Las aplicaciones de mensajería se lanzan a ofrecer llamadas gratuitas

Las operadoras de telefonía móvil miran con mucho recelo los próximos pasos de aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp, Line o WeChat.

Después de que éstas les hayan hecho mucho daño, acabando por completo con el negocio que tenían montado con los SMS -servicio por el que se embolsaban como beneficio más del 98% del dinero que le costaba cada mensaje al usuario- las compañías telefónicas las ven ahora como serias amenazas a las ganancias que obtienen por las llamadas.

Hasta ahora, el único peligro real para ese negocio lo suponía Skype –bloqueado por algunos operadores- pero las aplicaciones gratuitas de mensajería instantánea han decidido dar un paso más en la relación que tienen con sus usuarios, y la mayor parte de ellas se han lanzado a ofrecer llamadas a coste cero, realizadas a través de Internet, y no sólo a otros usuarios de las apps, sino a cualquier número de teléfono.

Es lo que acaba de anunciar Line, que además de permitir realizar llamadas gratuitas entre usuarios de la aplicación, ahora lanza un servicio de llamadas a través de Internet (lo que se conoce como VoIP o voz sobre IP), que permitirá que cualquiera se ponga en contacto con otro número de teléfono a un precio muy reducido, sensiblemente más bajo que el que cobran las operadoras de telefonía tradicionales.

En este sentido, Line funcionará como Skype. De momento el servicio ha sido lanzado ya en Asia, donde Line es la aplicación dominante, pero previsiblemente llegará a otros mercados en los próximos meses.

Más allá va a ir WhatsApp, cuyo consejero delegado y cofundador, Jan Koum, ya anunció en el Mobile World Congress de Barcelona que en los próximos meses la aplicación que utilizan casi 1.000 millones de usuarios en todo el mundo permitirá realizar llamadas a través de Internet.

Koum no ha especificado si este servicio tendría algún coste, pero todo parece indicar que podría ser completamente gratuito, y eso sí que supondría un órdago de WhatsApp y su propietaria, Facebook, a las compañías de telefonía móvil. Cabe recordar que más del 70% de los usuarios de WhatsApp –casi 700.000 millones de personas en todo el mundo- se conectan a esta aplicación cada día. Si decidieran realizar todas sus llamadas por esta vía, las compañías telefónicas podrían sufrir, y mucho, una caída de ingresos considerable.

Line y WhatsApp no son las únicas alternativas. Viber, la aplicación de mensajería instantánea comprada por el gigante online japonés Rakuten, fue una de las primeras en ofrecer llamadas de voz gratuitas entre los usuariso de la app.

WeChat, otro sistema de mensajería instantánea que triunfa sobre todo en China, de donde es originaria, pero que también está implantado en otros mercados como el español, también permite realizar llamadas telefónicas de manera gratuita, e incluso tiene un servicio de videollamadas en HD que pueden utilizar todos los usuarios.

La respuesta de las operadoras no tardará en llegar. Ya ha habido algunos intentos –fallidos, en la mayor parte de los casos- de controlar las funcionalidades de estas aplicaciones. Como comentábamos, algunas compañías intentaron bloquear el uso de Skype desde el teléfono móvil para poder realizar llamadas, pero eso no ha frenado su expansión. Por otra parte, algunas operadoras se unieron para crear su propio sistema de mensajería instantánea, como Joyn, que resultó ser un fracaso estrepitoso y prácticamente ningún usuario lo utilizó.

Hay incluso quien plantea la posibilidad de que las operadoras puedan unirse para exigir a las aplicaciones el pago de una especie de canon por permitir realizar este tipo de llamadas. Sin embargo, es una opción poco probable, ya que exigiría que todas las compañías se pusieran de acuerdo. Si una se desmarcase del posible pacto y no cobrase, las aplicaciones podrían plantarse y dejar de pagar al resto, ofreciendo sus servicios en una sola compañía. ¿Os imagináis qué pasaría si WhatsApp sólo estuviera disponible en una operadora de telefonía? La migración de usuarios hacia esa compañía sería, posiblemente, abrumadora.

Sea como sea, lo que parece claro es que la hegemonía de las compañías tradicionales en cuestión de llamadas tradicionales tiene los días contados. La necesidad de un cambio en el modelo de negocio resulta evidente.