Los Oscar de los perdedores

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Los producotres de '12 años de esclavitud' Anthony Katagas, Jeremy Kleiner y Dede Gardner; el director de la pelúcla, Steve McQueen, y el también productor de la cinta, Brad Pitt (de izda a decha.) posan con sus Oscar en la gala. / Paul Buck (Efe)

En estos momentos complejos e inciertos en el corazón de Europa, otra vez Crimea, nosotros tenemos que mirar hoy al Oeste para evadirnos y seguir soñando, y contarles el reparto de gloria que ha dejado la fiesta de promoción del cine de Hollywood.

Si el año pasado al presidente Obama se le aguó la fiesta porque la biografía del antiesclavista Lincoln no se llevó el premio a mejor película, este año puede brindar con su mujer y todos los afroamericanos del país, aunque sea sin cámaras, porque 12 años de esclavitud sí ha conseguido el Oscar a la mejor película. Un premio de conciencia, que estaba cantado en forma de blues. Si había un momento para revisar sin rodeos ni adornos este sistema social, que estuvo vigente de hecho en EEUU. desde su fundación hasta hace bien poco, era éste, con un presidente negro sentado en la casa blanca. A ver quién se atreve a no darle el premio. Y además Steve McQueen ha hecho un trabajo serio e importante, y ha conseguido que se llevase también los Oscar a mejor guión adaptado y actriz secundaria para la mejicana de origen keniano, Lupita Nyong’o.

No obstante, la triunfadora de la noche, como se suele decir en este espectáculo casi circense, ha sido Gravity, del también mejicano Alfonso Cuarón, que se ha llevado siete premios de los 10 a los que optaba: dirección, fotografía, montaje, banda sonora, edición de sonido, mezcla de sonido y efectos especiales, convirtiendo de paso a su director en el primer mejicano y puede que latinoamericano en conseguir el Oscar a la mejor dirección. Aunque el verdadero premio de la película ya estaba cosechado con los más de 700 millones de dólares que lleva recaudados.

En cuanto a los otros premios de interpretación, nosotros no nos equivocamos al apostar por el estupendo trabajo de Cate Blanchett en Blue Jasmine, a pesar de las extraordinarias competidoras que tenía. Y tampoco nos ha sorprendido mucho, aunque lo sentimos por Bruce Dern (Nebraska), el Oscar de mejor actor para Matthew McConaughey, uno de los ex de Penélope en su ascenso por Hollywood, que después de muchos años ha aprendido por fin a actuar, perdiendo de paso unos cuantos kilos para su papel en Dallas buyer´s club, película de frontera, tráfico de medicamentos, homosexuales, sida y buena fe, que también ha obtenido el de maquillaje y ha servido para que Jared Leto consiga el Oscar a mejor actor secundario, por su papel de travesti.

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El director mexicano, Alfonso Cuarón, con los Oscar de Mejor Director y Mejor Montaje. / P- B. (Efe)

El premio a la mejor película de habla no inglesa, una categoría a la que tenemos mucho cariño porque suele recoger buenas candidatas, ha sido para La Gran belleza, de Paolo Sorrentino. Con este premio, Hoolywood se ha puesto romántico recodando con nostalgia a Fellini y el esplendor perdido de Roma, pero ha dejado sin laureles ni repercusión, por tanto, a cintas tan intensas y valientes como La Caza, de Thomas Vintenberg.

Y llegados a este punto, nosotros creemos que es justo mencionar a los perdedores, de hecho creemos que los perdedores son en realidad los ganadores, porque este año ha sido el año de los que han perdido, han sido ellos los que se merecían los Oscar.

No tiene nombre, por no decir otra cosa, que Joaquin Phoenix no haya sido ni nominado al mejor actor por su extraordinario y difícil papel en Her, la interesantísima película sobre la soledad, el amor y el futuro de Spike Jonze, quien increíblemente tampoco estaba nominado como mejor director. La cinta se ha quedado tan sólo con el Oscar al mejor guión original.

Nos parece sorprendente y lamentable que cintas como La gran estafa americana, Nebraska o incluso El Lobo de Wall Street se hayan ido de vacío. Desde estas páginas augurábamos premios para las dos primeras, sobre todo en interpretación, dirección y guión, porque ya sabíamos que ni Di Caprio ni Scorsese son santos de la devoción de la industria. Definitivamente este año han sido los Oscar de la moderación y la corrección política. Cómo iban a premiar a cintas que hablan de estafadores, ladrones de guante blanco, drogadictos, lumpen o perdedores en el corazón de los Estados Unidos. Cómo iban a mirar bajo la alfombra. Han preferido mirarse el ombligo y salir del paso.

Y para terminar con los olvidados, la interesante Capitan Phillips , de Greengrass, también se ha quedado sin nada, lo mismo que Philomena, de otro británico, Stephen Frears, y el único español nominado, Esteban Crespo, se ha quedado sin premio por su cortometraje Aquél no era yo, que ha ido a parar a la cinta Danesa Helium.

Este ha sido, groso modo, el reparto de los principales premios de la edición 86 de los Oscar. Nada nuevo bajo el sol. Gloria y su repercusión dineraria para los ganadores, un grato recuerdo para los perdedores, para los que deberían haber ganado, y demasiada ortodoxia en un año de buena cosecha en general. Quien quiera profundizar y ver detalles puede leer la edición de hoy de cualquier periódico del mundo.

Nosotros nos despedimos hasta otra, volvemos a mirar con preocupación al este, a Ucrania, y les recomendamos que si tienen ocasión se pasen por el Festival Solidario de Cine Español de Cáceres,  que se celebra del 1 al 15 de marzo en la ciudad extremeña para recaudar dinero destinado a ayuda social viendo películas españolas.

4 Comments
  1. cheff says

    Me alegro que El Lobo de Wall Street no se haya llevado nada. Lo siento por la gran estafa americana

  2. kingspinch says

    Como siempre digo, hay perversiones implícitas en el diseño de todos los premios del mundo: la más clara es que hay ediciones en los que habría que declarar algún premio desierto y otras en las que habría que premiar a más de uno. Pero hoy por hoy eso es impensable. El azar tampoco debería jugar en esta ruleta porque, por muy buena que sea tu peli, puede perder si ese año la cosecha de otras bodegas es de calidad, e incluso podrías ganar si te coincide un año de competidores flojillos.

    Así que yo estoy un poco del lado de los que reniegan de los premios y su repercusión porque la estructura básica de funcionamiento de casi todos tiene demasiados agujeros para hablar de justicia y meritoriaje. Ahora bien, bienvenidos sean los concursos y los premios si sirven de promoción general del 7º Arte, que se hable de él en los medios y paliar un poco la pereza de los espectadores vagos, para que se levanten del sofá y vayan a comprar una entrada de cine (con o sin palomitas).

  3. Lara says

    Me encanta que se lo haya llevado La Gran Belleza…, una peli para vibrar. Y desde luego una pena que La Gran Estafa Americana no haya triunfado…, peli de personajes auténticos y muy divertida.

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