Altsasukoak Aske: “Queremos conseguir la manifestación más numerosa de Nafarroa”

Alsasua es un pueblo insertado entre montañas que no posee una belleza arquitectónica singular, y ha crecido al abrigo de la industria que aún se mantiene. Un pueblo de la Sakana navarra donde en las paredes ya cuelgan carteles que anuncian, en grandes letras, una jornada para el 14 de abril con la palabra “JUSTIZIA” y los escaparates de algunos comercios muestran unos carteles con forma de bocadillo que rezan “Justizia nahi dut” (Quiero justicia).

“Ten cuidado, a ver si con ese tatuaje (escrito en catalán) que llevas te pilla la policía y no sales de aquí”, me bromea uno de las pocas personas que se encuentran tomando un café en el Bar Las Vegas. En este bar céntrico esperamos a varios representantes de los movimientos de solidaridad que han surgido desde y debido al caso de Alsasua: Altsasukoak Aske y los promotores de la Marcha de Alsasua. Ellos son los movimientos iniciales que se han creado en red en torno al pueblo de la Sakana, pero se extiende por toda Navarra y algunas zonas de Euskadi.

Las familias de los encausados agradecen la implicación de todas estas personas "que se han movilizado desde el primer día, invirtiendo su tiempo libre, sus energías", destaca Bel Pozueta, madre de Adur, uno de los tres encausados en prisión provisional desde hace año y medio. "Solo tenemos palabras de agradecimiento".  A lo largo de toda la conversación mantenida con las familias [que puedes leer aquí] hacen constantes referencias a la gente que, de forma desinteresada ha estado a su lado. "Queremos destacar que Alsasua, sobre todas las cosas, ha sido el núcleo de un movimiento de solidaridad muy grande", resumen los familiares.

“La marcha, organizada en cinco etapas" se inició para dar a conocer el acto del próximo 14 de abril. El sábado, 48 horas antes del inicio del juicio en la Audiencia Nacional a los ocho jóvenes, se ha convocado un gran acto en Pamplona para el que, aseguran, han recibido ayuda de "varios lugares del Estado, no solo de Navarra". Destaca sobre todo la implicación "desde Catalunya y Madrid, pero desde otras zonas se han fletado autobuses" para estar en la marcha, que comenzará en los Cines Golem de la capital navarra a las 17:30 horas.

"Estamos desbordados de solidaridad", afirman desde los colectivos Altsasukoak Aske y los promotores de la Marcha de Alsasua. Y recuerdan la manifestación celebrada durante los Sanfermines de 2017, a la que asistieron más de 6.000 personas. Para esta ocasión, cuentan con el apoyo del Parlamento de Navarra, quienes no solo asistirán sino que animan a la ciudadanía a unirse "con el objeto de demostrar un compromiso por los derechos humanos, las libertades y las garantías democráticas". Cuentan con el apoyo de una treintena de asociaciones y personalidades como Miguel Sánchez Ostiz, el ilustrador Mikel Urmeneta o los directores de cine Montxo Armendariz y Helena Taberna.

La solidaridad ha sido patente y se ha “extendido a toda Navarra y a otras zonas de Euskal Herria y del resto del Estado”, indica Aritz, de Altsasukoak Aske. Prueba de ello ha sido la implicación de los pueblos de diversas zonas de Navarra. “Veíamos cómo la gente salía a la carretera desde pueblos donde la marcha no paraba, con carteles y pancartas de apoyo”, apuntan desde la organización de la marcha. “Es una solidaridad que nos ha desbordado, todas las expectativas las han superado con creces”, resumen.

“Cuando hemos estado por las diferentes comarcas, nos hemos dado cuenta de que había poco que contar del proceso, de lo que está pasando, están muy sensibilizados con el tema. Aquí llevamos años viviendo situaciones así”, apostillan. Afirman que la gente se acercaba a darles apoyo, a demostrarles que estaban con el pueblo de Alsasua y que ellos también creían que se trataba de un juicio y un proceso injusto. Y, a su alrededor, se han creado otros grupos afines, bajo el lema 'Gaur Altsasu, bihar zu' (Hoy Alsasua, mañana tú) con participación de jóvenes de la Ribera navarra y la zona media.

Las redes de solidaridad que se han tejido desde octubre de 2016, con varios actos, concentraciones, charlas, exposiciones… en las que han podido contar “la versión de los jóvenes y de los alsasuarras” en un caso en el que, aseguran, “hay un discurso único, el de la otra parte, los guardias civiles” afirman desde Altsasukoak Aske. Cada viernes, desde entonces, los habitantes del pueblo y de alrededores se concentran en la Plaza de los Fueros de la localidad. “Y es mucho decir que cada viernes hay cerca de mil personas concentradas aquí, pase lo que pase. Hemos llegado a contabilizar casi 2.500 personas en una de estas concentraciones. Es una respuesta impresionante para un pueblo de algo más de 7.000 personas”, resumen desde la plataforma.

Sobre el juicio: "¿De qué locura estamos hablando?"

No solamente hay participación a nivel personal e individual, sino a nivel de organización: “hay 50 entidades y organizaciones involucradas en estas marchas y manifestaciones”. “No hay mucho optimismo de cara al juicio, pero sí hay optimismo en que la solidaridad es el camino” para acabar con situaciones así, afirman. Y protestar, la vía para pedir "un juicio normal, algo que aquí no se está dando, porque no se está permitiendo el aporte de pruebas por parte de los jóvenes de Alsasua".

Consideran que desde la "misma instrucción ya se está viendo que se trata de un juicio totalmente injusto para una de las partes". Y recurren a las leyes para argumentar: "la ley antiterrorista afirma que, para que un acto sea juzgado así, tiene que haber heridas graves. En este caso solo ha habido heridas leves, la rotura de un tobillo. ¿¡De qué locura estamos hablando!?", prosiguen.

También desde las plataformas de apoyo ahondan en esta idea: la de un juicio en el que no se está garantizando la defensa íntegra de los ocho acusados. "Que puedan demostrar qué ocurrió aquella noche es lo más básico que podemos pedir, sin poner la atención en el terrorismo, porque han sido otros los que han querido poner el foco en ese aspecto, no en la pelea en sí", afirman.

Sobre el discurso del odio que se ha extendido y que se aprecia en la instrucción, un acto de odio a la Guardia Civil, también se mojan y afirman. "Claro que hay problemas con la labor que desempeñan estas personas: ponemos en cuestión su trabajo, igual que lo hacemos con el modelo sanitario o la recogida de residuos". Desde que el caso de Alsasua se hiciera público muchos han sido los medios que han cubierto las dificultades de ser Guardia Civil y vivir en zonas como la Sakana. Ellos reconocen que "no es el mismo ambiente que pueden encontrar en Segovia o Ávila, pero aquí ellos van a comercios con total normalidad, hay familias de guardias civiles asentadas en la localidad desde hace décadas, los hijos juegan y han jugado con algunos de los chicos que hoy están encausados..."

Sobre el discurso del odio que se ha extendido también en informaciones relativas a Alsasua y a cómo viven los agentes en estas localidades, afirman: "es una palabra que no me gusta, pero si la Guardia Civil siente que les odiamos, es lo mismo que sentimos nosotros por su parte. Ellos también nos odian".

Otra de las motivaciones por las que deseaban llevar su mensaje por toda Navarra es para informar y "evitar que casos así y que aplicaciones de la ley antiterrorista como la que aquí estamos viendo sean ya la normalidad y mañana lo veamos con vecinas de Iruña, de Oñati...". Y finalizan: "¿Cuánto tiempo van a tener que pasar estos jóvenes en la cárcel para que haya justicia?"

“Que COVITE equipare la pelea de Alsasua al caso Ordóñez es una locura”

El caso de la pelea de Alsasua fue considerado desde un inicio por instancias judiciales navarras una pelea de bar. Los informes posteriores realizados por la Policía Foral, primera en llegar al Bar Koxka y después por la propia Guardia Civil evidenciaron que se trataba de un enfrentamiento como cualquier otro, nada reseñable. La noche en que ocurrió todo fue el último día de ferias en la localidad de la Sakana, a las 5 de la mañana. Cuando todo había quedado en una pelea y un tobillo roto como máximo daño, llegó el anuncio de COVITE. Llevaba el caso ante la Audiencia Nacional para que se juzgara como terrorismo.

Para ambos colectivos el caso en sí es un "atropello", pero consideran que "el hecho de que COVITE equipare la pelea de Alsasua al caso Ordóñez es una locura", aportan. "¿Es terrorismo lo que hicieron con su hermano? Sí", afirman "¿Es terrorismo lo ocurrido en Alsasua? No lo es", diferencian. El colectivo denunció a los ocho jóvenes alsasuarras y comenzó el proceso que mantiene a tres de ellos en prisión provisional desde hace más de 500 días.

“Vemos en la actitud de COVITE un revanchismo que no nos lo podemos explicar”, afirman también desde ambas plataformas, un planteamiento que comparten las familias de los procesados. “Desde luego que Consuelo Ordóñez no nos va a dar una lección de dignidad". Refieren esta opinión cuando son cuestionados por la irrupción de Ordóñez y otros miembros de COVITE en la Plaza de los Fueros de Alsasua, en medio de una manifestación organizada por el pueblo para pedir la libertad de los encausados.

"Consuelo Ordóñez se aseguró bien de traer cámaras de televisión con ella. Nosotros estábamos concentrados y vimos un revuelo de gente que se giraba hacia un costado de la plaza", relatan. "Entonces vimos cómo entraba Consuelo Ordóñez con otros miembros de COVITE, con carteles sobre el odio y, detrás de ella, varias televisiones del Estado", prosiguen. ¿Cómo lo valoran desde las plataformas? "Querían llevarse una imagen de odio o incluso de violencia de los alsasuarras y de la gente aquí concentrada", resume Aritz, "pero no somos gente violenta: vinieron a provocar y no les dimos el gusto de responder a su provocación".