Cumbre UE-ALC: “un éxito”

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Zapatero y Lula da Silva se saludan a la llegada de éste a la Cumbre. / EFE

El embajador lleva sueño en los párpados. Ha dormido poco. Trabaja a toda máquina. Está en misión especial y se ocupa del ceremonial, las atenciones a los ilustres visitantes y de otros detalles relacionados con el protocolo. No iba a estar en misión especial porque el presidente José Luis Rodríguez Zapatero había nombrado medio año antes del semestre presidencial español de la Unión Europea a cinco personas muy capaces, diplomáticos y políticos, para que realizasen los preparativos. Pero, de pronto, el ministro Miguel Ángel Moratinos y su incansable secretario de Estado Diego López Garrido cayeron en la cuenta de que faltaba un coordinador de ceremonias y se acordaron de él, que además de haber estado en Gabón y en otros destinos tan europeos como Corea del Sur, había sido jefe del área de viajes y visitas oficiales y subdirector de órdenes y ceremoniales, y le encomendaron este ímprobo trabajo que le trae a mal dormir. ¿A ver, don Ramiro…? -Un éxito, no lo dudes; está siendo un éxito.

El observador anota: “Un éxito”. No duda de que la presencia en el Campo de las Naciones de Madrid de los jefes de Estado y de Gobierno de 60 países que representan a más de mil millones de seres humanos y a la cuarta parte de los Estados del planeta se llama éxito. El embajador Ramiro Fernández Bachiller se pierde por los pasillos. El jefe del Gobierno abre la cumbre entre los países de la Unión Europea y de América Latina y el Caribe (UE-ALC) diciendo que somos “socios de la agenda global”. Pide “una concertación política internacional contra la crisis económica, sobre  la estabilidad financiera y para combatir la pobreza”. Habla el gobernante que en Roma se comprometió a sumar 500 millones de euros contra el hambre y hace una semana anunció la resta de 600 millones de la cooperación internacional. El observador recuerda el aforismo de José Bergamín: “Se acabó lo que se daba, lo que se quitaba no”.

Evo Morales sonríe durante la clausura de la Cumbre. / Chema Moya (EFE)
Evo Morales sonríe durante la clausura de la Cumbre. / EFE

Bergamín era un exiliado que vivió en América muchos años. Como tantos miles de españoles, huía de la represión y del hambre. El observador escucha a Evo Morales: “Los inmigrantes no pueden ser expulsados. Tantos europeos llegaron a Bolivia, invadieron Latinoamérica… Nunca los expulsamos”. A Bolivia llegó Vicente Rojo, el estratega de la defensa de Madrid a las órdenes del general José Miaja contra los sublevados franquistas y sus huestes mercenarias. A toda América llegaron miles de emigrantes españoles. Y es verdad: nunca los expulsaron. Por los inmigrantes aboga también el ecuatoriano Correa y la argentina Cristina Fernández de Kirchner. La UE no es el Estado de Arizona pero algunos gobiernos europeos (Italia, Reino Unido, Francia…) están pasado de trato al maltrato y España ha restringido los visados, la reagrupación familiar y agilizado las expulsiones.

Raúl Castro no ha venido, pero su ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez, participa en la Cumbre paralela de los Pueblos que se ha organizado en un pabellón deportivo de San Fernando de Henares y dice: “Mientras subsista la posición común del bloque comunitario suscrita en 1996 contra Cuba habrá un muro trasatlántico y será imposible la normalización de los vínculos”. Y en materia de Derechos Humanos señala a Guantánamo y a Abu Ghraib. O sea que lo malo siempre puede ser peor.

Mesa de participantes en la Cumbre de los Pueblos. / EFE

Hugo Chaves tampoco ha venido, pero ha mandado a Porras. Temir Porras es el ministro venezolano para Europa. En la Cumbre de los Pueblos pronuncia una palabra mágica: “Petróleo”. Cuando creíamos que el petróleo era un elemento oscuro y reaccionario, pues al contrario que el carbón, el hierro, el cobre…, no necesita grandes masas obreras para extraerlo y, por tanto, no ocasiona huelgas ni revueltas, resulta que estábamos equivocados, pues según Porras, “es el motor para la construcción del modelo socialista”. ¿Cómo es eso? “Cerramos el grifo al voraz consumismo capitalista y lo utilizamos en beneficio del modelo socialista que propugnamos para sacar de la pobreza a las naciones de América Latina”. Así de sencillo, qué porras, es el camino al socialismo.

Evo Morales quería acudir a esta Cumbre de los Pueblos, pero las citas oficiales y el cansancio de su viaje a Roma, donde habló 25 minutos con el Papa y le pidió la abolición del celibato y el acceso de la mujer al sacerdocio, le obligan a modificar los planes. En el hotel recibe noticias de la huelga de los maestros y de la lucha entre los narcos colombianos y paraguayos por el control del oriente del país. El observador comprende que Evo no tenga el cuerpo para mítines, aunque no renuncie a decirnos que  José María Aznar y su fundación Faes se involucraron en una operación para derrocarlo.

El flamante presidente de Chile, Sebastián Piñera, acapara la atención de los informadores. Con el país temblando –el martes se registró otra réplica del terremoto–, este hombre se muestra entusiasmado con el crecimiento económico del 1% del PIB que ha registrado en el primer trimestre del año, dice que “hay razones para que América Latina derrote al subdesarrollo” y asegura que los chilenos pegarán el salto de 14.000 a 22.000 dólares de renta per cápita de aquí al 2018. ¿Contribuirá a ello un posible acuerdo entre la UE y Mercosur? De momento, los intercambios con China.

La estrella de la cumbre es el brasileño Lula da Silva. ¿Alguien lo duda? Por lo menos se trae de Teherán y de Ankara un acuerdo que puede poner fin a la crisis de la comunidad internacional con Irán por la resistencia de las autoridades iraníes a frenar su desarrollo nuclear. Es un acuerdo que la diplomacia de la UE no ha sabido o podido lograr y que implica el control de Tuquía sobre Teherán. El francés Sarkozi desconfía, los europeos no se fían y el gobierno israelí está muy preocupado. Pero China respalda el acuerdo y Rusia lo considera positivo. ¿No era Lula un simple sindicalista? Tal vez por eso sepa negociar mejor que los mercaderes.

Cristina Fernández Kirchner, durante su intervención. / EFE

El observador pasa hacia atrás las hojas de la libreta. De la recepción que el matrimonio Kirchner ofreció el lunes al juez Baltasar Garzón, suspendido por investigar los crímenes del franquismo, ha anotado una frase de la presidenta de Argentina: “Estamos preocupados y dolidos porque esto (la suspensión) significa una regresión en la concepción universal de la justicia”. Desde luego, no se esperaba que el juez que llevó a la cárcel por mil años al criminal Scilingo, que procesó al criminal Pinochet y se enfrentó a los delitos de lesa humanidad en Gaza acabase siendo incriminado por su trabajo en pro de la justicia y los derechos humanos. “Brindamos todo nuestro apoyo al juez Garzón”, dice la presidenta argentina antes de referirse al “doble estándar” de un país que puede juzgar todos los crímenes contra la humanidad menos los suyos.

En la cumbre, la señora Kircher constata otro “doble estándar”, el de una UE que apoya la resolución de la ONU sobre la negociación para recuperar la soberanía de las Malvinas y reafirma en el Tratado de Lisboa que las islas Farkland “son un territorio de ultramar del Reino Unido”, según recuerda la embajada británica en una nota. La presidenta argentina quería tratar el asunto con el flamante primer ministro David Cameron, pero el inglés se ha hecho el sueco y no ha acudió a la cumbre.

Quien sí acudirá hoy será el hondureño Porfirio Lobo, que alcanzó la presidencia en unas elecciones organizadas y controladas por los golpistas. Por un reportero de El Heraldo de Tegucigalpa que luce la mancheta del periódico impresa en la espalda de su camiseta el observador se entera que la delegación está muy contenta porque Lobo mantendrá una entrevista con Zapatero y el acuerdo UE-Centroamérica normaliza el “diálogo político” y restablece “la cooperación y el libre comercio” con su país. Tampoco era cuestión de mantener las sanciones cuando el comandante estadounidense Douglas M. Fraser acaba de llegar a Honduras para restablecer las relaciones militares, dice el embajador Ramiro al término de la jornada. Otro éxito.

3 Comments
  1. Beto says

    Europa puede aportar la tecnología que necesita América Latina para su desarrollo aunque parece que a los mercaderes capitalistas sólo les interesa competir con los yankis en la rapiña de los recursos naturales, la explotación y miseria de las naciones y el control de los mercados de materias primas. Con esas reglas inamovibles y esa mentalidad egoista no podemos esperar nada de estas cumbres y sólo podemos pedir a los gobernantes latinoamericanos que no den más facilidades a la rapiña, que no se dejen comprar por el lujo y el boato.

  2. Uno says

    No, si a este paso, ZPP se va a morir de éxitos.

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