James Cameron rodó Terminator sin pensar en una saga. Se lo planteó como un film de hechuras de serie B con mucha acción y una no demasiado sesuda reflexión sobre la inteligencia artificial. Y logró una película entretenidísima y un hit de videoclub que hoy resulta muy entrañable.
¿Un idea muy original? El novelista Harlan Ellison denunció que el film era un plagio de su serie de novelas 'Rumbo a los desconocido', editadas entre 1963 y 1964. También se rumoreó que el concepto "Skynet" (el sistema informático que se revela contra el hombre para exterminarlo) fue fusilado del relato corto del propio Ellison titulado I Have No Mouth and I Must Scream. Referencias innegables, eso sí, son el film Cyborg 2087, de 1966; Almas de metal, de 1973, y Mad Max: El guerrero de la carretera, de 1982.
No resultó nada fácil para Cameron levantar un proyecto como el de Terminator. De hecho, es paradójico y hasta tronchante que el estudio que estrena ahora Terminator Génesis (Paramount) en su día rechazase financiarla si el director de la cinta era el novato Cameron.
Para el personaje de Terminator se pensó en O. J. Simpson, Mel Gibson, Tom Selleck, Kevin Kline, Michael Douglas y Silvester Stallone. Para el de Kyle Reese, el bueno, se barajaron los nombres de Bruce Willis, Mickey Rourke y hasta el del cantante y pésimo actor Sting.
Al personaje de Sarah Connor lo rondaron Jennifer Jason Leigh, Gena Davis, Daryl Hannah, Michelle Pfeiffer, Diane Lane y Carrie Fisher. Hicieron hasta una audición Kelly McGillis, Julia Louis-Dreyfus y Glenn Close. Debra Winger no solo hizo esa audición, sino que además fue elegida para el papel, que finalmente rechazó. La Winger siempre tan suya.
En el rodaje, muy duro, para motivar a Schwarzenegger (un tipo que ha triunfado en Hollywood con ese apellido y con ese acento tiene todos mis respetos), Cameron le dijo que la película no iba sobre el héroe, sino sobre el Terminator. Menudo subidón.
Schwarzenegger, que tiene fama de ser bastante cachondo en los rodajes, se presentó una tarde a pedir algo de comer en un restaurante de L.A. Lo hizo con su maquillaje sanguinolento y un ojo falso colgando. Imaginen por unos segundos a los dueños el local y a sus clientes.
Terminator 2 fue mejor y más cara y revolucionó el cine de acción con el uso de unos efectos digitales que no se habían visto en una pantalla hasta la fecha. Los que la vimos en el cine todavía recordamos la experiencia.
Para dar vida al líquido T-1000 se necesitó un equipo de 36 magos de los FX. Tardaron en hacer sus partes ocho meses y el coste fue de cinco millones y medio de dólares. Todo para unos efectos que duran en total tres minutos y medio del metraje del film.
Terminator 2 fue, además, la primera película que tuvo un presupuesto superior a los 100 millones de dólares, cantidad que Cameron (que cobró por su trabajo nada menos que cinco millones de entonces, diez menos que Schwarzenegger) se encargaría de ridiculizar en Titanic y en Avatar.
Después de esto todo fue decadencia. La 3 y la 4, de las que Cameron se desentendió, fueron espantosas películas, y ahora llega la quinta y ya cansina versión de Terminator, que, oh sorpresa, ha tenido la bendición del megalómano padre de la criatura.
Terminator Génesis (los chorras llaman a esto una “secuela-reboot”) tiene un guión confuso y ridículo. En resumen y sin destripar mucho: corre el año 2032. Los humanos van a vencer al sistema de inteligencia artificial Skynet. John Connor (el actor Jason Clarke, que se apunta a todo blockbuster que tenga a tiro) es el líder de la resistencia y Kyle Reese (un filete llamado Jai Courtney) es uno de sus mejores soldados. Con el objetivo de preservar el futuro, Connor envía a Reese al año 84 para salvar a su madre de un Terminator programado para que no nazca Connor. Pero nada sucede como esperan. Hasta ahí puedo leer.
El resultado es un galimatías de saltos en el tiempo y ridiculeces (como el Terminator construyéndose una máquina del tiempo con cosas que pilla por ahí en el año 84) que hace que en el tercer acto desees que semejante charlotada acabe. Además, da pena ver a Schwarzenegger desgañitándose en las escenas de acción e intentando hacer gracia. Página aparte es la de la actriz Emilia Clarke, una torda romera, que diría el escritor Ángel Sanchidrián.
Terminator Génesis se une a una deprimente tendencia del Hollywood actual: el cine geriátrico protagonizado por héroes puretas. Por desgracia, Schwarzenegger (que se pasa la película diciendo que está "viejo, pero no obsoleto" y que responde al mote de “el abuelo”) se une al grupo de héroes carcamales y trasnochados como Sylvester Stallone, Bruce Willis, Liam Neeson y Harrison Ford. Muy "viejuno" todo. Resumiendo: pésima e innecesaria película. Que paren ya.
De todo lo que ofrecia la cartelera esta semana me alegre que Terminator hubiera vuelto. Que el fenomeno que supuso la 1 y la 2 solo pasan una vez en la vida es cuestion de ser realista, que Arnold esta viejo…ojala lo hubieran Puesto a el en la nueva de conan y desafio total ¿las viste? O eres mas de grandes interpretaciones al estilo Hulk e Ironman.