Un verano asfixiante y con falta de personal en las residencias de mayores de Madrid

  • Juan Barrero tiene 80 años y ha pasado el verano “muerto de calor” en la residencia de mayores de Parla, una de las 25 residencias públicas de Madrid
  • CCOO ha denunciado a la administración regional ante la Inspección de Trabajo por “dejación de funciones” y “poner en peligro a profesionales y a los mayores”

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Juan Barrero tiene 80 años y ha pasado el verano “muerto de calor” en la residencia de mayores de Parla, una de las 25 residencias públicas de Madrid. En plena época de vacaciones ni él ni sus compañeros pueden decir que hayan pasado una temporada agradable, más bien lo contrario. “Las habitaciones no tienen aire acondicionado. Con las temperaturas tan altas que ha habido, hemos llegado a estar en la cama con 35 grados”, explica al otro lado del teléfono.

El testimonio de Juan no es anecdótico, sino el mismo que se repite en varias residencias de la Comunidad de Madrid este verano y que pasa a engrosar la lista de denuncias en torno al funcionamiento de estos alojamientos para mayores en la región. La Asociación Plataforma por la Dignidad de los Mayores en Residencias (Pladigmare) ha recopilado quejas de Parla, Leganés, Usera, Colmenar Viejo... En las Residencia de Moscatalares, en San Sebastian de los Reyes, de titularidad pública y gestión privada, han denunciado haber recibido “la escandalosa información” de que a los residentes se les impedía abrir las ventanas por la noche para refrescar el ambiente, algo que, advierten, podría haber tenido consecuencias graves.

Desde la Consejería de Políticas Sociales y de Familia han respondido a cuartopoder.es que se encuentran "evaluando la situación de todas las residencias dependientes de la Consejería para poder hacer un diagnóstico de la situación de cada una de ellas y tomar medidas si es necesario llegado el momento". Por otro lado, en una contestación que se le dio por escrito en agosto a Miguel Vazquez, portavoz de Pladigmare, reconocieron que “no existen disposiciones relativas a la temperatura mínima en verano” de las residencias de mayores en la Comunidad de Madrid

Preguntada por el número de residencias de mayores de la Comunidad de Madrid que disponen tanto de calefacción como de aire acondicionado, la Consejería de Políticas Sociales, Familias, Igualdad y Natalidad también respondió en agosto que “todos los centros de titularidad de la Comunidad de Madrid disponen en todo o en parte de sistema de calefacción y climatización”. Dado que las residencias de titularidad pública son solo 25 de las más de 470 que existen, Pladigmare considera que la respuesta se va “por peteneras” y evidencia “una dejación de funciones escandalosa”. “Nosotros hemos pedido que se comprometan a no dar la autorización administrativa a todas las residencias que no cumplan las condiciones necesarias”, explica Vazquez.

La falta de climatización adecuada en los centros donde residen las personas mayores también son un problema laboral. La Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO Madrid denunció en agosto a la Residencia a de Mayores Domus VI, en el distrito de Usera, ante la Inspección de Trabajo. El sindicato acusaba en el escrito a la administración regional de “dejación de funciones” y de “poner en peligro a los profesionales y a los mayores dependientes” por las altas temperaturas. "Para un trabajo ligero se establece un máximo de 25 grados y estas personas han estado trabajando por encima de esa temperatura", denuncia Rosa Muelas, responsable de Salud Laboral de CCOO Madrid, refiriéndose a los trabajadores de dicho centro.

Aunque no hay una regulación específica que establezca la climatización adecuada en las residencias de mayores, el Real Decreto 486/97, que regula las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los centros de trabajo, sí establece la temperatura mínima y máxima a la que puede estar sometido un trabajador. "Somos conscientes de que este problema ha pasado en mas residencias", indica Muelas. En este caso particular CCOO Madrid se ha decantado por la denuncia porque tras semanas de problemas y un escrito de denuncia por parte de los delegados sindicales la empresa no tomó medidas. "Para nosotros la denuncia siempre es la última opción", asegura la responsable.

Escasez de personal

En la residencia en la que reside Juan este verano también ha habido problemas porque “la doctora se fue de vacaciones un mes y no se ha incorporado ningún suplente”, según denuncia. "Cuando alguien cae enfermo o libra, no se cubren las bajas", asegura. A la escasez de personal, que es desde hace años la reclamación principal de los familiares de mayores, se le añaden las vacaciones que los trabajadores tienen en periodo estival.

Existe un acuerdo interministerial de 2008 que establece algunos mínimos a nivel nacional, como el ratio de 0,48% trabajadores por residente, es decir, un trabajador por cada dos residentes. Sin embargo, desde Pladigmare consideran que es una cifra con la que se juega, porque los trabajadores hacen turnos de 7 u 8 horas, por lo que no están todo el día con los enfermos, y además acaban teniendo numerosas bajas laborales por las duras condiciones del trabajo. “En verano se va más gente de vacaciones de la que debería irse y se incrementa aún más la falta de personal”, denuncia Vázquez.

"Hacen trampa con el ratio porque hasta el personal de mantenimiento que pasa por allí lo meten como personal", indica Muelas en referencia a las empresas que gestionan las residencias de mayores. "Cuando la Comunidad de Madrid pone sus condiciones no hace los pliegos como debería, es decir, obligando a que haya un número determinado de personas gerocultoras teniendo en cuenta todas las horas", añade. La representante sindical destaca la labor que realizan "los profesionales de las residencias de mayores", la mayoría mujeres, que por las duras condiciones de trabajo tienen una alta "siniestrabilidad". Bajo su punto de vista, "el problema es que son empresas que van a ganar dinero y en los servicios sanitarios uno no se tiene que plantear como primer objetivo ganar dinero, sino dar unos servicios de calidad".

El problema enquistado de las residencias de mayores

Juan considera que Parla no es la peor residencia en la que le ha tocado estar de las tres que ha conocido, ya que la comida y la atención ha mejorado respecto a las anteriores. Hace cinco años decidió ingresar voluntariamente en la Residencia de Carabanchel junto a su mujer, ya fallecida, y empezó a involucrarse en la lucha por unas mejores condiciones. Echa de menos que más compañeros se sumen a la causa. “La mayoría son personas muy mayores que han vivido la dictadura y tienen el temor de que les expulsen o les traten mal”, lamenta. También cree que son pocos los familiares que exigen mejor trato para sus padres o abuelos, aunque muchos ni siquiera están en condiciones de defenderse. Cree que “más que residencias" los centros para mayores de la Comunidad de Madrid son "asilos edulcorados".

En febrero, Podemos acabó desistiendo de una Proposición de Ley de las Residencias de Mayores de Madrid con la que buscaba elevar el ratio de personal y asegurar los turnos en la atención a mayores. El partido terminó retirándola porque, según indicó el diputado morado Raúl Camargo, la enmienda que prosperó del PP se remitía a la ley interministerial de 2008, es decir, buscaba dejar los ratios tal y como están establecidos ahora. El nuevo consejero de Políticas y de Familia, Alberto Reyero, de Ciudadanos, prometió en una entrevista con Servimedia buscar "fórmulas novedosas" en colaboración con el sector privado y recomendó "prudencia" en la incrementación del número de residencias públicas para mayores ya que requeriría "inversiones altas".

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