S&P deja a Cataluña en bono basura y le avisa que no le subirá el ‘rating’ si mantiene su pulso con el Estado

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El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ayer, durante la reunión de la dirección de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC). / Toni Albir (Efe)

Standard & Poor´s rebajó a Cataluña a bono basura la semana pasada y ayer hizo lo propio con el Institut Català de Finances, algo así como un ICO a la catalana que, entre otras cosas, promueve esos polémicos fondos de capital riesgo autonómicos, cuya principal metodología a la hora de gestionar ha sido, en demasiados casos, la prevaricación. Ahí está el ejemplo de Invercaria, sin ir más lejos, pero este no es un caso único.

Lo llamativo del asunto es que la agencia no emplea argumentos monetarios o fiscales, que sería lo lógico, sino políticos. El principal factor de riesgo, según S&P, para que Cataluña impague –eso es lo que mide un rating, en definitiva: la capacidad de pago de la deuda– es su relación con el Estado y la seguridad de que esa relación irá a peor.

Cataluña no tiene acceso a los mercados. De hecho, ninguna comunidad autónoma lo tiene ahora mismo y casi podría decirse que ninguna compañía del Ibex, salvo que Inditex quisiera emitir. Por su lado, España e Italia apenas tienen llegada a los mercados de capitales y precisan de ayuda financiera de la Eurozona. Cuando las CCAA pedían hispabonos, lo que solicitaban era contar con España de avalista.

Ahora mismo, S&P le está diciendo a Cataluña que no tiene acceso a los mercados pero sí mucha deuda. Su cruzada contra el Estado es lo que peor puede venir para que los inversores confíen en su economía. Si la Comunidad que preside Artur Mas pierde el respaldo de España, ¿qué creen que harán los mercados?

Ha sido penoso ver ahora a Jordi Pujol; ochentaytantos y el líder político europeo con más años de permanencia en el cargo, vociferar a favor de la independencia. Él, que durante tantos años fue el maestro de tensar la cuerda y aflojar en el momento preciso para obtener el mejor botín posible. Ahora pide a gritos que se haga lo que el no tuvo arrestos de hacer, en una coyuntura mucho más favorable.

Bonos patrióticos

Cataluña necesita dinero para pagar sus bonos patrióticos, que debió emitir a un tipo de interés muy elevado. Una deuda lanzada a bombo y platillo. Justificar que no hay dinero para ello porque se lo han quitado a los catalanes es mentira porque es, básicamente, indemostrable. Las balanzas fiscales no se conocen. Los enormes intangibles derivados de la transferencias de competencias se tiran alegremente a la basura, al igual que la ventaja de que las principales empresas catalanas tengan en el resto de España su principal mercado. Pero pagan impuestos en Cataluña.

Con un rating de bono basura, la comunidad no se puede financiar y la principal agencia de calificación le ha dicho bien claro que es momento de trabajar y controlar el déficit. La agencia no tiene la menor intención de mejorarle su nota: "en este momento no vemos la posibilidad de que se pueda producir una subida de la calificación crediticia de Cataluña", argumenta. Y ¡ojo!, que S&P recuerda que el Estado puede intervenir a Cataluña si el cumplimiento de los objetivos fiscales es improbable.

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