Sólo tres semanas de vida le han bastado a Meerkat para convertirse en la aplicación de la que todo el mundo habla, la que todos quieren probar y la que muchos se aventuran ya a decir que será una de las revelaciones sociales del año.
Es más que posible. Meerkat es un ejemplo de lo rápido que evoluciona la tecnología en Silicon Valley (Estados Unidos), donde en estos momentos un desarrollador de aplicaciones podría estar concibiendo la app que todos llevaremos instalada en nuestros móviles dentro de tan sólo unas semanas. El universo 2.0 cambia vertiginosamente y lo que ayer fue tendencia hoy queda relegado para dar paso a nuevas funcionalidades.
Algo así es lo que ha ocurrido con Meerkat. Su creador, Ben Rubin, un joven desarrollador israelí de 27 años, trabajaba en Intel hasta que decidió abandonar la compañía “porque se aburría” para centrarse “en sus propios proyectos” a principios de año.
Fue entonces cuando se le ocurrió crear Meerkat, una aplicación que sirviera para compartir momentos íntimos con personas conocidas y para la que se inspiró en Twitter, pero dándole más peso al vídeo en Internet. En tan sólo dos meses la tenía lista, y el pasado 27 de febrero logró que Apple diera su visto bueno y la incluyera en la Apple Store.
Desde entonces, y a pesar de que sólo está disponible para iOS, la aplicación ha logrado un éxito sin precedentes. En tan sólo tres semanas Meerkat cuenta su número de descargas por decenas de miles y, sobre todo, ha logrado que los ojos del sector tecnológico se vuelvan hacia el suricato (traducción de meerkat en inglés), animal que se ha convertido en su mascota.
Su funcionamiento es realmente sencillo. Una vez bajada la app de la Apple Store (donde se puede conseguir de manera gratuita), hay que registrarse utilizando una cuenta de Twitter (es decir, se debe ser usuario también de la red de microblogging).
Una vez hecho esto, para comenzar a crear un vídeo tan sólo hay que enfocar la escena que se quiera reproducir y pulsar sobre el botón “stream”. Esto permite que la señal se emita directamente y en tiempo real en el feed de actualizaciones (lo que también se conoce como “muro”) de Twitter.
Una vez que el usuario deja de pulsar el botón “stream”, la retransmisión finaliza y el vídeo no permanece guardado en ningún lado. Ya no queda disponible en el perfil de Twitter del usuario y, simplemente, desaparece. Eso sí, si el usuario quiere conservarlo en su teléfono móvil, puede hacerlo.
El gusto por lo efímero –que ya constituyó la base del éxito de Snapchat- es lo que está enganchando a decenas de miles de usuarios de todo el mundo que se han lanzado a crear streamings con Meerkat.
El éxito de la aplicación ha sido tal que Twitter ha tomado cartas en el asunto y le ha prohibido algunos accesos. Hasta ahora, cuando un usuario se registraba en Meerkat con su cuenta de la red de microblogging, ésta daba acceso a la app a todo su listado de contactos.
Así, cuando el usuario iniciaba un streaming, Meerkat podía enviar un mensaje a todos sus contactos en Twitter y avisarles de que se estaba produciendo.
Esta funcionalidad ha sido vista por la compañía como una amenaza, por lo que ha decidido restringir el acceso y, a partir de ahora, los usuarios no recibirán notificaciones cuando alguien inicie una retransmisión, sino que tendrán que enterarse porque lean el tuit que lo anuncia.
Twitter, que cuenta con 288 millones de usuarios activos en todo el mundo, no ha realizado declaraciones oficiales al respecto y se ha limitado a cortar el acceso a la app, algo que suele hacer cuando se encuentra con aplicaciones que amenazan su hegemonía.
Además, cabe decir que la compañía ha comprado Periscope, una aplicación de funcionalidades muy similares a Meerkat. No sería la primera vez que Twitter prohíbe una aplicación para lanzar él mismo esa funcionalidad tras la compra de una compañía que ya la había desarrollado.