“Mientras dure la guerra”: estupendo film que los fachas van a despreciar (sin verlo)

  • La nueva película de Alejandro Amenábar se proyecta este fin de semana en el Festival de San Sebastián y llega a las salas españolas la próxima semana
  • El film ahonda en el enajenamiento de Franco, en su epifanía de creerse el nuevo Cid Campeador
  • Es la película más lograda del director y forma parte del grupo “serio” de su filmografía, de sus películas académicas e “importantes”

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“Otra película de buenos y malos”. “El día del estreno veré Rambo V”. “En esta adulterada versión de los hechos se le da pábulo a asesores históricos ajenos a la vida del general Millán-Astray. Su interés por el héroe, fundador de La Legión, no se corresponde a la justicia de una vida entregada a España”. “Esta película difama a Millán-Astray a cambio del dinero de todos”. “Amenábar, devuelve la pasta”. Todos estos comentarios que acaban de leer los encontré en la cuenta oficial de Facebook de Mientras dure la guerra, película de Alejandro Amenábar que se proyecta hoy en el Festival de San Sebastián, llega a las salas españolas el viernes que viene y va a ser una de las claras favoritas en los próximos Premio Goya. Los firmantes de los comentarios, por supuesto, no han visto la película ni la verán.   

Hace días vi, zapeando, a un tertuliano de Intereconomía Televisión al que le preguntaban por la película que nos ocupa. El tipo reconoció, sin inmutarse, que no la había visto y soltó la habitual patraña: no pensaba verla porque el cine español siempre está con la matraca de la Guerra Civil. Como recordó Javier Zurro cuando se anunció el rodaje de Mientras dure la guerra, el cine español casi no hace películas sobre la Guerra Civil. En los últimos 8 años sólo un 1,04% de las películas estrenadas se desarrollan en el la Guerra Civil. Es decir: 15 películas de 1.249.

Repito: 15 películas de 1.249. Es más: prácticamente no existen películas sobre la guerra desatada por el golpe militar del 36. El cine español se ha centrado mucho más en la posguerra, en los 40 oscuros años de dictadura fascista. Y que la mejor película sobre la Guerra Civil la haya tenido que rodar un inglés (Ken Loach en Tierra y libertad) lo dejamos para otro artículo.

No se imagina uno a un espectador norteamericano (ese gran referente para el “liberal” español) decir que en Estados Unidos se han rodado demasiadas películas sobre la Guerra Civil Americana. Pero esto es España, donde el portavoz de un partido de extrema derecha en el Congreso dice que no condena la Guerra Civil o el franquismo porque eso es “materia de los historiadores”.  Y sin despeinarse.

Los herederos de los golpistas y sus cómplices siguen ahí, en sus poltronas, sus medios de comunicación y sus redes sociales. Por eso Mientras dure la guerra es un film perentorio además de bueno, porque recuerda que Franco no vino del cielo. El criminal con voz de pito es un cúmulo de circunstancias, casualidades, cómplices y accidentes como el del avión de Sanjurjo, que iba antes para Generalísimo, esa palabra tan ridícula que se sacaron de la manga los sublevados.

Y es muy interesante ver en una gran pantalla la historia de tu país y descubrir cómo eran Franco y su hermano Nicolás, los generales Cavanilles, Kindelán y Mola y José Millán-Astray. Porque pocos saben, y esta película ayuda a que se sepa, que Franco iba a ser solo el gran jefe militar mientras durase la guerra, pero aquella condición desapareció de los planes finales de la Junta de Defensa Nacional convirtiendo a ese ridículo ser en Caudillo. Lo dice en la película uno de los sublevados: “Si le damos el cargo, este no lo suelta hasta que se muera”. Y así sucedió, y además la película ahonda en el enajenamiento de Franco, en su epifanía de creerse el nuevo Cid Campeador. Suena loco y absurdo, pero es que fue así.

Debo reconocer que fui a ver la película con un solo prejuicio: la prótesis de nariz. Al ver fotos de rodaje descubrí que le habían puesto una vasca napia a Elejalde y me pareció innecesaria. Me equivoqué al prejuzgar el trabajo del equipo de maquillaje, formado por doce personas. Te olvidas de la nariz y en cambio no puedes dejar de pensar en el hueco del ojo de deforme Millán-Astray, otro gran trabajo.

Tanto Karra Elejalde (Unamuno en sus últimos días), como Eduard Fernández, (el legionario cojo, tuerto y manco que parecía Mister Potato) están perfectos. Ha sido un gran acierto por parte de Amenábar dar al vasco el papel principal y al catalán el papel de su antagonista, que casi roza el personaje de tebeo pero es que Millán-Astray era así y su delirante España era un cómic. También Franco, un ser de chiste, está muy bien recreado por Santi Prego en una apuesta muy complicada que solo han superado Pepe Soriano (en Espérame en el cielo) y Juan Diego (en Dragón Rapide).

Elejalde ha construido de maravilla un personaje casi fordiano, con su viudedad, su tremenda personalidad, su mala leche, sus rutinas, su poder en plena decadencia... A la manera de un Spencer Tracy en El último hurra pero sin que Amenábar llegue, por supuesto, a esas cotas de genialidad. Además del maquillaje, a Elejalde también le ha ayudado mucho el estupendo trabajo de vestuario de Sonia Grande.

El guión de Mientras dure la guerra es brillante porque tiene una idea y es buena: usar los días previos al famoso discurso de Unamuno en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca para explicar su contradicción, el descubrimiento y el reconocimiento de su vergonzante apoyo a una pandilla de matones y asesinos. Además se agradece que Movistar, que ha pagado la película, haya confiado en el trabajo de Amenábar pero con un guionista experimentado, su tocayo Alejando Hernández, autor del guion de la entretenida y muy digna película histórica 1898. Los últimos de Filipinas, comentada en este diario y que también espantó a los fachas.

Así, Mientras dure la guerra transcurre en un escenario acotado, como de western. Aquella Salamanca del 36 es un lugar simbólico y es el territorio de un complejo y contradictorio héroe con su rectoría, su familia, sus amigos, sus pupilos y sus enemigos. Y al final el héroe está solo ante el peligro y la película se toma todas las licencias que quiere y necesita (como los americanos en sus películas) para lograr una atmósfera épica. Y lo logra. La película no tiene casi acción y los fusilamientos se escuchan, pero no se ven. Y aun así te mantiene en vilo y esperando siempre el conocido y dramático final, la bronca en el Paraninfo, todo un símbolo de la espantosa España que se avecinaba.

Lo peor:

Los bucólicos flashbacks a la juventud de Unamuno en los montes vascos (un recurso parecido a los usados en la publicitaria Mar adentro), la manía de Amenábar de componer música y cierto tono didáctico, explicativo y académico.

Lo mejor:

El trabajo de un enorme Karra Elejalde y los de Eduard Fernández, Santi Prego y Nathalie Poza. También la presentación de Millán-Astray en su descapotable, el cambio de la bandera (usada en el cartel y los créditos) y la chapucera improvisación del nuevo himno de España, Unamuno amedrentado por los gangsters de la secreta, el uso de la papiroflexia para construir el personaje principal y, por supuesto, el esperado final en el Paraninfo.

En fin, Mientras dure la guerra es la película más lograda de Amenábar y forma parte del grupo “serio” de su filmografía, de sus películas académicas e “importantes” (junto a Mar adentro y Ágora). Y sí, para su guión se ha tomado sus licencias porque, para empezar, es imposible reconstruir las palabras de Unamuno ante los fascistas. El acto se retransmitió por la radio pero no se grabó su intervención.

Da lo mismo, los fachas lo van a crujir y ni van a ver la película. Porque como dijo Fernán Gómez, el gran pecado de los españoles no es la envidia a un cineasta, escritor o músico. Es el desprecio.

2 Comments
  1. No mas cupo vasco ladron says

    Que vayan a verla los puercos nazis » del regimen» que les gusta mucho a hacer pelis de la Guerra Civil, para poner a caer de un burro a España y a los españoles en favor de la nazistada antiespañola catalana y vasca. Ellos impusieron a Franco a los españoles
    Los españoles no votamos a Franco, fue el catalanismo nazi quien lo financió.
    Dejen de utilizar al catalanismo franquista contra los españoles panda de nazis, que mayor destrucción de España que la que excusan ustedes agitando a Franco sería imposible
    Ustedes son los franquistas

    1. Peru says

      Otro facha que no la ha visto

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