Bin Laden: la historia es cíclica, tanto en economía como en política internacional

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El ex presidente José María Aznar, durante un acto de su partido, celebrado en Huesca el pasado jueves. / A. Calvo (Efe)

La política internacional no es mi sector, pero a lo largo de los años uno acumula experiencia y contempla cómo la historia suele repetirse. Ahora, algunos pretenden que lo de Bin Laden sea una cuestión que en un par de días pase de moda y a otra cosa. Un gran éxito de EE UU y Occidente. No hagan preguntas. Lo cierto es que los mercados ni se han inmutado.

O sea, el mayor terrorista de todos los tiempos, que humilló públicamente a EE UU como jamás nadie osó ni soñó, cae abatido después de 10 años e inmediatamente lo tiran al mar. Todo, por una cuestión de respeto al Islam. Ni fotos, ni pruebas. Sólo Obama, diciendo que el mundo es ahora un lugar más seguro. Cuando ví al presidente estadounidense pronunciando esas proféticas palabras me eché a temblar.

Son las mismitas pronunciadas por un Aznar que a día de hoy sigue convencido de que en Irak había armas de destrucción masiva. Las mismas. Después del inicio de las hostilidades en dicho país, nuestro ex presidente se justificó así en el Congreso, ante los diputados y los millones de personas que se manifestaron contra la guerra.

Meses después saltaban por los aires los trenes en Madrid, con 200 muertes, en otro atentado sin precedentes contra nosotros. Por desgracia, otros sí lo habían intentado antes, y no eran otros que los perros asesinos de ETA, aunque nunca llegaron a tanto.

Cuando por fin los americanos capturaron a Sadam Hussein, presumieron de ello en público (“We got it!”), se exhibieron imágenes, se le tuvo encerrado un montón de tiempo y después le vimos colgando de una soga. Todo como en una película.

Comprendo que sería muy complicado capturar a Bin Laden, interrogarle y que todo el mundo viera cómo al final la justicia triunfa. Pero lo de que lo han tirado al mar sin más y presumir de que ahora el mundo es mejor no hay quien se lo crea. Todo esto me recuerda peligrosamente al asunto de la Guerra de Irak.

No sólo en política se repiten los errores. En economía los ciclos son casi idénticos. En los últimos tiempos hemos visto la burbuja tecnológica, que nos decía que las compañías de Intenet eran capaces de mantener crecimientos exponenciales de sus ingresos, gracias a que la tecnología y la globalización incrementaban la productividad.

De esta manera, se dispararon en Bolsa compañías que no habían tenido ¡ni un euro de ingresos! Obtener beneficios o pagar dividendos también era algo que estaba mal visto en aquellos tiempos.

Luego, llegó la inflación inmobiliaria, más o menos con lo mismo. “Con el ladrillo no se pierde nunca” se decía. Y llegaron compañías pequeñitas, dispuestas a comprarse todos los grandes grupos del sector, que eran contemplados como dinosaurios, todo porque tenían muchos inmuebles de alquiler, dinero contante y sonante y una larga trayectoria detrás.

Los bancos de inversión se afanaban en decir que los modelos de titulización repartían perfectamente el riesgo y que con los derivados no había nada que temer. Algo tan simple como una caída drástica de cotizaciones desmontó el castillo de naipes. Y volverá la historia, sin duda. Tal vez sea con las energías renovables.

Lo visto con Bin Laden me recuerda a otras históricas meteduras de pata del pasado. Ojalá me equivoque, pero ahora simplemente tengo como prueba de su muerte la palabra de Obama. Como sea tan fiable como la de Aznar entonces... De momento, los futuros sobre el Brent siguen a 125 dólares, una auténtica locura.

3 Comments
  1. Patronio says

    Pues qué se puede decir, más que amén.

  2. FRANCISCO PLAZA PIERI says

    Ha de entenderse que en nuestros políticos de ayer, hoy y mañ…, recae el estigma de nuestro relativamente reciente pasado preconstitucional. Ninguno de ellos -uno menos que otros-, ha sabido o podido defenderse con fuerza, desligarse con auténtica personalidad de los avatares, y se ha visto obligado a entrar por el aro de las circunstancias impuestas desde fuera. Recuerdo la autoridad autoimpuesta o autoexigida por el señor Presidente Rodríguez Zapatero al inicio de su primer mandato, repatriando las fuerzas llevadas por el anterior presidente a Irak.
    Pero ahora con el actual Pridente Norteamericano, con el señor Obama, se deshace en elogios, y hasta le felicita en esa tremenda acción llevada a cabo, (bueno, de lo que haya habido en ese tremendo enjuague llevado a efecto. Sí, de esa mentira). Increíble, inadmisible, insultante…

  3. Aguila says

    Si lo quieren creer en Europa y en Espana eso es su problema, en la nacion americana se hara lo que se tenga que hacer para defender los ciudadanos de esos criminales psicópatas. Todas esas contemplaciones con ese criminal de miles de personas me parece ridículo. Al mal hay que atajarlo con carácter, no con esas blandenguerías de Europa.

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