El presidente de Estados Unidos ha protagonizado varias polémicas en la red de microblogging esta semana

Donald Trump, ‘covfefe’ y la compra de seguidores falsos en Twitter

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Donald Trump twitter
Imagen del tuit de Donald Trump con la palabra sin sentido que se hizo viral. / Twitter

Las polémicas acciones del presidente de Estados Unidos son siempre trending topic a nivel mundial, tanto fuera como dentro de Twitter, red social que maneja a su antojo para desesperación de sus asesores de comunicación.

Durante esta última semana, además de anunciar que Estados Unidos abandonará el Acuerdo de París, cuyo objetivo es proteger al planeta frente al cambio climático, alegando que cumplir las exigencias requeridas supondría la pérdida de más de dos millones de empleos en el país, Donald Trump ha revolucionado Twitter por –al menos- otros dos motivos.Uno de ellos ha sido la publicación de un misterioso tuit en el que se le coló una palabra, “covfefe”, que ha servido de excusa para que se generaran cientos de memes y bromas en torno a la figura del presidente de Estados Unidos. "Covfefe", como no podía ser menos, se convirtió en trending topic a pesar de no ser más que un error a la hora de tuitear la palabra “cobertura”.

En el texto en inglés, que ya ha sido eliminado del timeline de la cuenta personal de Trump –recordemos que se niega a utilizar la oficial del presidente de Estados Unidos (@POTUS)- se decía: “Despite de constant negative press covfefe”. Es decir, “a pesar de la cobertura negativa constante de la prensa”.

Centenares de tuiteros trataron de averiguar el significado de la palabra, producto de un error de Trump al utilizar el teclado predictivo de su teléfono móvil, en el que, por cierto, también se ha sabido esta semana que únicamente tiene una app instalada: Twitter.

La pasión del multimillonario presidente por la red de microblogging le llevó también a reírse de los propios tuiteros que intentaban descifrar su mensaje. Al ver la que se estaba liando en la red social, tuiteó: “Who can figure out the meaning of “covfefe”? Enjoy!”. Es decir, “¿Quién puede averiguar el significado de “covfefe”? ¡Diviértanse!”

Mas allá de la anécdota, la errónea palabra fue vista –y en muchos casos, comentada- por los más de 31 millones de seguidores que tiene Trump en Twitter. En realidad ese número es teórico y protagonista de otra polémica en torno al presidente estadounidense en la red de microblogging esta semana.

Si se realiza un análisis de la cuenta personal de Trump con Twitter Audit, una herramienta que permite descubrir qué usuarios de la red de microblogging son reales y cuáles no son más que bots, puede verse que @realDonaldTrump es una cuenta que posee más de 15 millones de seguidores que no son más que robots.

Es decir, el 51% de los followers de Trump es comprado de forma poco lícita. Corresponde la cifra a bots que en la mayoría de los casos no tienen ni fotografía ni bio en el perfil y que no registran actividad alguna más allá de retuitear todo lo que publica el presidente de los Estados Unidos.

De hecho, según ha advertido el guionista John Niven, que se ha dedicado a monitorizar la actividad de Trump en la red de microblogging, el pasado fin de semana la cuenta de Trump ganó, en solo unas horas, más de 3.000 seguidores. La mayor parte de estos nuevos followers se había unido a la red de microblogging en el último mes y aún no había tuiteado ningún mensaje.

Pero Trump ha seguido tuiteando como si nada. De todas maneras, la sospecha de la compra para engrosar el ego y las cuentas de Twitter planea sobre muchos políticos. En España, sin ir más lejos, hemos tenido casos que han salpicado a representantes de casi todas las formaciones.

Uno de ellos fue el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a quien en 2014 se le acusó de comprar masivamente seguidores para intentar sobrepasar en número al líder de Podemos, Pablo Iglesias. La cuenta de Rajoy sumó en sólo unos días más de 60.000 nuevos seguidores y, curiosamente, la gran mayoría de ellos procedían del mundo árabe y no contaban con foto de perfil ni actividad alguna en la plataforma.

Ante lo evidente de la situación, el equipo que gestiona la cuenta de Twitter de Rajoy publicó un mensaje asegurando que se trataba de una “extraña campaña” que sería investigada.

La legitimidad de los seguidores de Pablo Iglesias en Twitter también fue puesta en entredicho el 19 de octubre de 2014, fecha en la que sumó casi 95.000 nuevos followers. Dos días más tarde superaba la cifra de 700.000 seguidores.

Pedro Sánchez tampoco se ha librado de la sospecha. Durante la campaña de las elecciones generales de diciembre de 2015 se le acusó de tener redes de bots apoyando cada uno de sus mensajes en Twitter. En su caso las cuentas sí contaban con descripción, fotografía de perfil y cierta actividad durante los últimos meses. Sin embargo, todas hacían retuit a la misma hora y se seguían unas a otras.

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