La fecha de las elecciones catalanas, que tienen que celebrarse este año, ha enfrentado a José Luis Rodríguez Zapatero y al presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla. Según fuentes socialistas, Zapatero trató de convencer a Montilla en su última visita a Barcelona, el pasado 22 de marzo, de la necesidad de adelantar los comicios a esta primavera, pero el presidente catalán, hasta el momento, ha hecho oídos sordos, porque prefiere agotar su mandato y llevar las elecciones a otoño.
Para Zapatero, consciente de que las encuestas reflejan una muy probable derrota del PSC y un desplome de ERC que impediría volver a reeditar el gobierno tripartito y dejaría en manos de CiU el gobierno de la Generalitat y la decisión de elegir sus socios entre el PP, ERC y el propio PSC, los comicios deberían celebrarse en primavera, porque las posibles alianzas del Gobierno quedarían despejadas ya en verano, momento en el que el Ejecutivo empieza a elaborar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y planifica cuáles pueden ser sus socios. Lógicamente, el presidente Zapatero sabe que el mapa electoral catalán y las alianzas que se establezcan influirán directamente en los futuros acuerdos a alcanzar en el parlamento español y, por ello, trató de convencer a Montilla de la necesidad de despejar cuanto antes el calendario electoral en el parlamento español.
Sin embargo, aunque el presidente del gobierno trasladó a Montilla la necesidad de tener claras las alianzas en Cataluña antes de la elaboración de los PGE, porque de ellas dependerán los socios presupuestarios del Ejecutivo, Montilla, quiere alargar la legislatura, para tratar de remontar las encuestas y el descontento ciudadano que provocó la gestión de la última nevada en Cataluña. Zapatero necesita clarificar cuanto antes su situación, pero Montilla quiere más tiempo para remontar. Y la última palabra, una vez más, la tiene el presidente catalán, que no parece dispuesto a plegarse a los intereses de Zapatero.
Según fuentes de la dirección socialista, sólo la aparición de la sentencia del Tribunal Constitucional del Estatuto de Cataluña podría hacer variar los planes del presidente de la Generalitat, José Montilla, si una sentencia adversa a los intereses de la mayoría de partidos catalanes desencadena el malestar de unos y la rebelión de otros. En ese caso, aseguran desde el cuartel general del PSOE, el presidente de la Generalitat podría verse abocado a un adelanto electoral.
Casualidad o no, después de que el Estatut durmiese el sueño de los justos durante años, el Tribunal Constitucional parece haber pisado el acelerador en los últimos días, para tratar de hacer pública una sentencia en las próximas semanas, con un total de 6 votos a favor y que, según indican desde el propio tribunal, podría contener hasta 20 cuestiones consideradas inconstitucionales. Si las previsiones de los dirigentes del PSOE se cumplen y del próximo pleno, que se celebrará en este mes de abril sale la sentencia del Estatut, Montilla podría verse obligado a cambiar de planes a toda velocidad y adelantar las elecciones, tal como le pidió Zapatero y él se negó a hacer.
Lo lamentable es que Montilla NO TIENE PLANES, si de verdad le interesase el país (o territorio), primero: despido de Saura, segundo: un plan económico viable no política de parches, tercero: convoca eleciones ya. Pero el problema es que el PSC es zapatero lo dijo muy clro el Sr. Más, y dirán lo que quieran de él pero el dia12/4/010 ganó un muchos votos, le planto cara a la Terribas y la boligo a replegarse, en cambio Montilla dió pena y sus «machacas» insultaron a la Periódista, esta explicación es el porque las dudas de las elecciones, Montilla tiene más miedo que Pellegrini, valga el simil, y con miedo no se va a ningún sitio.