Jardiel Poncela, nuestro moderno

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Planos del teatro giratorio de Jardiel Poncela. / sgae.es

Enrique Jardiel Poncela es uno de los escritores más significativos del siglo XX, y perteneciente a esa otra Generación del 27 que no sale en los manuales de historia al lado de los poetas, que parecen haberlo acaparado todo. Jardiel fue un personaje muy español, con un lado 'genialoide' que es el modo más seguro de ser preterido, cuando no despreciado. Jardiel fue un raro en su época, tan raro que lo de la familia tradicional nunca fue con él y tuvo hijas, siempre hijas, Mari Luz, Evangelina... porque parece que la vida le empujó a ello como corresponde a un padre soltero, ¿qué haría un hijo varón en todo este embrollo?, y todo parece indicar que buscó unas madres ad hoc con la condición de que, una vez hubieran parido desaparecieran sin dejar huella, porque la relación que tuvo con Josefina, la madre de Evangelina, da a entender todo esto.

Parece parte de una comedia suya pero lo cierto es que fue así, Jardiel era personaje proclive a ponerse el mundo por montera y no solo en su vida artística sino en su manera de vivir. Nunca hizo distingos. Esa dimensión de Jardiel me la contó Dorrell, un inglés que yo, jovencito, tomaba como un anciano. Aquel Dorrell se casó con una de las hijas de Jardiel y me comentó algunas características de su suegro, maravillosas, y que yo tomaba con avidez. Así pasé tardes enteras conversando con él en un Café Comercial que era ventana de las luchas entre los grupos de extrema derecha que subían por la calle Génova y los ácratas que aparecían por Malasaña. Tiempos de la Transición. Entonces Jardiel era preterido por la izquierda por ser un personaje conservador, Alfonso Paso fue uno de sus yernos, y los que éramos 'jardielistas' perdidos, término que acuñó Alfredo Marquerie, esperábamos nuestra oportunidad reivindicativa, que nunca se produjo. Jardiel fue un personaje 'genialoide' que siempre esperó el gran homenaje de su país, homenaje que nunca le llegó, y eso a pesar de que sus obras se representen de continuo y siendo un dramaturgo de tirón popular.

Ahora, la SGAE, que convoca un premio de teatro desde hace 23 años, ha decidido que éste se llame a partir de ahora Premio de Teatro Jardiel Poncela y, además, ver para creer, en la Sala Berlanga se acoge una exposición que bajo el título de Jardiel Poncela, movimiento lateral ascendente, muestra proyectos locos del autor de Te espero en Siberia, vida mía, amén de lecturas dramatizadas de obras suyas, proyección de películas basadas en piezas de teatro, como Blanca por fuera y rosa por dentro, que ha comisariado Ignacio Armada. Los objetos que se muestran proceden en parte del Centro de Documentación y Archivo de la SGAE y algunos aportados por sus familiares, en especial Carlos Dorrell, nieto de Jardiel e hijo de aquel Dorrell con el que yo charlaba en el Comercial y la actriz Paloma Paso, nieta asimismo de Jardiel, que ofreció un recital de poemas de su abuelo que ha publicado recientemente la editorial Hiperión.

Enrique Jardiel Poncela hacia 1931. / Wikipedia
Enrique Jardiel Poncela hacia 1931. / Wikipedia

Jardiel fue un personaje multifacético, dramaturgo, cuentista, novelista, guionista de cine, poeta... un curioso 'genialoide', ya digo, hecho con la misma pasta que Ramón Gómez de la Serna, pero de fondo más triste, más dotado de inquietud. Esta muestra ahonda en el lado menos conocido de Jardiel. Aquí nos encontraremos con las huellas más evidentes del autor de Eloisa está debajo de un almendro o Los ladrones somos gente honrada, pero la muestra pretende que ese lado popular de Jardiel, sus obras de teatro más famosas y las adaptaciones de ellas llevadas al cine, hasta Pedro Lazaga se lanzó con alguna de ellas, no oscurezcan al Jardiel más vanguardista, aquel que escribió cuentos al que les faltaba una letra del abecedario, aquel que planeó un teatro giratorio que permitiera meter una locomotora en un escenario y que es la joya de la corona de esta exposición, un proyecto un tanto loco e irrealizable que, sin embargo, se ganó el beneplácito de dramaturgos muy serios de aquellos años, como Jacinto Benavente, que escribió una Tercera en ABC fascinado por el proyecto, amén de primeras ediciones de sus obras, como El plano astral, su primera novela, ilustraciones de publicaciones suyas, caricaturas de él provenientes de la prensa de la época... en fin, lo que ha dejado que quepa en la sala el proyecto de teatro giratorio, que ocupa cinco metros.

Especial mención merece la etapa en que Jardiel pasó en Hollywood, junto a Mihura, Edgar Neville, López Rubio y otros, que atraidos por el mercado norteamericano de las películas dirigidas al público latinoamericano se fueron allí para vender su talento por un buen puñado de dólares. No fue para tanto, sobre todo en lo tocante al dinero, aunque alguno, como Neville, se hizo una foto, y tuvo cierta amistad, con Charles Chaplin, pero hay momentos de aquellos años que alguna vez serán reconocidos en lo que valen, como que fue una adolescente Concha Piquer la que rodó en Estados Unidos, antes que El cantante de jazz, de Al Johnson, la primera película donde la banda sonora se acoplaba a la imagen y que Jardiel, que convencía al más reacio, fue el primero que consiguió que Hollywood le rodara una película basada en una obra de teatro suya y, por supuesto, rodada en verso. La realizó la Fox en el año 34 con dirección de Louis King. La obra, Angelina o el honor de un brigadier, pasa por ser una de las obras más famosas de su autor, pero la versión de cine se ha visto en contadas ocasiones y se proyectará en estas semanas de homenaje a Jardiel, abiertas hasta el 15 de diciembre.

Jardiel fue un autor 'genialoide' que tuvo como maestro a un escritor 'genialoide', como Ramón. Murió, abandonado y en la miseria, de un cáncer de garganta a los 50 años. En su epitafio se puede leer, “Si queréis los mayores elogios, moríos”. La muestra de la SGAE debería ser un precedente del gran homenaje que Jardiel aún espera. Por lo menos, por parte de los muchos jardielistas que en el mundo hemos sido y seremos.

2 Comments
  1. paco otero says

    Insisto hasta la pesadez, en la necesidad de sumar…tristemente casi en todos los lados de esta piel IBERA LA PALABRA COMPARTIR SIGUE ESTANDO EN DESUSO Y CASI SE LLEGA A ENTENDER COMO SINÓNIMO DE DEBILIDAD…pues bien apoco que como bien indica el MAESTRO JURISTO,buceáramos un mínimo por nuestra historia del saber y la cultura , nos encontraríamos con con los pilares de una bastisima e impensable cultura hispana. solo unos pocos lo saben y usan, pero la gran mayoría solo atiende a los DIOSES YA CONOCIDOS Y ENCIMA AHORA HASTA SIMPLES ANGELOTES PROMOCIONADOS COMO EL AVECREN… GRACIAS UNA VEZ MAS, MAESTRO JURISTO

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