Tsipras se enfrenta a divisiones en su partido y a una huelga en el sector público

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Miembros del partido anticapitalista de izquierda Antarsya se manifestaron ayer frente al Parlamento griego y han quemado una bandera de Syriza, la formación de Alexis Tsipras, como respuesta al acuerdo del primer ministro para obtener un tercer rescate, que también ha encontrado oposición dentro de la propia Syriza. Por otra parte, el socio de Gobierno de Syriza, la formación nacionalista Griegos Independientes, ha mostrado abiertamente su descontento con el pacto. “Ayer el primer ministro del país se enfrentó a un golpe de Estado, un golpe liderado por Alemania y otros estados como Holanda, Finlandia y los países bálticos", dijo el líder de esta formación ultranacionalista y ministro de Defensa, Panos Kamenos. Además de afrontar una probable reestructuración del gobierno, Tsipras podría tener que lidiar con una huelga del sector público convocada por el sindicato Adedy para mañana miércoles.

Otros miembros del Gobierno, como el ministro del Interior, Nikos Voutsis, dan por hecho, sin embargo, que el Parlamento aprobará las medidas legislativas necesarias para obtener un nuevo paquete de ayuda de la Unión Europea a pesar de que algunos diputados del partido del Gobierno han expresado sus discrepancias. "Las decisiones que facilitarán un retorno a la normalidad se llevarán a cabo", ha afirmado Voutsis, en declaraciones a la prensa. Tsipras, afronta una difícil situación con los más radicales de su partido, que consideran que ha cedido a las pretensiones de Alemania para aplicar algunas de las  políticas de austeridad exigidas por la Unión Europea. "Puede haber política para compensar estas medidas socialmente duras", ha afirmado el titular de Interior.