de un tuiteo se produce en un espacio de tiempo muy breve, que supone una pequeñísima fracción de su ciclo de vida. Los que consiguen mayor relevancia apenas viven uno o dos días, si no horas, antes de desaparecer entre la avalancha de tuiteos y pasar a formar parte del archivo del usuario, donde suelen perder su importancia informativa.

Si el tuiteo es especialmente relevante, cuando llegue la orden de retirada ya se habrá extendido por la red social y será imposible o extremadamente difícil su eliminación completa. ¿Cómo se puede eliminar un tuiteo que sido retuiteado, replicado o reescrito por miles o decenas de miles de usuarios?, ¿cómo borrarlo de las mentes de quienes lo han leído?

Si no es especialmente relevante, empezará a serlo cuando la comunidad descubra que ha sido censurado y obtendrá una atención que de otro modo no habría conseguido. Así, se produciría una paradoja perfecta en que la censura tendría un efecto contrario al pretendido: transparencia.

Luego toda esta historia parece más un gesto de cara a la galería de gobernantes que desconocen el funcionamiento de la red social, que una amenaza real de una censura que en Internet siempre habrá modo de sortear.

Otra cosa es la decepción que provoca comprobar cómo la empresa joven que abrió un nuevo cauce de comunicación y lo hizo desde una posición alejada de la frivolidad, la pacatería o el excesivo celo comercial, empieza a recorrer los mismos caminos que otras compañías mucho menos ejemplares. Para curar este mal, el único remedio es escuchar las críticas de los usuarios y olvidar por un momento los cantos de sirena en remotos mercados.

 

1 Comment
  1. ariel says

    Otras plataformas están siguiendo los pasos de Twitter y estableciendo mecanismos de censura. La última Google en su Blogger. Todo por entrar en un mercado como el chino…
    http://www.sixpads.com/2012/google-tambien-implementara-medidas-de-censura-por-pais-para-su-plataforma-blogger/

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