Petit Goave, prolongación de España

En un lugar de Haití llamado Petit Goave, cuatrocientos militares españoles, llegados a bordo del buque Castilla, se pusieron el lunes manos a la obra. Los hombres rana reconocieron los fondos marinos para el desembarco. Los encargados del apoyo logístico montaron dos potabilizadoras. A continuación comenzaron a trabajar y desde entonces no han parado. La ministra Carme Chacón habló con los mandos el sábado para saber lo que estaban haciendo. De momento, las dos potabilizadoras permiten distribuir más de 12.000 litros de agua al día a la pobre gente. Los médicos atienden a más de 200 pacientes aquejados de las curas urgentes (mutilaciones) que sufrieron. Las palas y excavadoras han desescombrado unas doscientas toneladas de construcciones derribadas por el telúrico terremoto del 12 de enero. Una cabeza de puente instalada en una playa cercana les permite desembarcar y reembarcar la maquinaria pesada en lanchas anfibias y acudir por el agua a trabajar en las zonas señaladas sin necesidad de transitar por las calles, o lo que queda de ellas, de la ciudad. La primera semana de actividad ha sido muy intensa. Y así seguirá siendo durante tres meses. En mayo, cuando los focos de los mass-media se hayan apagado definitivamente, los militares seguirán trabajando. Pasará el tiempo y entonces, un día, dirá alguien: “Petit Goave, quien te ha visto y quien te ve”. Mientras tanto, Petit Goave, estará en la agenda de esta espuma del día como una prolongación de la patria y la solidaridad que nos caracteriza.