PANDEMIA COVID-19

Las trabajadoras del hogar, más vulnerables ante el abuso por la crisis del coronavirus

  • “Hay actitudes de maltrato. A algunas les han quitado la llave y les echan la cerradura para que no puedan escapar”, cuenta Elías
  • Aunque las trabajadoras en aislamiento por coronavirus vayan a cobrar una prestación, el problema es la espera. “Tienen poca capacidad de resistencia económica", señala Otxoa

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Para enfrentar la pandemia del coronavirus las autoridades han dictado una serie de medidas que afectan a la vida interna de los hogares: aislamiento, teletrabajo, cierre de los colegios... Muchas trabajadoras del hogar, especialmente las que cuidan ancianos o se encuentran internas, han visto como la situación empeora sus condiciones laborales. Las asociaciones alertan sobre la vulnerabilidad de estas trabajadoras ante el abuso por miedo a ser despedidas y también sobre la falta de protocolos y medios para protegerse ante el Covid-19 en el desempeño de sus tareas.

Algunas empleadas del hogar seguirán cobrando aunque no acudan a trabajar, por decisión de sus propios empleadores. Esto es un gesto solidario que alegra, aunque hay otra realidad muy distinta “en la gran mayoría de los casos”, explica a cuartopoder la presidenta de Servicio Doméstico Activo (SEDOAC), Carolina Elías. A la asociación han llegado casos de trabajadoras internas que les han obligado a no salir de la casa en la que trabajan hasta que se termine la alerta por miedo a que se contagien las personas de las que cuidan. “Hay actitudes de maltrato. A algunas les han quitado la llave y les echan la cerradura para que no puedan escapar”, cuenta Elías.

Muchas de ellas aceptan ese abuso porque tienen “más miedo al despido que a contraer el coronavirus”, explica Elías. SEDOAC ha recopilado estas historias en Facebook. Algunas les llegan por privado, con la petición de mantener el anonimato. “Trabajo de interna, tengo dos horas para salir por la tarde y (…) me quedo sin salir por mi salud, por mi familia en Honduras que depende de mí, por mis empleadoras (si les pasa algo me quedo sin trabajo). Resulta que al contratarme quedamos en que si trabajaba los fines de semana me iba a dar 80 euros, pero una de sus amigas le dijo que era demasiado, así que ahora solo me da 30 euros”, cuenta una de ellas.

Como consecuencia de este aislamiento algunas de estas trabajadoras experimentan “ansiedad y angustia” a causa de la explotación laboral que sufren y la imposibilidad de poder hacer su propia conciliación familiar. “Está ocurriendo que esas 36 horas obligatorias, que habitualmente dedicaban a desconectar y salir, no se están considerando como horas de descanso y mucho menos se pagan como horas extra”, critica la asociación de Elías.

El coronavirus sobrecarga a a las trabajadoras

Como consecuencia de la crisis del coronavirus, las trabajadoras del hogar también encuentran una sobrecarga es sus tareas habituales: “jornadas extenuantes con padres y niños en casa y un aumento de tareas de trabajo, que van desde la compra, comidas, cuidado infantil o cuidado de personas enfermas con riesgo de contagio”, denuncian desde la asociación. Y otras trabajadoras, con empleadores que temen el ingreso de personas externas en la casa debido al coronavirus, se han visto obligadas a aceptar unas vacaciones.

Son situaciones a las que las empleadas del hogar se resignan por miedo a un despido, denuncian desde las asociaciones. Hay que recordar que ellas no cuentan con algunos derechos básicos de otros trabajadores en España como el paro o las mutuas de trabajo. Además, la mayoría de ellas son migrantes, muchas de ellas en situación irregular, y tienen todavía más temor a perder sus empleos.

Prestación por aislamiento sí, pero “poca resistencia económica”

Al menos las trabajadoras del hogar, al igual que el resto de personas trabajadoras, sí tienen derecho a prestación en caso de aislamiento o enfermedad por el coronavirus, siempre y cuando estén dadas de alta en la Seguridad Social, incide Isabel Otxoa, abogada de la Asociación de Trabajadoras del Hogar de Bizkaia (ATH-ELE). En ese caso, recibirán el 75% de la base de cotización durante toda la baja con la fórmula de Incapacidad Temporal que ha establecido el Gobierno para todos los trabajadores.

Esta protección es positiva, pero los retrasos en los trámites o las dificultades burocráticas también afectan más a la mayoría de estas trabajadoras, en situaciones precarias y encargadas de los cuidados en sus propias familias. Algunas como Paola Verdejo han encontrado dificultades a la hora de tramitar su baja por enfermedad causada por el Covid-19. “La doctora me dijo que volviera a trabajar si no tenía fiebre. Ahora me han pedido que la empleadora me dé un documento para llevar al centro de salud. Me dicen que no hay un correo electrónico para enviar esto. Yo no puedo salir de casa, vivo con una niña menor de edad y una madre anciana”, comenta a este diario.

Aunque las trabajadoras del hogar en esta situación vayan a cobrar una prestación, tarde o temprano, el problema es la espera. “Con los salarios que cobran, tienen poca capacidad de resistencia económica. Sufren una apretura económica específica que requiere una gestión rápida de la prestación”, advierte Otxoa.

Desprotección sanitaria

Por otro lado, desde ATH-ELE, Otxoa denuncia que las trabajadoras del hogar no han recibido ninguna instrucción concreta por parte de los Servicios Públicos de Salud, como sí lo han hecho el resto de trabajadores. Nadie garantiza a estas trabajadoras ni guantes, ni mascarillas ni otros medios de protección frente al coronavirus, denuncian desde las organizaciones. Por eso, desde SEDOAC piden también “facilitar equipo de protección adecuado para el desarrollo del trabajo de cuidados, ya que son ellas las más expuestas al contagio como ocurre con el personal sanitario”.

Tras conocer el nuevo paquete de medidas aprobadas este martes en el Real Decreto, que contiene algunas medidas de protección a los trabajadores, Elías manifiesta su indignación: “Lamentablemente ninguna de ellas está destinada a las empleadas del hogar. Cada vez somos las mas olvidadas, aunque somos las que más estamos ayudando a cuidar a las familias españolas”.

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